Buenos días desconocedores de tanto. Nuestro compañero Enric este último mes se escaqueó de cumplir con su escalada (bueno, el anterior, lógicamente publicamos lo que se pinta a mes pasado), pero para compensar, nos ha preparado un extenso artículo profundizando en la idiosincrasia de una raza poco inspeccionado en el trasfondo del Viejo Mundo. Aprendamos un poco más de los Enanos del Caos.
El otro día, leyendo el artículo de“la herejía de Rodri”, me vino en mente un
tema sobre el que siempre reflexiono pero aún no había dejado nada por escrito: las
sociedades en las razas de Warhammer. Históricamente en Warhammer ha habido
ejércitos sobre los que se ha intentado empatizar, buscando no solo su
comportamiento militar, sino cómo funcionan a nivel social y de organización
territorial. Es el caso claro de los Reinos Humanos (especialmente el Imperio,
pero también Bretonia, Tilea, Kislev etc), y de la mayoría de razas buenas
(Enanos, Altos elfos), en parte por los libros de ejército, pero también
gracias a los libros de rol y las novelas, donde podemos ver el día a día de
los protagonistas en situaciones menos bélicas. El hecho de que sean humanos, o
criaturas de moral parecida a la nuestra, también nos ayuda a imaginárnoslos
mejor.
En los ejércitos menos humanoides, aunque sean buenos (hombres lagarto,
silvanos o khemri, por ejemplo) tenemos mucha menos idea de que piensan, que
hacen en el día a día, y en general, como funciona su sociedad y forma de ser,
y tenemos que buscar pequeños detalles (textos del libro de ejército) para
saber cómo piensan. En los ejércitos malvados nos pasa lo mismo… en los libros
de ejército se habla de lo malos que son y como guerrean y matan y lo que
disfrutan con ello, pero no se nos plantea su funcionamiento como sociedad, y,
al no ser protagonistas de los libros, tenemos menos información de ellos. Esto
no es cierto del todo, ya que en algunos libros (Malus Darkblade, Thanquol, o
la triología de los Von Carstein) tenemos algunas pinceladas muy interesantes.
Por desgracia, son muy pocas, y en otras razas lo que sabemos es menos (hombres
bestia, enanos del caos, nigromantes y vampiros, el Caos aparte de los norses,
etc). Cuando colecciono un ejército, me gusta imaginar su trasfondo y su modo
de ser, no solo de sus tropas, sino que piensan o que hacen en su día a día.
Encontrar su motivación, conectar con ellos.
Con este artículo pretendo, un poco por diversión y por darle vueltas, conocer
mejor, y “empatizar” con una de las razas de la que menos sabemos: los enanos
del Caos. Si me animo y os gustan, seguiré con otras razas poco vistas.
Obviamente, aunque coja parte del artículo de los libros de ejército o similar,
la otra mitad de esto es invención pura, o deducción en base al contexto… pero
todo es opinable, y puede que me equivoque o que me deje cosas importantes; así
que estaré encantado si en los comentarios ponéis vuestro punto de vista y generamos
algo de debate o “que tenía en mente” cada uno. Tampoco soy sociólogo ni nada
parecido… solo un freak con demasiado tiempo libre.
Finalmente, viendo que me está saliendo el artículo muy largo, lo acabaré
dividiendo en dos. En este primero, intentaré narrar la evolución de enanos a
enanos del caos (geográfica, de carácter, física, etc), y en la segunda parte
me centraré más en la sociedad en sí. Vamos a ello:
De los orígenes de los enanos del
Caos
Es bastante lo que sabemos de su historia, y tampoco es el objetivo
plasmarla entera aquí, pero esa información nos ayudará a ir viendo su carácter
y forma de ser, que es lo que nos interesa de este artículo. Sabemos que en sus
orígenes fueron enanos normales, un clan de mineros y exploradores que subieron
por las Montañas del Fin del Mundo en busca de mejores vetas donde excavar,
hacia el 4300 antes de Sigmar. Un clan de valientes y con una manera de pensar
más abierta que sus parientes, puesto que cuando vieron que en terreno llano,
junto a las Montañas de los Lamentos había minerales y piedras preciosas, no
tuvieron miedo de dejar atrás las montañas y adentrarse en terreno llano.
