lunes, 18 de mayo de 2020

[INFORME/OPINIÓN] Leyendas de Khaine (Crónica del torneo Kekolandia XIII 2/3)

Muy buenas estrategas. El bueno de Enric ha logrado encontrar algo de tiempo para mandarme la segunda parte de su del Kekolandia XIII, en que sus Elfos Oscuros khainitas tenían sangre que verter. En esta entrega nos cuenta a modo de informe de batalla la primera ronda, contra una lista de pielesverdes deseosa de entablar combate.





¡Buenas de nuevo! En el último artículo nos quedamos con la lista de elfos oscuros de Khaine, en la que os daba el tostón con “mis pensamientos en voz alta” a la hora de plantearme una lista en base a su trasfondo temático para posteriormente intentar encajar (con más o menos gracia) este romántico concepto con una “jugabilidad” decente, dado que la iba a llevar a un torneo, donde el resto de jugadores no tendrían a priori ese hándicap negativo.

Hoy os traigo las crónicas del XIII torneo de sexta edición de Kekolandia, y como se portó la lista en las batallas.

EL TORNEO

El torneo tuvo lugar el domingo 23 de febrero en la tienda Kekolandia de Barcelona, empezando a las 10 de la mañana (por mi parte encantado por el horario, ya que no me preocupa acabar más tarde, y el hecho de no tener que madrugar tanto se agradece para tener el coco bien despejado). Hace pocos meses se mudaron de local (estaban justo al lado, a 50m como mucho), y este local nuevo me gustó mucho. Aún estaba con cosas a medio montar, pero ya se ve que es una entrada pequeñita y de poca altura, con un par de estanterías y la caja y ya, con una escalera abierta que baja media planta… a una gran sala, ancha y muy alargada, donde están todas las mesas dispuestas. Esta disposición la hace muy atractiva visualmente. Me gusta más que la anterior que tenían, que quedaba separada en dos zonas (mejor de cara a la acústica, pero no tenía la sensación de espacio que tiene esta).

Como características de los torneos Keko, que ya llevan unos cuantos, destacar que este era a 2000pts, estándar (no siempre es así, el año pasado hicieron uno muy chulo en el que la primera partida era a 1000, la segunda a 1500, y la tercera a 2000pts, añadiéndose los 500 y 500 puntos a la lista de 1000, sin poderlas cambiar –aunque sí aumentar unidades de tamaño o añadir objetos mágicos, etc), y que las partidas consisten en una batalla campal, y dos escenarios personalizados que Marcos, el organizador –y habitual del grupo de whatssap de MDNR de Barcelona- cambia de torneo en torneo, haciendo que cada uno sea una experiencia distinta.  

Los torneos suelen ser de tamaño moderado, limitados por el número de mesas a 14 jugadores (los primeros solían ser más pequeños, por asistencia, y por limitaciones de la tienda, pero ahora se llenan siempre enseguida), y los premios se sortean, cosa que personalmente también me encanta.

El único “pero” que pondría a los torneos Keko para mejorar es que las listas las revisa el propio organizador, que a la vez es jugador en el torneo, con lo que se crea la situación extraña de que conozca las listas de los demás de antemano sin conocer el resto la suya (se lo he comentado alguna vez y como lo solventó Cordo, publicando su lista, para que todo el mundo estuviera en igualdad de condiciones, e incluso ofreciéndome a ser yo quien revisara las listas en algunos torneos a los que no podía asistir… pero nah, que le gusta hacerlo así, y de momento, no ha habido manera de cambiarlo. ¡Seguiré intentándolo! (En parte, porque me encanta revisar listas, jejeje).

Para acabar, el torneo no permite usar personajes especiales ni monstruos arcanos, y limita los mercenarios a 0-1. (Por mí perfecto también. Ya tenemos Corredores para probar estas cosas, y ya va bien que no sea la tónica habitual, que haría menos especial el poder llevarlos).

