¡Buenos días acumuladores de plástico! Hoy tenemos montaña rusa en la escalada de los lectores ya que tras unos meses ha vuelto Carmen para enseñarnos la miríada de proyectos en los que ha estado inmersa. Tomad asiento y disfrutad, porque esto viene muy cargadito.
¡Muy feliz entrada de año! Hace ya un
semestre de mi última participación y creo que por más que quiera mandar
actualizaciones más a menudo, es el ritmo al que puedo participar. Además, se
ha juntado con el final de año y puedo presentar la segunda mitad del año y el
balance anual de pintura en la mesa. Antes de entrar en materia aprovecharé
porque me preguntaron en la última cómo conseguí crear el efecto mármol de la
esfinge y si os gusta la idea puedo hacer un tutorial en el siguiente efecto
mármol que intente crear.
Nota de Cordo: ¡Sí por favor!
Dicho esto, lo último que aporté si no me
falla la memoria fue una esfinge de escenografía. Desde entonces he pintado
otras costas, grandes, pero de número escaso. Así pues cambié de tercio y de
juego, aprovechando un encargo que llevaba mucho tiempo esperando su momento y
me lancé a pintar la miniatura de Magnus el Rojo preherejía. Fue todo un reto y
me encantó la experiencia. Exploré distintas formas de conseguir efectos, la
capa blanca o la luminescencia de las rocas. Su dueño quedó muy contento y me
alegro muchísimo de que así sea.
Una vez concluido el encargo fue el turno de
dos miniaturas que… no voy a decir que odie pero son feas con avaricia. Los
porta estandartes de batalla de los Reyes Funerarios son terribles y han
envejecido de pena, pero son los que son y quería pintarlos antes de pintar los
nuevos que son mucho más bonitos. En su momento cambié los estandartes de las
miniaturas antiguas por unos de Condes Vampiro, grandes y lisos, para hacer un
patrón a mano alzada que acabó en una hoja impresa y pegada sobre el plástico.
Quedó de pena, pero hice lo que pude en su momento. Ahora restauré los
estandartes originales, despinté y repinté el conjunto. Siguen sin gustarme las
miniaturas pero creo que ahora están un poco mejor.
Seguí después de estos con otro proyecto que
tenía para el año: avanzar con los necrones. Fue el turno de uno de los Ctanes
de plomo, el embaucador. Siempre me dio mucho respeto por la enorme cantidad de
metálico que tiene la miniatura. No quedé muy contenta pero bueno, pintado está
y menos necrones pendientes en la cola.
De proyectos inacabados fue la cosa porque
me había propuesto pintar lo poco que me faltaba de Sylvaneth para Age of
Sigmar y… no lo conseguí. Pero quedé cerca. 12 dríades para terminar las 60 que
tengo con unos toques distintos, más degradados, mejores peanas y algo de
fluorescencia.
Después de esto se me echó encima un torneo
(otra vez con mis patrones, veréis que se repite una vez más ), concretamente
para Old World en la Atalaya Vigía, en Zaragoza. Tuve que pintar tres Ushabtis
de plomo para los Reyes. Hacía mucho que quería pintarlos pero me daban respeto
(este semestre fue el de vencer metas personales) y finalmente me vi que o los
pintaba, o tenía un problema porque estaban en la lista xD. Muchas madrugadas
después, acabaron pintados.
A la vuelta del torneo me puse con algo muy
especial. Con motivo de la salida del juego Warcrow, de Corvus Belli, recibí
dos miniaturas para pintar por parte de la empresa y aproveché para darles el
momento de salir del gris. En este caso fue una Cirujana de Guerra y una
Evocadora de las Tribus del norte. Miniaturas chulísimas que espero haber
dejado a la altura de lo que merecían.