Que sepamos, son los primeros enanos en la historia que abandonan las montañas
–aunque sea solo un poquito- (los orígenes de los enanos están en Karak Zorn,
en “África”, y desde allí fueron subiendo hasta llegar al norte, pero siempre
siguiendo la cadena montañosa del Fin del Mundo. Incluso los enanos berserkers del
norte de Karak-Drak y los de más al oeste, Karak-Izor, siguen siempre una
cadena montañosa. Estos enanos, tras pasar el estrecho del Paso Elevado hacia
el este, llegar a las Montañas de los Lamentos, y bajar por ellas, ven que la
llanura que han rodeado es rica en minerales, y se alejan un poco de las
montañas. Esto nos indica ya algo de su carácter poco convencional, para ser
enanos.
En estas tierras, la vida no es agradable: en las montañas, encontramos
volcanes que llenan el cielo de humo negro y expulsan gran cantidad de minerales
(oro y plata, hierro y cobre, diamantes y zafiros, etc). En estos sitios los
enanos pueden obtener estos bienes que tanto ambicionan, pero es impensable que
una gran cantidad de ellos viva ahí, puesto que necesitan obtener alimentos y
productos de otro sitio.
En las llanuras, cuesta encontrar cultivos, y la mayoría de terreno está
plagado de pozos de alquitrán, azufre, y charcos de petróleo. Estos materiales “modernos” no habían sido
vistos antes por los enanos, y, mientras otros clanes los hubieran desdeñado
durante generaciones (por ser poco tradicionales), los futuros enanos del caos
los empiezan a utilizar en relativamente poco tiempo, para crear carreteras y
vehículos de tracción. No se indica en los libros de ejército si ya empezaron a
usar estas tecnologías tan pronto, o si es algo más tardío, después de las
guerras del caos, pero podemos hacer dos hipótesis bastante plausibles: una, que
eran un clan avanzado tecnológicamente, con buenos e innovadores ingenieros, y
sin miedo a probar nuevos inventos, y dos, que eran un clan con menos presencia
religiosa que les diera el palique, y menos apego a la tradicionalidad
(recordemos que en esa época los enanos no tienen ni siquiera pólvora
prácticamente, y pasarán muchos siglos antes de que se empiecen a ver con
buenos ojos. Hay reyes enanos que siguen desdeñándola, a favor de lanzavirotes
y ballestas tradicionales).
Sucede que este clan, formado sobre todo por mineros e ingenieros, y también
guerreros (que protegen a estos primeros
de las amenazas de la intemperie ya que en esta época aún no existe el caos, pero sí
que hay tribus de pielesverdes, ogros y humanoides salvajes primitivos) se
adentra más y más, y empieza a fundar sus asentamientos, no solo dentro de las
montañas (que recordemos, son volcánicas y poco habitables), sino también en
terreno llano, algo más amable.
De la expansión de su reino
El reino enano del caos se forma a partir de pequeños campamentos mineros, sobretodo, y algunas fortalezas para controlar la zona (de estas sí que encontramos sucesores de Karaks más tradicionales, excavados en roca). En cierto momento, uno de estos campamentos, Zharr-Naggrund, situado en el centro de la llanura de Zharrduk, con buena posición centralizada de la zona, y situada en la ladera del Río de las Ruinas, empieza a crecer y se convierte en ciudad, y en la capital del reino enano del caos (aunque no desarrollará la forma y dimensión actual hasta 1500 años más tarde). Tiene sentido que sea así, puesto que, si las montañas (donde normalmente los enanos tienen sus cultivos y recursos) son volcanes poco habitables, queden relegados a “centros de obtención de minerales”, y se busque una zona más segura, y cultivable, donde reunir toda la producción de alimentos y provisiones y enviarla a los puestos mineros. A su vez, Zharr-Naggrund evoluciona en un sitio donde enviar estos minerales y productos encontrados, fuera de peligro, donde haya expertos que les puedan dar uso. Debido a este intercambio centralizado entre las diversas minas, tiene sentido que gracias al comercio prospere y se convierta en ciudad.
Gracias al río que atraviesa la ciudad, los enanos podían llevar los
alimentos a las distintas fortalezas del reino (desde Uzkulak en el norte hasta
la Fortaleza Negra en el sur) y llevar a su vez las mercancías a la capital, lo
que les permite expandirse mucha distancia de norte a sur (la distancia entre
Uzkulak y la Fortaleza Negra es equivalente a la que hay entre Kislev y los
Reinos Fronterizos, una barbaridad).
