Siguiendo con la preparación de la campaña, hoy os presento el segundo de los dos grupos de juego, sus jugadores y facción elegida, así como a su general y un breve relato de cómo ha llegado hasta aquí...
Si aún no habéis leído las reglas de la campaña, las podéis encontrar aquí, lo demás tras el salto.
Grupo 2:
-Federico (Reinos Ogros)
-Dani (Hombres Lagarto)
-Jorge (Orcos y Goblins)
-Alejandro (Imperio)
-Luis (Elfos Silvanos)
-Roberto (Enanos)
Vamos a verlos uno a uno...
-Federico (Reinos Ogros)
Los secuaces de Brogg se estaban dando un festín. Hasta los
gnoblars estaban teniendo comida de sobra tras la última batalla. Brogg pensaba
que los orcos eran una buena presa. Brogg pensaba que los orcos no huían al
verles llegar. Brogg pensaba que era más divertido pelear y luego comer, que
perseguir y luego comer. Pero Brogg también pensaba que los orcos se acababan.
Los orcos no tenían granjas. Los orcos no tenían rebaños. Si se acababan los
orcos, no más comida. Así que Brogg había tenido que comer humanos. El último
humano que Brogg se había comido lloraba por su vida. Era divertido. El último humano
que Brogg se había comido le contó que varios ejércitos se movían hacia el
Oeste. Brogg pensó que varios ejércitos tenían que ser mucha comida. Brogg se
comió al humano. Luego Brogg y sus ogros se fueron al Oeste.
Federico es uno de nuestros últimos fichajes del grupo, y se ha animado a liderar a sus ogros en batalla a través de Brogg, su matón. ¡A ver de qué es capaz!
-Dani (Hombres Lagarto)
El sumo sacerdote había tenido una visión. Era una visión
extraña, breve y poco definida. Había una isla envuelta en una tormenta. Había
fuerzas mágicas desatadas en torno a su centro. Algo no se encontraba en
equilibrio. El sumo sacerdote slann había predicho una matanza, el Caos tramaba
algo. Xa Hex se había ofrecido voluntario para liderar el contingente, la
ciudad templo era segura, no habían sufrido ataques desde tiempos inmemoriales,
y los últimos desoves les permitían destinar un pequeño ejército a la misión. Xa
Hex estaba deseoso de demostrar su valía, ya que pese a todas las enseñanzas
sobre el peligro del Caos, no se había enfrentado más que a corsarios elfos,
sucias ratas y mercenarios en busca de riquezas. Xa Hex se debía a la ciudad
templo, pero era un aventurero, y sabía que aquí empezaba su historia.
Dani tiene toda la intención de sacarme de quicio, y le ha costado la vida decidir si su ejército iba a ser liderado por un escamadura, dos jefes eslizón o un chamán eslizón. Al final el escamadura Xa Hex ha dado un paso al frente y se ocupará para cumplir el mandato del slann..
-Jorge (Orcos y Goblins)
Krag estaba contento. Durante las últimas lunas el whaaagh
había crecido, partiendo de su pequeño clan. Al principio sólo podían desolar
pequeños poblados, atacar por sorpresa a los destacamentos imperiales, acabar
con sus caravanas…pero en las últimas semanas habían podido enfrentarse a los
malditos barbudos de las montañas. Gorko y Morko estarían contentos, aunque esa
victoria le había costado un ojo de la cara. Ahora su nombre de guerra era
Unzoloojo y pensaba convertirlo en temido. Recientemente habían visto partir a
los tapones, justo por el mismo camino que una guarnición imperial cogía hacia
el Oeste. Krag sabía que el éxito del whaaagh y su supervivencia como líder
dependía de aprovisionarse de enemigos…así que se pusieron en marcha. Seguro
que había enemigos de sobra al Oeste.
El whaaagh de Jorge, liderado por el gran jefe orco negro Krag Unzoloojo se dirige al Oeste con un objetivo claro y sencillo, acorde a su naturaleza. Repartir una somanta de palos.
