Buenas viciosillos del ocio virtual. Hace ya unos mesecillos conseguí que Fatshark, la desarrolladora de Vermintide II, nos dejara un par de claves para trastear el videojuego, y aunque no he tenido el tiempo que me gustaría para dedicarle de forma intensiva, no quiero dejar pasar más antes de daros mis impresiones del juego, por si os tienta en una de las múltiples ocasiones en que le caen ofertas.
Lo primero he de decir que aunque no le haya dado tanta caña, alguna horilla sí le he echado, especialmente en alguno de los directos de Twitch hechos por Pumu, en que en varios ocasiones ha llegado a formar una banda completa con espectadores y amigos de Leyendas en Miniatura. Si queréis ver un poco la dinámica del juego, ya os dejamos un gameplay en el canal de Youtube.
Si sois aficionados a Warhammer, no creo que sea la primera vez que oís hablar de este juego, especialmente por tratarse de su segunda iteración, y es que tanto el Vermintide I con sus oleadas de hombres rata, como este Vermintide II tuvieron bastante éxito por su dinamismo, capacidad de juego intensivo, prestarse a partidas multijugador, y sobre todo creo yo...la cantidad de muerte y destrucción que se puede sembrar.
El juego, como su predecesor, se ambienta en Warhammer Fantasy (no en esa-otra-cosa), concretamente en el Fin de los Tiempos (que tampoco ha ocurrido por otra parte), y da una impresión muy rollo Mordheim, con una localización imperial muy muy venida a menos, suciedad, oscuridad, ruinas y ambiente derrotista. Si el primer juego se centraba en lo acontecido por las acciones de los skaven, invadiendo múltiples ciudades imperiales desde el interior (más bien desde abajo), en esta segunda entrega dichos skaven se han aliado con los caóticos, más concretamente, con los cultistas de Nurgle, por lo que si antes era decrépito, ahora además hay putrefacción, suciedad y mutaciones para aburrir.
¿Y por qué es lo primero que os cuento? Porque en este juego en primera persona de controles supersimples (lo que necesites para moverte, los dos botones del ratón para acciones, y los números 1 al 5 para cambiar entre armas y objetos) que es una continua masacre de enemigos masillas, con alguno más hábil o puñetero entremedias, la variedad de enemigos es bastante importante, porque la mecánica del juego es bastante repetiviva y es lo que le da vidilla. Obviamente aparte de masillas totales (esclavos skaven, guerreros del clan, cultistas...) y algunos guerreros mejor equipados (guerreros del caos, alimañas, lanzadores de viento envenenado...), hay enemigos con acciones especiales (de repente te salta un corredor de sombras eshin y te aturde, te agarra un moulder y te arrastra, te asfixia un conjurador de nurgle, o te fríe una amerratadora o lanzallamas de disformidad), minibosses (como ratas ogro o engendros del caos) o lógicamente, jefes que centran cada misión (como por ejemplo, un troll bilioso). Es precisamente esa mezcla y la ingente cantidad de enemigos lo que genera la sensación de peligro y de no tener nunca la espalda cubierta, aunque realmente son los jefes los que tienen alguna mecánica más seria para enfrentarlos, con ataques de área que van marcando el suelo, remolinos moviéndose, necesidad de cobertura y movidas varias.
Por otro lado, no solo los enemigos son variados. Inicialmente había 5 personajes para elegir, con su estilo de combate propio, a saber un soldado imperial, una forestal silvana, un montaraz enano, un cazador de brujas o una maga de fuego, pero tras un reciente DLC, parece que también se puede emplear un paladín bretoniano. Estos personajes realizan las misiones en grupos de 4, que puede completar la IA, jugadores invitados o jugadores random, y van subiendo de nivel y adquiriendo equipo y talentos con el paso del tiempo (aparte de apariencias estéticas) por lo que sí que te da el rollo de ir variando un poco entre misión y misión, aunque todas vayan de lo mismo.
En cuanto a las misiones, aparte de pasearte bastante en unos mapas enormes, y de tener pasos secundarios (tipo liberar a X prisioneros), destacan por ser a veces bastante liosas, porque aunque los objetivos sean lineales, la cantidad de pasillos, puertas, escaleras, salas...puede hacerte dar bastante vueltas, con enemigos que cambian y aparecen desde diferentes sitios a lo largo de la partida, o jugando el mismo escenario, cambies o no su dificultad.
Aparte del mencionado DLC del sexto personaje, se han sacado varios con escenarios, teniendo el buen detalle de que si formas un grupo puedes jugar un escenario de DLC si lo tiene el líder del grupo, no quedándote excluido del juego si no quieres invertir más. Y eso lleva a hablar del principal fuerte del juego, el modo cooperativo, ya que podrás mezclar los personajes aunque tengas bastante diferencia de nivel, y la gracia de andar de charla mientras tiñes de sangre el imperio (y hay mucha sangre) y resucitas por el camino una y otra vez al paquete de tu colega, le da bastante vida.
Para los que les gusta el mundillo de Twitch, además tiene una funcionalidad curiosa, y es que puedes vincularlo a la retransmisión, y a tu público le salen votaciones, lanzándote a lo largo del escenario múltiples ayudas y múltiples enemigos adicionales (o maldiciones, o putadas) para que las partidas sean lo más locas posibles.
Personalmente, para los 28 euros que creo que cuesta en este momento en Steam (debe tener unos dos años el lanzamiento del juego), o algo más barato cuando está en oferta, no me parece una mala inversión, siempre y cuando caigas con amigos o conocidos con los que jugar, puesto que el estar farmeando y repitiendo niveles para pillar experiencia y equipo con gente aleatoria o bots no me parece especialmente atractivo, pero entre colegas te echas unas risas y maldiciones por el camino mientras pasas el rato, que es una actividad como otra cualquiera que puedas compartir en estos tiempos de quedarte en casa (en la medida de lo posible y lógico).
Por lo tanto mi conclusión, el juego está chulo y no es especialmente caro, y cumple perfectamente su función de juego ligero de mata-mata, destacando por su modo cooperativo, pero tampoco es un juego que a mí me incite a viciarme a lo loco, salvo claro, después de perder una partida en mesa contra skaven o Nurgle. Entonces sí.
Como nota final, y lanza a favor del éxito del juego, hace poco anunció GW (que vende licencias para videojuegos casi más que miniaturas) que el año que viene saldrá un juego de nombre Darktide con exactamente la misma mecánica, pero a nivel 40k, en que parece que una patrulla de guardia imperial se va a meter en líos con cultos caóticos (¿o robagenes?) y esas cosas que acechan en el imperio del cuadragésimo primer milenio.
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