Lateralmente, la expansión es mucho menor. En el mapa podemos ver como hay
distintos campamentos y pozos en un radio cercano a la capital, pero a la que
estamos a una distancia circular concreta, se acaba totalmente el reino de los
enanos del caos (Para hacernos una idea de la dimensión de su reino, con
excepción de los territorios situados a lo largo del río de los que hemos
hablado antes, y alguna colonia lejana, el reino de los enanos del caos tiene
una forma circular, y un tamaño similar al de los Reinos Fronterizos. Después
de los Von Carstein, sin contar colonias diseminadas, es la raza con la
superficie de territorio más pequeño del mundo de Warhammer)
Hay algunas fortalezas que rompen este esquema (las puertas de Zharr y la
torre de Gorgoth, concretamente), y están “perdidas” en medio de la nada. Sin
embargo, según el trasfondo estas son ciudades modernas, fundadas a partir del
año 500 después de Sigmar. Se trata de colonias mineras, fundadas lejos del
Reino ya siendo Enanos del Caos, para controlar la zona sur infestada de
pielesverdes o buscar yacimientos encontrados siglos más tarde.
Pudiera ser también que estemos equivocados, y que originalmente hubiera
más ciudades en la zona de Zharrduk, pero que acabaran arrasadas por el Caos y
solo esta sobreviviera…Quizás nunca lo sabremos.
De su conversión a enanos del Caos
¿Qué habría sido de estos enanos primitivos sin la presencia del Caos? Al
estar apartados del resto de clanes, lentamente adoptan nuevas costumbres y
estilos. Probablemente hubieran sido un clan “raro”, de estos que se miran de
reojo porque tienen costumbres distintas, viven en las llanuras y usan
tecnologías extrañas. Cuando un enano se hiciera trenzas en la barba y el pelo,
se untara el pelo en aceites y perfumes, o tuviera alguna idea poco convencional
le dirían “pareces de Zharrduk”, pero con el tiempo, las importaciones y el
cambio hubiera llegado al oeste, y los enanos tendrían sus carreteras
pavimentadas con alquitrán, mejor comunicación terrestre entre Karaks,
armaduras rúnicas de Obsidiana y mejor conocimiento del magma en sí. Una
especie de Catai enano con el que intercambiar recursos, ideas y progresos.
Pero no fue así.
El Caos llegó, y los clanes enanos se encerraron en sus Karaks, perdiendo
el contacto con el resto. Los Karaks más al norte cayeron uno a uno (con alguna
excepción), y el resto aguantó como pudo dentro de sus fortalezas. ¿Y los
enanos de Zharr? Pues recibieron de lo lindo. Siendo aún un reino joven, poco
asentado (la invasión del caos es hacia el 4000 a.S. llevaban menos de 300 años
desde que iniciaron las exploraciones en Zorn Uzkul), en la frontera norte, y
sin una fortaleza subterránea donde encerrarse… fueron diezmados. Cayeron como
moscas, y sabemos que en cierto momento, cercano a la extinción, no quedaron ya
sacerdotes, y muy pocos herreros rúnicos.
En ese momento, tras años de guerra de desgaste, el carácter de los enanos
de Zharr-Naggrund empieza a cambiar: un pueblo que lleva años y décadas
luchando y perdiendo, con un carácter guerrero y curtido; que hace años que han
dejado de llorar por los camaradas o familiares perdidos por ser algo habitual,
que se han acostumbrado a que la vida es una constante lucha, destinados a
morir sin esperanza, y en que la felicidad, la comodidad y la paz son leyendas
que cuentan los más ancianos, y que nunca más conocerán. Se achaca esta
frialdad de carácter a su relación teológica con el Caos, pero probablemente,
como en el caso de los Druchii, la forja del carácter venga de antes, por estas
circunstancias bélicas.
Además, se da otro patrón de personalidad muy común en las culturas
sometidas: cada vez que acabas con un enemigo te estás vengando justamente, se
trata de una guerra con un enemigo al que tú no habías hecho nada, y que ha
decidido atacarte porque sí. Acabar con él produce una gran satisfacción, y
lentamente deja de verse mal regodearse en la victoria y en la matanza. En este
aspecto tienen también un paralelismo muy parecido a los elfos oscuros, a los
que les sucede algo parecido. Sin embargo, los druchii tienen alguien con quien
compararse: el resto de elfos, y desarrollan un carácter de superioridad (somos
más duros, mejores guerreros, aguantamos y protegemos al resto de Reinos
Élficos, sin nosotros no serían nada, y estos nos lo deben todo), mientras que
los enanos del caos están aislados, y sus pensamientos son más de abandono y
aislacionismo (nos han dejado aquí a morir, no envían ayuda. Los Dioses nos han
abandonado. Dependemos solo de nosotros mismos, y tenemos que hacer lo
necesario para sobrevivir. Tenemos que ser más duros y no depender de nadie.
