Buenos días pintoreadores. Cada vez esto parece más un blog de pintura, aunque sea para mejorar los destrozos que hago yo. Otro jugador que nos ha querido enseñar sus tremendos progresos durante el confinamiento ha sido Juanca, que debía tener una buena plaga de ratas "grises" para haber sacado todo eso.
Buenas a todos.
Llevaba un tiempo deseando pintar mis hordas skaven y esta
cuarentena ha sido una oportunidad para completar lo posible de este proyecto y
ya convertirlo en un proceso introspectivo, porque me ha alegrado el encierro y
me ha ayudado a pasar el tiempo sin casi aburrirme por falta de trabajo (al
menos por la tarde y noches).
Algunos lo consideraréis una escalada pequeña para tantos días
y otros la consideraréis muy decente, pero yo lo tomé como una oportunidad
continua para practicar con los pinceles y pinturas en cada unidad y miniatura.
Tenía una cola de pintura que abordaba las unidades que más
uso (por esta época estaba jugando con casi todo pintado, exceptuando una o dos
unidades o grupos de apoyo) por lo que empecé por una unidad de alimañas. Como
me ha dado por las bases escénicas, compré corcho (lo habréis visto en mil
miniaturas y tutoriales) y lo coloqué en las peanas. Sorprende lo bien que
queda.
Continué con una picadora de condenación. Como los skaven
son ratas furiosas y salvajes, el cuerpo me estaba pidiendo abrir el bote de
efecto sangre (citadel) y esta vez en la peana se puede ver a un elfo oscuro
aplastado por la máquina (manchada de sangre). He crecido viendo todas las
pelis de terror de género “Slasher” que pillaba y había que homenajearlo de
algún modo. A partir de aquí parece que me dan ideas Tarantino y el uranio de
los Simpsons en algunas minis.
Después pinté mi segunda amerratadora, un señor de las
bestias y un lanzallamas de disformidad.
Tras este punto le puse la base igual a todas las minis con
el “astrogranite”: 30 guerreros del clan, 20
monjes de plaga, 20 ratas gigante, 5 mosquetes jezzail y otra
amerratadora.
También le pinté a otros 30 guerreros del clan y un mortero
el césped que tenían con un lavado oscuro para más adelante continuar con
ellos.
Había pintado y decorado mucha tropa, así que tocaban los
héroes. Primero pinté un señor de la guerra que ya salió en otro artículo (en
el que comento como ejemplo cómo elijo a veces esquemas de color o combino
colores hasta ver cuál es la combinación que más me gusta).
Ahora tocaba un vidente gris y no podía pintar a otro que no
fuese Thanquol, por ser un personaje que me cae bien. Tiene los pies imantados
para en un futuro pintar a Destripahuesos y poder usarlo a pie y subido a su
rata ogro. Me gusta cómo quedó. Esta miniatura me ha enseñado mucho pintándola.
El volumen de lo pintado era ya tan grande y estaba tan
satisfecho que me hice el regalo de pintar a la Abominación que tengo. Quería
lograr un aspecto sucio, pútrido, oxidado y sangriento, como si hubiese salido
de Silent Hill. Casualmente estuve buscando para poner en la picadora a un
enano de los que tenía por ahí y no a un
pobre hijo de Khaine, pero era un cobarde y no apareció, así que cuando lo
encontré, tuve que ponerle como si le hubiesen dado una lección debajo de la
pata del monstruo. También coloqué al aldeano asustado para añadir drama (no se
ve, pero le hice una piedrecita de corcho. El pobre desgraciado se está
tropezando XD). Me gusta verlo como una miniatura jugable y a la vez diorama.
Esta es otra de esas ratas locas y malas así que le puse bien de sangre. Este
efecto tiene un fallo enorme, EL BRILLO. Barnizaré para proteger la “mini” y
apagar ese reflejo. También aprendí mucho en esta figura.
Por relajar un poco la escalada de singulares y héroes pinté
unas hordas de ratas. Como veréis no tienen mucho detalle aunque intenté que
formasen una escena al menos.