De camino al torneo hice una repasada a los escenarios… que realmente me iban bastante mal con la lista. El primero era una batalla campal estándar (para irse despertando), pero el segundo, romper la línea, daba puntos extra por cada unidad que acabara en la zona de despliegue del adversario –no especialmente bien para mi ejército basado en la infantería, pero ni tan mal… a lo mejor colaba alguna ligera- y el tercero es el que me iba peor: “Me cogieron meando” es un escenario en que dos ejércitos se encuentran sin darse cuenta. El límite de despliegue es 20cm en vez de 30cm respecto el borde de la mesa (con lo que la distancia que tendrían que recorrer mis frágiles elfas hasta un supuesto adversario estático pasaría de 60cm a 80cm), y además no puedes elegir donde despliegas, sino que antes de desplegar debes tirar 1d6 y con 1-3 despliegas “en la parte izquierda” de 90x20, y 4-6 en la otra parte.

Para acabar, en el torneo había bastante variedad de ejércitos: dos ejércitos de las 4 razas “principales”: dos imperiales, dos pielesverdes, dos enanos (ambos saliéndose de lo normal por cierto: uno con yunque, y el otro con el barcatronante. ¡Nice!), y dos Condes Vampiro (uno de ellos Jordi con sus Strigois), un representante de cada raza élfica (altos, oscuros y silvanos), y un skaven, un mercenario, y un ejército de Caos de Khorne.

PRIMERA PARTIDA


Empecé enfrentándome a Victor y sus pielesverdes, que curiosamente no llevaban ni una unidad de caballería, sino que se centraban en hordas de infantería a pie: tres peñas grandes de orcos (creo que orcos, grandotes y salvajes, con personajes dentro), una de goblins nocturnos y snotlings. Además, llevaba dos lanzavirotes, dos carros de lobos, un garrapato grande y enfurruñado, una vagoneta de ataque snotling… y un aracnarok con catapulta. (Nota: normalmente no le pondría catapulta al aracnarok, pero Victor lo hacía avanzar al ritmo de la infantería, sin necesidad de marchar, y así podía disparar sin temor).

El campo de batalla quedaba separado en dos por un bosque que había en el centro, y desplegamos “lo gordo” en una mitad (mi mitad derecha, rodeada por tres bosques y unos campos, creando un “ring de lucha” en el centro), que se daría de tortas en ese lado, mientras que la mitad izquierda quedaba más despejada, con algunas unidades rápidas que intentarían rodear al adversario por detrás, y algo de disparo. En los bosques que rodeaban al ring coloqué el lanzavirotes y las arpías, y Victor su Aracnarok y uno de sus lanzavirotes también. Como curiosidad, estuve todo el despliegue guardando una de mis unidades de mastines hasta que desplegara su garrapato, para poder sacrificar ambas unidades… pero Victor se lo guardó hasta el final, así que finalmente acabó el garrapato frente a mis jinetes oscuros.

En el flanco izquierdo, los druchii se preparan para amalgama de "cosas raras" pielverdes.

En el derecho...no lo tienen tan claro. ¡Ahí hay mucho pielverde!

PRIMER TURNO

¡Whaaaaaaaagh!

Tuve la ventaja de que, al tener que poner todas las unidades en ese “ring”, los pielverdes andaban más apretados y se entorpecían entre ellos. Victor decidió empezar primero, y básicamente avanzó todo hacia adelante, al ritmo de la infantería. Fue un turno rápido, con sus disparos fallando o haciendo poco, y con un solo chamán no había demasiado peligro mágico.

En mi primer turno analicé las amenazas que había: en el flanco izquierdo, el garrapato, la vagoneta y el carro de lobos se acercaban peligrosamente. Por suerte, iban a velocidades distintas, y pensé que quizás podría encargarme de ellas por separado, priorizando el carro y el garrapato, y dejando la vagoneta para el final… pero empecé fallando estupidez con los gélidos (Nota de Cordo: Como siempre), que se quedaron ahí tontos…y me entró el pánico e hice un cambio de táctica: cargar con los jinetes oscuros directamente al garrapato, y eliminar variables de la ecuación. Ambas unidades reventaron simultáneamente (Sí, mi unidad era 30 puntos o así más cara… pero el daño potencial del garrapato tenía que ser anulado sí o sí). En la fase de disparo, los ballesteros acabarían con el carro de lobos sin demasiados problemas.