Estamos solos).
De los orígenes de su religión
Es en ese momento, cuando los enanos están extinguiéndose, y cambiando el
tradicional “ha de hacerse lo que se ha hecho siempre, y honrar las
tradiciones” a “las tradiciones y los clanes nos han abandonado. Vamos a morir.
Tenemos que cambiar y hacernos fuerte, o pereceremos”, cuando el Dios Hashut
decide ayudar… y aprovecharse, del
pueblo enano. Ya llevaba tiempo metiéndose en los sueños de los enanos más
vinculados al mundo onírico –los sacerdotes rúnicos-, pero los enanos son un
pueblo resistente y rechazaban sus invasivos intentos. Sin embargo, llega un
punto en el que algunos enanos, más pragmáticos, o desesperados, o débiles de
carácter, se plantean hacer caso a ese ser que les habla y les dice que hacer,
y se abren a la magia.
Seguro que estos enanos fueron vistos al principio con horror por los
enanos, pero, cercanos a la extinción, ver un enano que lanza llamas y magma y
acaba con sus adversarios, y que allí donde los enanos adoran a este nuevo
Dios, los enemigos caen y dejan de molestarlos; mientras que los que se
mantienen fieles a los antiguos Dioses, siguen cayendo como moscas. Hecho de
magma, ceniza y fuego, como su tierra y como ellos (no como el resto de enanos,
que viven en rocas frías y grises y se encierran como cobardes, ni como los
antiguos Dioses) lentamente dejó de verse como una aberración, y los enanos
empezaron a acogerse a la protección que les ofrecía.
En los sitios donde un enano abraza la magia que le da Hashut, estos salen
victoriosos, y, al actuar como intérpretes de este ser, empiezan a ser
adorados, y convertidos en los líderes de la sociedad. Los enanos respetan
mucho la jerarquía y el orden. El hecho de que el Brujo, al aceptar la magia,
teóricamente por el bien de la nación, lentamente se convierta en piedra y
muera, les da aún más importancia y reverencia. Los mitos y cuentos enanos
están llenos de mártires (incluyendo al Dios Grimnir, y a la tradición de los
matadores), y de este modo los enanos del caos disponen de héroes en vida a los
que adorar, que se sacrifican para ayudarlos a sobrevivir, y un nuevo Dios, que
ha venido a ayudarles en el momento en el que el resto de Dioses y enanos les
ha abandonado, y que es como ellos: duro y fuerte, nacido de la llama y la
ceniza. Ya tenemos una nueva sociedad y religión diferenciada.
Debido a esta nueva religión y poder, los enanos de Zharr logran sobrevivir
(a duras penas), ya como una raza totalmente distinta. Ya tenemos a los Enanos
del Caos.
De los cambios psicológicos
Hay dos cambios muy importantes en estos enanos del caos al aceptar a
Hashut. El primero, es el cambio psicológico que nos cuentan siempre: la
perversión de los valores enanos tradicionales: aumento de la codicia, del
orgullo, del sentimiento de superioridad respecto a otras razas, la crueldad,
etc. Principalmente te explican que los Enanos del Caos han renunciado a todo
sentimiento de debilidad, y que cualquier muestra de ello es erradicada desde
la infancia. Todo ello puede achacarse en parte a la influencia del Caos y de
Hashut en sus personalidades (un Dios que amenaza si no le adoras y haces
sacrificios en su nombre, pero que te alza si cumples con sus designios, crea
una sociedad más cruel y temerosa que una con un Dios bondadoso. Pensemos en sociedad
de la Hispania post-visigoda o en la época de la Inquisición), pero también a
la influencia de su historia en la manera de ser: los que no se adaptaron,
murieron, y solo aquellos que cambiaron su manera de pensar sobrevivieron.
Hay un aspecto del que no nos hablan en los libros de ejército, pero que
para mí es el cambio más importante entre el enano y el enano del caos: los
enanos en general son muy tradicionales, y apegados a su orgullo (código moral,
libro de agravios, matadores, reticencia a mezclarse o confiar en otras razas,
tradición en armas de pólvora, runas e ingeniería, inflexibilidad extrema,
etc), mientras que los enanos del caos, que tuvieron que adaptarse y aceptar
muchos cambios a la vez para sobrevivir, se convirtieron en una raza
extremadamente pragmática.