-Alejandro (Imperio)
Fluxus estaba harto del coronel. ¿Cuándo demonios iba a
jubilarse? O aún mejor, ¿cuándo demonios iba a comérselo algún maldito hombre
bestia? Hacía años que se encargaba de la guarnición de la ciudad, que ejercía
como capitán imperial, que la zona estaba casi pacificada…pero aún tenía que
seguir las órdenes del excéntrico viejo. ¡Era el hijo de un Conde Elector! Ser
el tercero sólo le había dejado como opción la carrera militar, y tras ser
expulsado de la Orden del Sol Llameante le había tocado unirse a las tropas
estatales…pero ni en su guarnición podía ser el hombre al mando, era
insultante. Resulta que hacía unas noches se había desatado una pelea en una de
la tabernas, varios hombres discutían sobre los últimos movimientos de tropas
enemigas en la zona sur de la región. Él sabía que esas tropas habían pasado
ignorando casi todas las zonas pobladas, con incidentes menores. Pero los
malditos borrachos empezaron a hablar de un artefacto mágico, del peligro sobre
nosotros, y de un montón de tonterías. Era sólo una pelea de taberna, pero el
tema discutido llegó a oídos del viejo. Y ahora le había ordenado viajar con
algunas tropas a descubrir la verdad sobre el asunto, y a traer la condenada
reliquia. Ese coronel no había hecho nada meritorio en su vida, ¿y ahora le
tocaba a él buscarle algo que pudiera ofrecer al Conde? Lo que tenía muy claro
es que si la historia no era una patraña, iría directamente a ver al Conde…más
valía ver la misión como una oportunidad…
Sí, otro Alejandro dirigiendo un ejército imperial...en este caso encarnado en su capitán Fluxus von Raukov, con un perfil bastante alejado del típico héroe protagonista. Pendenciero, caprichoso, arrogante...seguro que más de uno se va a acordar de su nombre.
-Luis (Elfos Silvanos)
Un elfo silvano desterrado. No existía mayor deshonor. Los
enanos eran una raza inferior, pero en momentos como este Oropher entendía cómo
debía sentirse el matador junto al que combatió durante días en la batalla de
Hamminan, matando hombres bestia incansablemente. Bueno, realmente no, el
camino del matador lo elegía el propio enano. Su destierro, pintado como una
traición, era una historia de dedicación y de celos. Oropher pertenecía a una
casa secundaria, y cómo tal había sido destinado a proteger la linde el bosque
y asegurar que ningún intruso profanara los territorios élficos. Era una tarea
noble, y Oropher no tenía problema en desempeñarla, pero en algunas ocasiones
sus deberes le llevaban a perseguir enemigos más allá de sus tierras. La última
vez que esto ocurrió se vieron obligados a internarse especialmente en el
Imperio, y pese a que mantenían un tratado no verbal de no agredirse
mutuamente, los humanos y los elfos recelaban entre sí. Un destacamento
imperial bastante nutrido viajaba en ese momento por la región, y ni siquiera
era local, así que Oropher se vió obligado a evitarlos durante días, pensando
en no desperdiciar las vidas de los elfos a su cargo, y en no provocar un
enfrentamiento con los humanos que pudiera romper la frágil paz. El problema es
que su demora había permitido que ese mismo destacamento imperial penetrara en
el bosque, talara sus árboles y realizara hogueras mientras celebraba su
“misión”. Al regresar, Oropher se vió acusado de dejación de funciones y de
confabulación con el enemigo, ya que la casa principal recelaba de su
reputación entre los elfos y la cantidad de guardias del bosque que había
querido servir bajo su mando. Como consecuencia su unidad y él habían tenido
que abandonar Athel Loren, y ahora la ira que atenazaba a Oropher no tenía fin.
Perseguirían a los humanos hasta dónde fuera necesario, se asegurarían de
defenestrar sus planes, acabarían con ellos y volverían a Athel Loren con
pruebas de su buena fe.
-Roberto (Enanos)
Desde la muerte de su padre, batallando contra los
incansables y despreciables orcos, Björn se había convertido en señor de su
clan. Ser señor del clan era un honor y una gran responsabilidad, pero a día de
hoy su clan se encontraba reducido a la mínima expresión, constantemente
asediado por los ataques de orcos, skavens, ogros y otros ancestrales enemigos.
Todo había empeorado desde que su bisabuelo cayera en batalla y los skavens
robaran el arma rúnica el clan. El hacha del juramento estaba hecha con
armanitum, portaba poderosas runas, y todos y cada uno de los miembros del clan
habían jurado recuperarla si tenían la oportunidad. Hacía más de un siglo que
no se sabía nada del hacha, pero los comerciantes humanos de la última
temporada hablaban de otra reliquia de armanitum perdida, muy lejos al Oeste,
posiblemente en el Gran Océano. Probablemente no fuera la misma, pero el
armanitum es reforjable, y una expedición así podría restaurar el honor del
clan. Björn había meditado durante semanas sobre ello, pero la fortaleza
empezaba a encontrarse ruinosa, y no estaba dispuesto a que otro ataque acabara
con el clan extinguiéndose. No durante su guardia. Había dado la orden de
prepararse para el viaje. No habría orco, ogro, humano, elfo o bestia que
impidiera que el clan recuperase su honor. Por su barba que ese artefacto sería
enano.
Si no me equivoco Roberto anda pensando en su segundo ejército, pero mientras se decide, los enanos darán la batalla, liderados por Björn, su señor del clan.
Pues con esto se acaban las presentaciones. Los jugadores están preparando su primera lista, de 1000 puntos, y la siguiente publicación serán los primeros enfrentamientos y el primer escenario.
Seguimos con buenos personajes y ejercitos interesantes, veremos que tal son a nivel reglas los heroes y todas las tropas que los acompañan :)
ResponderEliminarUn saludo.