En el lado derecho, era más complicado: aparte de mis pantallas tenía 3 unidades de infantería (una de ellas de solo 10 elfas brujas), contra 4 unidades pielesverdes, un carro y la araña… no pintaba bien que digamos. Por suerte, los salvajes bloqueaban el paso a los orcos grandotes, y en el otro lado, los goblins nocturnos y los orcos comunes tendrían problemas para pasar… sobre todo si los mastines marchaban directos hacia los goblins nocturnos para obligarles a soltar los fanáticos. Así lo hice, y aunque uno de los fanáticos atravesó a los perretes y les hizo huir, el otro fanático se quedó ahí bloqueando el paso pielverde. Viendo que la Aracnarok podía hacer destrozos con su catapulta, y que tenía que aprovechar ahora que los pielesverdes estaban molestándose los unos a los otros, avancé para poder cargar al turno siguiente con las dos unidades grandes, mientras la pequeña de brujas se quedaba algo más atrás, cubriendo y sin exponerse tanto.

Sin miedo, los druchii avanzan orgullosamente

Los otros mastines los iba a usar como cebo ante los orcos grandotes, obligándoles a cargar para luego huir, y ser yo quien cargara con los verdugos. Quería ponerlos más oblicuamente que en la foto, para que dieran el flanco, pero me quedé corto de movimiento y el perro de la derecha no podía mover más… así que tendría que ser carga frontal.

SEGUNDO TURNO

Y en el turno dos metí la pata, la metí hasta el fondo. Victor me cargó con el carro a los mastines “de manera que si decidía huir, ya no tendría que cargar obligatoriamente con los orcos salvajes, que cargan en la fase de movimientos obligatorios”… y tonto de mí, lo di por bueno y no caí en ello ni lo rebatí. ¡No! Recordemos: aunque decidas huir como respuesta a una carga, el movimiento se hace después de la fase de movimientos obligatorios… así que aunque te carguen y declares huir, si hay una unidad con furia asesina a rango, esta tiene que cargarte antes que se haga efectiva esa declaración de huir. Tendría que haber declarado huida, y seguir con el plan original de atraer a los orcos salvajes… Pero estaba aún medio dormido y di su estrategia por válida… así que decidí quedarme con los perros, atrayendo a los orcos salvajes. Además, pusimos mal las unidades, al mover antes al carro que a estos, de manera que, en vez de quedar trabadas “el máximo de miniaturas”, primero trabó el carro, y en la fase de movimientos obligatorios, lanzó a los salvajes de manera que al arrasar se trabaran con mis verdugos. Una hora más tarde caí en que todo aquello estaba mal, y que no lo habíamos hecho bien (¡joer, justamente los mastines estaban para evitar eso!), pero lo dicho… estaba medio distraído y dejé que mis planes se fueran al garete.

Nota de Cordo: Aquí ni Enric ni su oponente tenían ni tienen clara la secuencia (y es normal). He consultado el Reglamento Anotado en borrador, y os describo la secuencia correcta:
1. Declarar cargas voluntarias (todas).
2. Declarar reacciones a las cargas voluntarias (todas). No ejecutarlas.
3. Declarar cargas obligatorias (como furia asesina), y sus reacciones. No ejecutarlas.
4. Comprobar las distancias de cargas. No ejecutarlas.
5. Chequeos de psicología de unidades que reciben cargas. Esto se hace aquí para garantizar que solo chequees pánico, miedo o terror para cargas que realmente llegaban y solo si no habías declarado huir. El que declara la carga debería hacer sus chequeos en el momento.
6. Resolver las huidas (sean por reacción o por fallo de chequeo) del receptor. Si el que declara la carga ha fallado algún terror, su huida no se ejecuta aún.
7. Redirecciones a la carga. Ahora se declaran las redirecciones. No me gusta demasiado este punto aquí en concreto porque ya has medido a que distancia está la unidad a la que cargas y ya sabes cuánto ha huido, por lo que sabrías si la pillas si no rediriges. Pero es la única manera de saber si la unidad que huye te habilita una nueva carga.
8. Ejecuta los aguantar y disparar, y si causan pánico realiza el chequeo, pero no ejecutes la huida.
9. Aquí ya hemos cambiado de fase, no estamos en cargas, toca reagrupar tropas que estuvieran huyendo del turno anterior.
10. Realiza los movimientos obligatorios, incluidas todas las huidas pendientes del "atacante". La carga de la furia asesina no es un movimiento obligatorio a estos efectos, se ejecuta con el resto.
11. Mueve las tropas que cargan en el orden en que han declarado las cargas. Eso significa que las cargas de furia asesina son las últimas. Y que si alcanzas alguna unidad puede provocar pánico por ser alcanzada huyendo.
12. Fase de resto de movimientos.