Toda la vida los enanos han creído que la magia es maligna y no debe usarse.
Sin embargo, por necesidad al principio, por codicia más adelante, ellos la
incorporan en sus vidas sin pensar en el aspecto filosófico ni en las
repercusiones físicas. Esto les permitió sobrevivir a las guerras demoníacas, y
alzarse de nuevo. Incluso construir su capital de Obsidiana hecha de magia, en
forma de pirámide escalonada (eso sí, con el templo de Hashut encima de todo.
Jerarquía que no falte).
Estos clanes se quedaron casi sin herreros que supieran forjar buenas runas,
así que para sobrevivir en la batalla, debieron ingeniárselas para encontrar
nuevas maneras de forjar armas y armaduras: mediante la magia, y la unión
demoníaca. Algo aberrante para un enano normal, pero necesario y positivo en
esta nueva raza (es un aspecto interesante el usar Demonios en las armas, puede
parecer algo maligno, pero realmente consiste en utilizar los recursos de tu
cruel enemigo a tu favor, esclavizar al monstruo que mata a tus hijos y usarlo
contra los suyos).
Otro aspecto del pragmatismo de los enanos del caos es compensar su bajo
número. En otros emplazamientos enanos con pocos miembros o recursos, estos
clanes se han estancado y han ido avanzando poco a poco, sin muchos cambios ni
crecimiento. Los Dawi-Zharr, en cambio, no dudan en esclavizar a los seres
inferiores cercanos, especialmente los pielesverdes, que les rodean y que
constantemente intentan invadirles, convirtiendo un problema en una fuente de
recursos. A cambio de perder un poco de su identidad propia (y ganar en
crueldad y sadismo), prosperaron en poco tiempo, pasando de la casi extinción a
ser una de las civilizaciones más avanzadas del mundo de Warhammer.
Aunque intente hacer de abogado del Diablo en este artículo y destacar sus
matices y el porqué de sus acciones, hay que añadir que en lo que respecta a la
esclavitud los Enanos del Caos no solo son pragmáticos, también son crueles y
malvados. Puede entenderse que esclavicen a los pielesverdes, y no tengan
ningún reparo ni remordimiento en ello, ya que los actos de estos les hacen
poco humanos a nuestros ojos, y merecedores de castigo, pero el hecho de que
traten con la misma crueldad, falta de alimento y desdén por sus vidas a elfos,
humanos y enanos denota lo podridas que están ya sus almas –puede entenderse
que odien a los enanos, que les abandonaron en su momento, y ahora les tratan
con el máximo desprecio, e incluso a los humanos, de los cuales conocen
principalmente a las bárbaras razas del norte, que también les atacan y
destruyen sin razón… pero el hecho de conocer una raza nueva –los elfos- e
inmediatamente tratar de esclavizarla, y con mucha crueldad, no tiene excusa
más allá que el estar ya irremediablemente corruptos).
Volviendo a lo que contaba antes: el pragmatismo, es también aplicable al
trato con sus vecinos. Los enanos del Caos tienen los peores vecinos posibles
de todos los emplazamientos en el Mundo de Warhammer: el Caos y los bárbaros
humanos en el norte, los salvajes y hambrientos Reinos Ogros al este, los orcos
y jinetes de goblin esteparios infestando el sur, y Skavens y goblins nocturnos
al oeste. No tiene buena pinta. Unos enanos tradicionales, tras ser atacados
sin mesura por todos ellos, hubieran entrado en una guerra por todos sus lados,
y hubieran luchado hasta la extinción. Sin embargo, los pragmáticos enanos del
caos han establecido relaciones con casi todas estas razas en uno u otro
momento, aliándose y comerciando con ellos cuando pueden, y aprovechando la
corta memoria y pocos principios de cada vecino para atacarle solo cuando
pueden permitírselo, siempre solo uno a la vez, y solo para obtener beneficios
–nunca inútilmente para vengar agravios o por venganza- Pragmatismo ante
todo. (Entraré en el próximo artícuolo
en las relaciones con sus vecinos y demás razas).
Tampoco les ha importado mucho cambiar y abandonar totalmente a sus Dioses
antiguos, y adoptar uno totalmente nuevo, más cruel, demoníaco, y muy alejado
de los valores morales enanos. Sin embargo… en su momento fue necesario
servirlo, y actualmente los beneficios han superado las desventajas de adorar a
Hashut.
