Buenos días amantes de los dados, cartas, tableros, miniaturas y otros objetos de bien. Siguiendo con esta serie de introducción a juegos de mesa, para ponerle a cualquiera difícil elegir delante de la estantería, hoy cambiamos a un juego tan ligero como fuente de pequeños piques. Toca conocer Splendor.
Como siempre, la clasificacioncilla de rigor. En este caso Splendor es un juego que se aprende en menos de 5 minutos, las partidas duran 20-30, no requiere mucha preparación y permite que 2-4 jugadores se echen un ratillo, con una mínima profundidad. Por eso lo metería como juego social, es la excusa para pinchar a tus amigos.
1. Juegos de mesa clásicos (y relativamente fáciles). Son los juegos masivos que puedes encontrar en cualquier sitio, sean un poco más complejos y largos o no. Me refiero al Monopoly, el Cluedo, el Risk, el Trivial...
2. Juegos de mesa sociales (y que suelen ser fáciles). Estos juegos tienen una explicación corta, suelen tener duraciones menores o en torno a una hora, y son juegos que fomentan la interacción por encima de la competitividad. Por lo general, son ideales para echarse unas risas con amigos, o para sacarlos después de cenar, y ganan si hay bastantes jugadores (bastantes me refiero a más de 4). Un ejemplo para mí es el Díxit, del que hablaré en otra entrada.
3. Juegos de mesa intermedios (como Stone Age). Aquí cruzamos la frontera hacia los "juegos frikis", aunque en los últimos años se han popularizado bastante más y una tarde de juegos de mesa es algo mejor visto. Estos juegos suelen tener un componente táctico/estratégico importante, cierta competitividad, y aunque las reglas no sean excesivamente complejas, hay más cosas que controlar y decisiones que tomar. Normalmente se juegan con 3-5 jugadores y la duración se acerca a las 2 horas.
4. Juegos de mesa complejos. Estos son los juegos frikis puros. Hablamos de juegos desafiantes, en que hay que comerse la cabeza, lo que no significa que no sean divertidos y haya risas. Son juegos en que la explicación puede ser extensa, a veces es conveniente que todos los jugadores se hayan leído las reglas previamente, y cuya duración va de las 2 horas a las 6 (o más). Para mí un ejemplo puede ser Arkham Horror, que es especialmente peculiar porque es un juego cooperativo, no competitivo.
Para empezar, Splendor es un juego de ambientación comercial. Es decir, eres un comerciante y estás construyendo tu imperio, en torno al mercado de la joyería. Básicamente, te harás con fuentes de recursos (y maneras de transportarlos, tiendas, artesanos...) e intentarás ser más rico que el resto, y más rápido.
En Splendor hay tres componentes básicos, las fichas de joyas/recursos, las cartas de fuentes de recursos, y las tarjetas/losas de los mecenas/nobles. Expliquemos qué son, y después la mecánica.
-Joyas y dinero. Hay cinco gemas, de color blanco, negro, rojo, verde y azul. Además, hay una ficha amarilla, el oro, que hace de comodín. Con estas fichas es con las que compraremos las cartas de producción (¡para "tener" más fichas!) y las losas de nobles. Las fichas de gemas y oro se pueden obtener durante nuestro turno, como veremos luego, y se consumen al comprar.
-Cartas de producción. Estas cartas tienen tres niveles, que más o menos funcionan según lo caras que son, y la magnitud de la recompensa que proporcionan. Durante la partida, tendremos a la vista 4 de cada nivel, disponibles para comprar. Las cartas tienen, en su esquina inferior izquierda, un coste. Son las fichas que debemos gastar para adquirirlas. En la esquina superior izquierda, tienen un valor en puntos de victoria, que es lo que necesitamos para ganar. Y en la esquina superior derecha, lo más interesante, "lo que producen". La carta funciona como tantas fichas de gemas como aparezcan en esa esquina. Hay que mencionar que si pensamos que un rival va a comprar una carta para la que estamos ahorrando, es posible "reservar" hasta tres cartas, luego lo vemos.
-Losetas. Son lo más simple, ya que solo proporcionan puntos de victoria, pero no "cuestan". El primer jugador que reúna la producción requerida por la loseta, la adquiere "gratis". Es decir, solo cuentan para las losetas lo que tengamos en cartas, no en fichas.
Visto esto, la mecánica de juego es bastante simple.
Se comienza teniendo a la vista 4 cartas de cada nivel, un número de losetas determinado (en función del número de jugadores) y una cantidad de fichas disponibles (el tamaño del montón también varía con el número de jugadores, para poder agotar colores en determinados momentos, y fastidiar a los rivales).
El turno del jugador tiene tres opciones:
-Coger 3 gemas distintas, o 2 del mismo color. Claro que puede que algún color esté agotado...
-Reservar una carta, y coger una ficha de oro.
-Comprar una carta. Habrá que pagar su coste en fichas, teniendo en cuenta los descuentos que nos proporcionen nuestras cartas previas. Una nueva carta del mismo nivel pasa a sustituirla.
Al terminar el turno del jugador, si cumple los requisitos de una loseta de noble, la adquiere, y si tienes más de 10 fichas, debe desprenderse del excedente.
Al final de la ronda, se comprueba si el juego acaba.
-El juego acaba si alguien tiene 15 o más puntos, ganando el que más puntos tiene. Como todos los jugadores juegan el mismo número de turnos...el empate es perfectamente posible.
Y ya está. Juego simple. Tiene algunos puntillos como agotar las gemas que ves que está intentando conseguir el rival, reservarle la carta que obviamente pensaba comprar, o intentar llegar antes a determinada loseta. También puede que compres la carta que buscaba tu rival, y la nueva que salga le venga mejor claro. Por lo general, tiendes a acabar jugando 2 o 3 partidas seguidas, aunque tampoco es un juego al que vayas a querer volver cada fin de semana. Lo bueno, es que por su duración y sencillez, puede complementar una tarde de juego a otra cosa, o ayudar a introducir a nuevos jugadores. Si hay una pega, es que "la ambientación" no la vas a notar. Las ilustraciones son bastante buenas, pero simplemente vas a pensar en colores y números, y probablemente ni te fijes.
Pues nada, ahí queda eso, una sugerencia más para los Reyes Magos.
A ver si me animo a sacarlo. Me lo regalaron y todavía no lo he probado
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