Un poquito de historia...de los wargames (Parte 4)

Y pim pam pum, otra ración de historia de los wargames, y es que hoy el capítulo que Peto nos ha preparado repasa de forma superficial el nacimiento de Games Workshop y de sus juegos. Pero no su muerte, porque no está muerto. Te estoy vigilando lector hereje.

Buenos días a todos,

Como hablábamos en la anterior entrada, en 1975 en Londres dos emprendedores llamados Ian Livingstone y Steve Jackson fundaron Games Workshop, una empresa que revolucionó el mundo de los wargames y que, con la tienda que abrieron en 1977 en la capital británica, la revista White Dwarf y la posterior creación en 1979 de Citadel Miniatures, en un principio vendían miniaturas para otros juegos, ya fueran de rol o de guerra.

Pero fueron más allá, no se quedaron sólo en eso, sino que en 1980 1983 sale al mercado la primera edición de Warhammer, que era para jugar combates masivos en partidas de rol. Finalmente se estableció como el wargame por antonomasia, poniéndose por encima del juego de rol que pretendían complementar.

Con el tiempo la empresa vio que no solo podían basarse en batallas de fantasía sino que, modificando su juego un poco podían adaptarlo al futuro lejano (para ser más exactos el 41 milenio) usando las mismas razas/facciones que en el juego de fanasía. Nacía en 1987 Warhammer 40.000.

Estos dos juegos, aunque hermanos y con un sistema de juego similar han evolucionado de manera distinta, creando nuevas facciones/razas y dejando de lado otras. Los casos más flagrantes son dejar de lado los Enanos del Caos y crear los Hombres Lagarto en Fantasy o dejar los Squats (enanos) y crear los T'au o los Necrones en el 40k. A mí, una de los cosas que más me gusta de Warhammer 40k es la creación de una raza/facción igual, como no, a los aliens de Ridley Scott llamada Tiránidos. Esto tenía que pasar y lo sabes.

Pero Games Workshop, viendo el filón que había con “los muñequitos” decidieron no quedarse ahí y sacar, por ellos mismos o con la colaboración con otras empresas, durante su primera etapa de apogeo (la década de los 90), lo que llamaron juegos de coleccionista entre los que se podían encontrar los siguientes:

-Los primero son los de mazmorreo como el Heroquest, un juego donde un grupo de héroes se las veía con orcos, goblins, gárgolas, trampas, tesoros, puertas secretas, etc. El Advanced Heroquest, igual que el anterior pero enfrentándote a las odiosas temidas ratas. 

-Space Hulk, un Heroquest pero en el 41 milenio en el que manejabas una escuadra de Marines y te enfrentabas a Tiránidos.

-También decidieron sacar juegos de escalas menores para hacer batallas más grandes como fueron el Epic 40.000 para combate en tierra o Battlefleet Gothic para batallas entre naves espaciales. Ambos para el 41 milenio. O Warmaster, emulando al Warhammer Fantasy pero también para batallas masivas.

-Sacaron su juego de deportes, el archiconocido Blood Bowl que se vendía como “fútbol americano medieval fantástico” y creédme, cumple las expectativas.

Nota de Cordo: Es la ostia. Creédle. 

-También hubo juegos de escaramuzas como Necromunda (W40k) donde distintas bandas se enfrentaban en el submundo de una colmena de un “mundo colmena” imperial. O Mordheim (WFB) donde distintas facciones/razas se enfrentaban en una derruida ciudad imperial en busca de piedra bruja y “otros tesoros”.

Podríamos seguir así durante horas, ya que el catálogo de Games Workshop fue y es extenso. Me habré dejado algunos juegos como todo lo que sacaron de El Señor de los Anillos durante el boom de las películas, otros seguro que ni sé que existen, pero os he puesto estos ejemplos para que veáis lo que llegó a influir esta empresa inglesa en el mundo de los wargames de miniaturas que son los que nos interesan en este blog.

En la próxima entrada hablaré de lo que me atrevo a llamar el mundo del wargame de miniaturas fuera de Games Workshop.

Nota de Cordo: Pero Peto...quieres decir que hay algo más...¿...ahí fuera?

Saludos desde el Roble Eterno 

Peto