En conclusión: sí, podemos achacar su personalidad a la influencia del
Caos, pero por otra parte puede entenderse dadas las circunstancias: la
necesidad de sobrevivir les ha impulsado a adaptarse, y a bajar sus
expectativas de “nobleza” por otras más realistas.
Ahora bien, hay una parte de la personalidad del enano del Caos, el
fanatismo religioso, que sí que es puramente caótico. Su manera de pensar en
ese sentido recuerda mucho al resto de fieles humanos del Caos (buscar la
gloria para ser el centro de la mirada de Hashut, y que este te alce por encima
del resto).
En el libro de Tamurkhan, en uno de los pocos textos donde podemos ver cómo
piensa un enano del caos, el Señor Enano del Caos Drazoath debe decidir entre
hacer honor a su juramento de proteger la Fortaleza Negra ante los invasores, o
unirse a la horda de Tamurkhan en busca de gloria y saqueos. La duda entre mantener
su honor como enano o lanzarse a por su instinto caótico es muy interesante (Si
abandono mi juramento, será una calamidad, y los brujos de Zharr-Naggrund no lo
olvidarán… pero en cambio, su corazón se aceleraba al pensar en las riquezas
del oeste; si lideraba una expedición y se alzaba con la victoria frente a los
humanos del oeste –haciéndose con sus secretos, esclavos y recursos- “su
estrella se elevaría” entre el sacerdocio de Hashut).
Finalmente, Drazoath es suficientemente inteligente como para no decantarse
por ninguna opción, y trazar un plan que combine sus dos objetivos: negocia
enviar un tercio de sus fuerzas con Tamurkhan, dirigidas por él mismo (a cambio
de esclavos y botín de guerra), manteniendo 2/3 en la fortaleza. Sin embargo,
para mantener su promesa de guardar la fortaleza, alarga la preparación de las
máquinas de guerra y armas de fuego prometidas, y exige a Tamurkhan que
mientras se preparan, acaben con la fortaleza vecina de orcos negros, y con un
dragón (Omdra el Terrorífico) que asolaba la región, librándose de sus enemigos
más cercanos y enviándolos como esclavos a Zharr-Naggrund. De este modo se
asegura que no habrá asaltos en la fortaleza mientras está fuera, cumpliendo a
su manera con su juramento enano (más o menos… un enano no estaría del todo de
acuerdo). A su vez puede “entregarse a su parte caótica”, dirigir la expedición
de conquista y saciar su avaricia y gloria de Hashut.
Es muy interesante que, pese a que solo sea una pincelada, podamos por fin
ver que existe una diferencia entre los Enanos del Caos, y otros seres caóticos
como las tribus humanas, bestias o skaven, que no hubieran dudado en unirse a
la horda, sin dilemas morales o de honor que valgan.
De sus cambios físicos
El segundo aspecto en el que los Enanos del Caos cambiaron fue en su
aspecto físico: las mutaciones. Lenta, pero inexorablemente, su constitución y
forma ha ido cambiando, esta vez sí, moldeada por el Caos.
Hay muchos enanos a los que les salen largos colmillos como jabalíes, o
pequeños cuernos en la cabeza. Otros son horrendamente deformes, y deben ir con
máscaras que les cubren el rostro. Su piel tiende a ser más cenicienta, y los
ojos más rojizos. Algunos tienen incluso pezuñas y cosas peores. Supongo que
estos cambios debieron ser vistos con horror al principio (Dioses…¿Qué hemos
hecho?) pero que en la actualidad son rasgos físicos muy comunes (sobre todo en
los practicantes de la magia o que trabajan en contacto con las energías del
caos) y que se tratan como cualquier otro, a los que se han acostumbrado, como
puede ser en nuestra sociedad ser pelirrojo, tener pecas o una nariz aguileña. Además,
al predominar estos rasgos en los usuarios de la magia (los más respetados de
la sociedad), seguramente incluso estén bien vistos, y sean un símbolo de
belleza o de nobleza.
Algunos enanos nacen con predisposición a la magia, condenados a ser
grandes brujos, y a convertirse en piedra con el paso de los años. Estos son
reclutados y separados de sus padres desde bien pequeños, y nunca los volverán
a ver. Se considera un gran honor que un Sacerdote-Brujo venga personalmente a
llevarse a un niño enano del caos.