Y entonces, allá por octubre, sucedió la
locura. Estaba inscrita al torneo de Berlangas de Roa, de Old World, y dije…
¿por qué no me llevo a un dragón? Nada más volver de Zaragoza surgió esta idea
y enraizó. La verdad es que estaba en mi cabeza desde que estuve en el
Warhammer World y vi la conversión que allí tenían del dragón de hueso de los
reyes y dije… Quiero uno para mí. Y allí que me lancé, insomne perdida, a
convulsionar, reposicionear y reesculpir el dragón, además de pintarlo, en tres
semanas para el torneo de Berlangas. El trabajo que necesitó fue… tremendo. No
lo voy a negar. Sin embargo llegué, lo terminé, terminé las peanas del resto de
unidades, me acosté a las 4 de la mañana de la víspera del torneo y me llevé el
premio al ejército mejor pintado. Una paliza, pero que mereció completamente la
pena.
Nota de Cordo: Se nota por todas partes el esfuerzo, cariño y dedicación. Siempre da envidia ver piezas así de únicas.
Agotada después del dragón me embarqué en la
locura de llevar algo gigante a Talavera. Este año no asistí como jugadora sino
como parte de la organización, en la zona de demos, con The Old World. Para esa
misma zona un amigo me pidió que pintase un Titán Imperator Dies Irae y ahí que
me lancé, a pintar al pequeñín que tuvo el tremendo honor de acabar apareciendo
en las historias de AK Interactive.
En el propio evento se hizo un taller de
pintura y recibí de forma privilegiada una clase particular por Pitu, para
trabajar en una nave de Battlefleet Gothic. Fueron mis primeros pinitos en
cuanto a metal no metálico y me gustaría probar nuevamente porque me gustó
mucho el efecto.
A la vuelta de Talavera tuvimos una
asociación recién fundada, La Escotilla Estaliana, y para ayudar en lo posible
contribuí a pintar un poquito de escenografía pintando una granja y una taberna
de paredes blancas (odio pintar blanco) pero fue rápido y muy agradecido. Este
año quiero pintar más escenografía para el año que viene.
Por último me di cuenta de que se acaba el
año ya y que no me daba tiempo a cumplir el objetivo de pintar todos los
Sylvaneth y me pasé el resto del tiempo apurando. Fue el turno de 5 Gossamid
Archers, que había pospuesto más de dos años, por miedo a pintar las alas. La
presión de tener una fecha límite fue lo que propició que por fin los pintase.
Con esto concluye un año más, 77 miniaturas
en la lista, pero con dos muy monstruosas. Este año me gustaría aumentar este
número y recuperar otros ejércitos y empezar con otros nuevos (no sé si
silvanos, quizá). Os iré contando.
impresionante, ver tu ejercito de silvanos todos juntos con esa calidad de pintado tiene que ser una pasada.por cierto, el dragon esqueleto, que apoyos tiene en la peana? solo tiene el fuego que le sale de la boca? es que no consigo ver ningun otro
ResponderEliminarJoé, pues menudos 6 meses de paliza que te has pegado, eso sí, ha cundido muchíiiiiisimo y el resultado es espectacular, resaltando ese dragón de hueso; desde luego, se lo pusiste fácil a la organización para poder asignar el ejército mejor pintado (y probablemente transformado también).
ResponderEliminarFlipa tú con el dragón ese y en general con las alitas de los bichos esos (sylvaneth creo que se llaman, yo es que me quedé en silvanos ;D).
ResponderEliminarApunta por favor que aparte del tutorial del mármol, nos puedas mandar otro sobre el fuego del dragón, y ya de puestos, de cómo coges el pincel porque yo creo que no lo hago bien XD.
Impresionante las minis. Enhorabuena y gracias por compartir!!
Secundo todo lo anterior y clamo por ese tutorial de marmolado.
ResponderEliminarY me guardo las fotos de la casa para replicar el diseño, que me gustó mucho
ResponderEliminarEl nivel es alucinante Carmen, pero en concreto la conversión y el pintado del dragón se llevan la palma, de las mejores minis que he visto este año.
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