El resto del ejército pielverde siguió avanzando, y uno de los fanáticos atravesó a la unidad de brujas grande y se estrelló contra el terreno difícil de delante (también hicimos eso mal, ya que dirigimos los ataques del fanático “como disparos” entre el caldero y las brujas, cuando en realidad debería haber afectado a las dos por separado) . Por si fuera poco, el catapultazo acertó de lleno a mis verdugos, acabando con 4 o 5, ups.

En la fase de combate, efectivamente, los mastines fueron destrozados, y los orcos arrasaron hasta los verdugos, mientras el carro arrasaba hasta las elfas brujas. Algo realmente muy tonto viéndolo en perspectiva, que debería haber visto y se me pasó totalmente.

En mi segundo turno, lo único que pude hacer en el flanco derecho fue cargar con las arpías a los orcos salvajes, para intentar compensar a base de bajas los modificadores estáticos del combate. En el lado izquierdo, maniobré con los gélidos para que pudieran cargar a los orcos salvajes si estos ganaban el combate y perseguían a los verdugos. Aquí cometí un error, dado que al intentar “no dar el flanco” al lanzapinchos para que este no hiciera una brocheta de lagarto acabé quedando demasiado cerca de los orcos salvajes, si estos conseguían una tirada alta al perseguir (recordemos que era mi turno. Si los salvajes ganaban a los verdugos… tenían el turno siguiente para hacer maldades).

En mi fase de disparo, los ballesteros acabaron con la vagoneta de ataque snotling, acabando con la tercera amenaza proveniente de esa dirección, mientras que con el lanzavirotes del centro intenté reducir la potencia de la unidad de los orcos grandotes con el general orco negro que venía detrás, previendo un combate épico entre las elfas brujas y esa unidad.

En la fase de combate, pese a que el asesino se portó bien e hizo una escabechina de orcos salvajes, de manera que estos no pudieron ni llegar atacar, el héroe orco y el campeón mataron un par de verdugos, y después las arpías y el resto de verdugos no hicieron nada. Debido a las filas y la superioridad numérica acabó ganando el combate por uno o dos puntos. A pesar de tener al general cerca, fallé la desmoralización con un 11 y los salvajes atraparon a la unidad, persiguiendo un porrón y poniéndose a una distancia de carga justilla justilla de los caballeros gélidos. Las arpías también se fueron bien lejos (estas no pueden usar el Liderazgo del general… así que no confiaba en reagruparlas). Por otra parte, el carro no le hizo más que algún rasguño a las elfas brujas, y estas lo destrozaron y arrasaron. Por suerte, avanzaron poco, y los orcos grandotes no estaban a distancia de carga.

TERCER TURNO

En este punto Victor tenía la partida bastante dominada, y muy astutamente cargó con los salvajes a los gélidos en la fase de declaración de cargas, antes de ver si realmente llegaban gracias a la furia asesina o no, para obligarme a decidir si huir o arriesgarme a quedarme. Preferí huir a arriesgarme y regalar la unidad. Decidió no cargar con el Aracnarok (si hubiera arrasado más, podría haber ofrecido un flanco, pero por suerte no fue así), y acercó sus orcos grandotes por un lado, y los goblins por el otro, aunque manteniéndose lejos para que yo no llegara, e irme rodeando. Afortunadamente, yo tenía aún mi as en la manga (El estandarte que me sumaba 3d6 al movimiento de carga) para poder cargar con las elfas brujas… así que no me rendí. Lo único destacable es que en la fase de magia sacó una fuerza irresistible (con su chamán de nivel 1, a dos dados) y me redujo las elfas brujas pequeñas a la mitad, grrr, yo que quería lanzarlas contra los goblins a lo loco. Como empezamos tarde la primera ronda, había menos tiempo para jugar la partida e íbamos un poco justos de tiempo, así que a partir de aquí se acabaron las fotos. Lo siento.