De los centauros enanos del Caos
Hay otro tipo de mutación aún más importante en los enanos del caos: en
cada generación, algunos de ellos nacen con la mitad del cuerpo en forma de
toro, ya que los poderes de Hashut han conseguido vencer a la resistencia enana
a la mutación. Estos centauros enanos del Caos son entregados al templo ya de
pequeños, donde se convierten en guardianes y tropas de choque. Físicamente son
muy distintos a los enanos del caos normales, ya que el Caos se ha apoderado de
ellos. Aparte de lo obvio, la forma física taurina, hay más cambios:
lentamente, a medida que sus cuerpos envejecen, su piel y órganos mutan en
metal viviente, hasta el punto en que, en vez de curarse de sus heridas, deben
acudir a los Sacerdotes de Hashut para que los reparen con mercurio fundido y
suturas de acero. Estos centauros son estériles y no se reproducen, así que
cada generación de centauros enanos del caos proviene de progenitores
totalmente enanos.
Adicionalmente, según el trasfondo antiguo, estos centauros, aunque tengan
un carácter totalmente enano, tienen arrebatos no controlados de ira muy
propensamente, donde la mente se les nubla en sangre (de manera curiosamente
parecida a los minotauros), producto de su fusión con el caos. De hecho,
consumen habitualmente carne de esclavo después de cazarlos ellos mismos, así
que podemos presuponer que, aunque mantengan las apariencias de seguir siendo
“enanos del caos” de cara a la galería, su entrega al Caos más puro es casi
absoluta, y podemos compararlos más como “un minotauro de los hombres bestia,
pero con la cultura y resquicios de un enano del caos” que no como un enano del
caos con el torso de un toro.
Hay distintos tamaños de centauros enano del caos, en función de la edición
de Warhammer de la que hablemos, pasando desde tamaño centauro, a grandes
monstruosidades ogroides. Como en una edición se omite la existencia de las
otras, no podemos saber que relación (si existe alguna) hay entre los centauros
mayores y los menores, o entre héroes y comandantes de distinta tipología de
centauro. Aquí ya entra totalmente la imaginación de cada cual. A mí me gusta
pensar que los Centauros Menores son guardianes religiosos, con conocimientos
del templo y de la religión de Hashut, y con conceptos elevados de honor y
respeto por los superiores… manteniendo su condición de enanos del caos (algo
parecido a los maestros de la espada o los verdugos elfos… en versión caos y
enano), mientras que los grandes centauros son bestias de choque, con una
cierta inteligencia humanoide, de manera parecida a un ogro o un minotauro,
algo más “enano”. En algunos, se puede encontrar la mezcla perfecta entre las
capacidades mentales de un centauro menor, y las físicas de uno mayor, dando
lugar a los comandantes centauro enano del caos. Me los imagino mesando sus
barbas untadas en aceite y comentando planes de batalla con los brujos y
capitanes enanos del caos, con un tamaño y envergadura enormes, pero
obedeciendo siempre a los brujos con un máximo respeto, mientras desprecian a
los capitanes, que no han sido bendecidos como ellos.
En cambio, el jefe de clan enano del caos mirará hacia arriba al centauro,
con una mezcla de respeto marcial, miedo, y desprecio, de manera parecida a la que
un capitán humano que sirva en un ejército de Sigmar pueda mirar a un fanático
religioso, sintiéndose juzgado, viendo como aparentemente el centauro es
totalmente fiel a Hashut y al Brujo, sin pensamientos de avaricia ni de
individualismo, y temiendo que pueda detectar falta de determinación en él.
Pero a la vez despreciándolo por ello, por su poco pensamiento propio, y por
xenofobia: por ser una aberración taurina sin personalidad ni capacidad de
reproducción.
Así me lo imagino yo… Como ya os digo, no hay nada de ello en el trasfondo.
Y esto es todo de momento…
Estamos empezando a ver como el enano se convirtió en enano del Caos, y
cómo se comportan, pero aún quedan muchos temas desconocidos en los que
profundizas o tratar: ¿Cómo son sus ciudades y asentamientos? ¿Qué comen, de
donde obtienen el alimento? ¿Qué tratos tienen con sus vecinos y con el resto
de razas? ¿Y el trato entre ellos? ¿Y con los hobgoblins? ¿A qué se dedican, y qué objetivos tienen los
enanos del Caos, cómo individuos, y cómo raza?