Tenía pendiente un “sub-proyecto” con el que llevaba
reuniendo piezas bastante tiempo (y a lo mejor un año incluso) hasta tener los
bits concretos; mi PALANQUÍN, en mayúsculas, que estoy bien orgulloso. En los
Manuscritos es una opción de montura para un Señor de la guerra y no para un
Vidente Gris, pero había visto en el juego Vermintide a un Vidente así y me
gustaba.
Desde la peana, la base es de corcho, los porteadores
lanceros imperiales con cabeza y espadas de alimaña, levantan un carro orco que
sujeta una silla de montar de un dragón orco antiguo y está decorado con piezas
de monjes de plaga, el cráneo con las quijadas y el estandarte más un símbolo
skaven de madera. Al Vidente seguro que le conocéis de la Campana Gritona
actual. Tardé varios días en pintar el grupo escultórico.
Después retoqué la campana gritona (ya que me ponía a
pintar... ) pero al igual que las peanas decoradas no la muestro porque esto va
de enseñar miniaturas pintadas desde 0 en esta época.
Tocaba pintar 30 guerreros del clan para ir completando y
después pinté un Caudillo. Utilicé el héroe de la banda de ratas de Shadespire
(al que no juego, pero recomiendo probar Heroclix en vez de este otro, que es
lo mismo, más variado, barato, viene pintado y mola).
Por último pinté los cuatro lanzadores. Quería investigar un
poco más la luz con ellos.
Aprendí que cuando pintas un ejército teniendo más durante
mucho tiempo, te cansas un poco, así que comencé de una vez con los elfos
oscuros.
Algunos me van a llamar culoduro, pero empecé el ejército
por lo importante…30 ballesteros (por si acaso) con la mecánica de las hordas y
el pintado en cadena. Me pasé con la cantidad de mezcla de metal oscuro que
hice y ya que estaba, pues pintaba al auriga u el lancero de uno de los carros.
Se me fue de las manos y acabé pintando dos carros. Total, si iban a usar el
mismo color metalizado y el esquema es sencillito. Pues por motivos de la vida
y de espacio pinté los carros y los ballesteros ahí están esperando.
Primero pinté el carro con caballos. Aclaro que el esquema
de mi ejército llevará los colores de Karond Kar, pero era la primera vez que
pintaba un aguamarina como luz final y acabó pareciendo de Tzeentch. El caso es
que me gusta, porque además es una conversión de carro alto elfo con piezas sobrantes
de uno de elfos oscuros y profanar, robar y esclavizar es un poco la esencia de
los Druchii, así que le da un toque chulo, junto a la base escénica. En un
principio esta opción de carro (la cubierta de plástico) no tiene cuchillas,
pero lijando un poco se las acoplé, al igual que al otro le puse las “lanzas”.
El carro de gélidos me pareció genial pintarlo, me divertí
con tanto color y me encanta cómo ha quedado la espada del auriga. Un detalle
que no entiendo es por qué la lanza si tiene el efecto sangre, en la foto
aparece como una mancha gris (cosas de ópticas, fotografía profesional y no
tener ni una mesa de luz, ni iluminación correcta, supongo).
Y esto ha sido todo. Cordo me ha pedido unas líneas y llevo
dos hojas de Word. Espero que os gusten las miniaturas que os muestro, que os
divirtáis leyéndolo y que no hayáis tenido una cuarentena desagradable. Yo
siento que he mejorado mucho y lo de ver tus cajas de ejército con todas las minis pintadas es alucinante.
Un saludo en especial al Conde elector del Imperio Dani. Ver
los logros semanales de pintura (aunque lo suyo ha sido una locura y ojalá que
enseñe su avance) ha sido lo más motivacional y un orgullo. También agradezco
todos los consejos recibidos para mejorar.
Olé vaya avance que has hecho , te han quedado genial . Mucho curro en ese cuarentena , felicidades.
ResponderEliminar¡Brutales, Juanca! La abominación y la picadora molan mil con las víctimas muajajaja
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