En mi turno, de todo o nada, cargué a los orcos grandotes con las brujas. Llegué gracias al estandarte, y me preparé para la última batalla. Si conseguía hacer huir a la unidad ese turno, arrasaría y saldría de la trampa que me estaba poniendo (ahora tenía el Aracnarok en el flanco, preparado para destrozarme). Además, las elfas brujas que quedaban cargaron contra los goblins suicidamente -no les quedaba otra-.

En el flanco derecho los dados decidieron reírse de mí un poco. Los ballesteros de repetición fallaron el pánico causado por los gélidos huyendo, y se largaron, aunque estos se reagruparon y se prepararon para cargar a los orcos salvajes.

En la fase de combate, las elfas brujas vs goblins fallaron vilmente sus impactos, y pese a acabar causando alguna baja, no fue suficiente para compensar el bonificador de +5 por estandarte, superioridad y filas. Aun así, no huyeron, y recuperaron la furia asesina gracias al caldero.

Y en el combate grande… tonto de mí, me olvidé los impactos por carga del Caldero. No sé qué me pasó ese día, pero me olvidé de ellos en todas las partidas… y en esta hubieran sido claves… 

Decidimos que sería bonito hacer un desafío entre la Sacerdotisa y el Kaudillo Orko (ahora dudo si hicimos desafío o no… Yo no habría declarado un desafío porque con aceptarlo con su campeón ya me la liaba, y lo mismo su kaudillo… aceptándolo yo con una elfa bruja anulaba su capacidad destructiva. No sé, quizás pactamos hacerlo así bonito, o simplemente dirigimos nuestros ataques el uno hacia el otro. Probablemente lo primero). Total, en el “desafío”, impacté con 3 de los 5 ataques, y entre el veneno, el caldero y el matahombres herí con los tres… atravesando su armadura. Tenía una especial de 4+… y falló dos de las tiradas, quedando con una herida restante. A la vuelta, el Kaudillo, con sus tres ataques (le anulé uno con la Mano) consiguió causar sin demasiada dificultad las dos heridas de mi Sacerdotisa, partiéndola en dos. Aparte, las brujas hicieron una buena escabechina orca, y gané el combate decentemente, a pesar de que llevaba el estandarte de guerra, que redujo un poco mi victoria. Peeeero, los Dioses no estaban de mi parte ese día. Creo que tenía que sacar un 3 o un 4… y lo sacó, quedándome con cara de tonto y sabiendo que la partida estaba totalmente perdida. Malditos impactos por carga del carro :O con que hubiera hecho una o dos heridas más, la unidad hubiera huido, me hubiera llevado puntos por estandarte, general, la unidad entera…y salvado a las brujas. En cambio, tontamente de nuevo, el turno siguiente las elfas brujas serían reventadas por el Aracnarok, regalando más de 500 puntos entre estandarte, caldero y unidad.

TURNOS SIGUIENTES…

Poco más pasó en la partida, que ya estaba decidida. Victor cargó con sus snotlings a mis ballesteros, a pesar de que estaba claro que no iban a llegar, para que estos al huir se quedaran en medio del movimiento de los gélidos y no les dejaran cargar a los orcos salvajes (sí, un poco suciote XD en verdad), con el aracnarok a las brujas, que en la fase de combate huyeron y fueron atrapadas. Las otras brujas que quedaban también acabaron por huir… y poco más. Al final sí que, con los orcos salvajes obligados a ir cargando, acabaron dando la retaguardia a los gélidos y en el último turno intenté recuperar algo de dignidad (esa unidad con héroe también tenía mi estandarte de los verdugos), pero tanto el héroe como los caballeros pincharon todos, y solo causé una herida con un gélido, y a cambio los orcos negros consiguieron herir a dos caballeros, que salvaban a 2+… y, efectivamente, saqué dos unos XD con lo que la unidad, que ya había sufrido una baja del lanzapinchos, quedó reducida a menos de la mitad, y compensó el -2 de la carga por la retaguardia. Muy triste todo ello, jaja.



Resultado: masacre a favor de los pielesverdes. Durante la partida lo pasé bien; Victor es un oponente con el que es muy agradable jugar (ya nos habíamos enfrentado con mis ogros en un torneo anterior, y me reitero, es un placer jugar con él) y que actúa con mucha cabeza. Ahora, al cabo de los días, me da un poco de rabia el resultado, sabiendo que muchas de las cosas se podrían haber evitado usando un poco la cabeza (recordando que el movimiento por carga se resuelve después de tener que declarar carga por los movimientos obligatorios hubiera dejado a los orcos salvajes listos para ser cargados, en vez de recibir yo la carga / y si hubiera recordado los malditos impactos por carga del caldero hubiera poder hecho huir al general orco y su unidad, y salir del radio de visión de la Aracnarok … y quizás lograr un empate o algo así).

No obstante, eso me “hubiera salvado los muebles” y habría evitado la masacre que me llevé… pero no hubiera sido suficiente para ganar. Cometí otros errores que podrían haberme ayudado en la batalla (el primero, el de composición de la lista, al tener solo 15 verdugos en una unidad principal en mi plan de batalla).

En primer lugar, el despliegue: las arpías no pueden usar el liderazgo del general, y va y las pongo cerca de él, y en cambio los mastines, que sí que pueden usarlo, los dejo lejos…Lo hice por las limitaciones del terreno, pero un poco de cabeza podría a haberme ayudado a reagrupar mastines y aprovechar mejor la burbuja del Liderazgo.

En segundo, ya en el primer turno, tener pánico del garrapato despachurrador y sacrificar los jinetes oscuros para matarlo, teniendo disparos de sobras (el carro de lobos no se puso a alcance el primer turno… ya que sino podría haberlo cargado con los jinetes oscuros) fue un derroche que los Druchii no se pueden permitir. En todo caso, podría haber preparado las arpías para ello, que hubieran hecho lo mismo… y haberme dejado los jinetes libres para ir a flanquear y dar por saco con mejor resultado. Pero no… la visión de 3 trastos que causan mucho daño por carga acercarse juntos me atemorizó, y preferí hacer un intercambio directo con una unidad que me podría haber ido muy bien, y eliminar variables en la batalla.

El movimiento y avance de mis 3 infanterías podría haber sido mucho mejor… aunque aquí no lo considero un “fallo”, sino la falta de costumbre de llevar unidades con furia asesina, es algo que he ido mejorando durante el torneo, pero donde aún me queda mucho por practicar. Finalmente, dejar el flanco de las elfas brujas al alcance del Aracnarok solo puede entenderse como un riesgo innecesario dado por la necesidad de “darlo todo y arriesgarse, porque esto pinta mal”, pero podría haberse solucionado si no hubiera sacrificado antes todas mis pantallas. Tenía 4 unidades de apoyo y las desaproveché bastante, y eran muy claves en esta partida. Incluso podría haber puesto a las otras elfas brujas a redirigir, que al tener furia asesina no corrían el riesgo de fallar un terror tonto.

Para acabar, puse el lanzavirotes en el centro del claro para aprovechar el espacio –y que todo lo gordo iría por ahí- pero después no supe coordinar mis movimientos con su línea de visión, y acabó disparando a lo que veía en vez de buscar objetivos interesantes para la partida en si (reducir filas, superioridad numérica, causar pánicos… cosas de esas). En mi defensa diré que no sabía que el Aracnarok tenía catapulta y pensé que podría obligar a los pielesverdes a acercarse… pero tras el primer turno ya vi que o iba yo, o podía recibir muchas pedradas de tela de araña.

En conclusión: perdí, mucho y fuerte. Pero he aprendido más de esta batalla que sumando muchas otras juntas, así que a posteriori quedo contento. Me gustaría volverla a jugar y cambiar los fallos que hice.


¡Y esto es todo por hoy! En el próximo, resumiré un poco las otras dos partidas que faltan y la conclusión del torneo. Nos leemos.


1 comentario:

  1. como siempre interesante esos informes autocriticos , lastima que no os cruzáramos en ese torneo que ha sido el primero para mi en MdNr con sexta , aunque tuve tres rivales de bandera la verdad y me lo pase genial , a ver las otras dos partidas , aunque la segunda la estuve mirando un buen rato ya que mi rival y yo la jugamos como un rayo .
    Por cierto fue contra Victor y reafirmo que es un placer jugar contra el , aunque no tuvo mucha suerte contra mi.

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