Si hay temas en los que os gustaría que indagara, dejádmelo en comentarios,
que seguro que me dejo muchas cosas interesantes. Y lógicamente, si os
imagináis de otra manera a los enanos del caos –o si tenéis lecturas suyas que
desconozca o donde me equivoque-, comentadlo adelante, sin miedo, que al final
lo importante es saber más de ellos J
¡Más, en el próximo artículo! Y no olvidéis que Hashut os observa, así que más os vale complacerle.
Enric, este texto es maravilloso. ¡Habrás tardado mil años en escribirlo! Mi enhorabuena. Para mí los enanos del caos eran unos grandes desconocidos y ya me estoy imaginando excusas para hacerlos combatir con los humanos. O peor, me siento tentado de empezar a coleccionarnos. Mil gracias, es una gozada leerte
ResponderEliminarUa! Pues te lo agradezco mucho. Es la primera vez que pruebo a escribir algo así y me daba cosa que fuera un tostón insufrible. Me alegra que te haya gustado :) seguiré con la segunda parte con más ganas!
EliminarYa que aceptas preguntas, ahí va una: el hecho de venir desde “África” me recuerda a una duda recurrente en muchos otros mundos de fantasía, que es ¿dónde puñetas surgió su especie y cómo llegó a estar separada en enclaves tan distantes? Tolkien lo explica un poco en la mitología de su mundo cuando los padres (y supongo que las madres) enanos son puestos a dormir y dispersados por imperativo divino, pero ¿hay alguna explicación al respecto en el mundo de Warhammer?
ResponderEliminarClaro que tampoco es que los antropólogos humanos tengan muy claras estas cosas con nosotros mismos, pero vaya: por si hay algo escrito sobre este tema.
Y ¿qué relación tiene Hashut con otros dioses? ¿Es especialmente rival o cercano a alguno de ellos?
Muchas gracias por el curro, que es bien interesante.
Pues es buena pregunta! Sabemos que a los elfos los pusieron los ancestrales en Ulthuan y les dijeron: de aqu8 no salgáis, eeh! Pero humanos, enanos, halflings y ogros son "más nuevos" y no tienen recuerdos de ello...Sabemos que a los enanos "los pusieron" en Karak Zorn, en el sur de África, y que, al sentirse cómodos en las montañas y que las cordilleras del Fin del Mundo van de norte a sur en línea recta en una franja muy estrecha... Pues no les quedó más opción al crecer que "ir tirando para arriba, bajo tierra" (en busca de nuevas vetas y minerales, que a los enanos les encantan estas cosas) En un principio todas estas fortalezas estaban unidas por una carretera, pero tras las guerras del caos, la llegada de los orcos, y que los hombres lagarto "interpretaron" según una tablilla, que debían provocar terremotos en todas las montañas... Pues les desfragmentaron totalmente la civilización.
EliminarTema Hashut... Se sabe poco de sus relaciones. En los libros del Caos pero explican que son proyecciones de pensamientos de los distintos mundos, concentrados por ideologías. Las más grandes son las de los 4 dioses del caos, pero hay más. Y entre todas ellas se llevan muy mal, ya que estos seres solo acceptan un solo tipo de manera de pensar (guerra y odio, placer y soberbia, etc). Se pasan más tiempo peleándose entre ellos para ser el Dios supremo que aliándose contra los mortales. Así que podría pensarse que con Hashut es lo mismo: es un Dios del Caos más, del magma, la oscuridad, la codicia y la tiranía, que se pelea con los demás Dioses del Caos (a su manera, más discreta, intentando estar en segundo plano y a la suya, ya que es menos poderoso... Y aliándose cuando les interesa. Un poco como los mismos seguidores del caos y los enanos del caos, seguramente. En el próximo artículo hablaré más de la relación que tienen entre ellos). Gracias por leerlo :)
EliminarNo, hombre. Gracias a tí. Además de por el artículo, por responder tan claro y tan deprisa. El "servicio de atención al cliente" de ésta página funciona de maravilla :)
EliminarAixò no està bé. Fas venir ganes de fer nous exèrcits i això no pot ser bo :-)
ResponderEliminarJejeje, jo vaig començar orcos i goblins així! Pillant enanos del caos, que a kow portaven orcos esclaus, i a warhammer hobgoblins (que em vaig fer amb goblins)... I clar, ja tenia lobos, jabalíes i algo d infanteria... I nyac XD pillao!)
EliminarPodries fer igual! Amb un parell d unitats d enanos del caos, una de centauros i algun canó i ja tens segon exèrcit! Llops, goblins i orcs et serveixen pels dos ;)
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ResponderEliminarMuy buen artículo, muchas gracias por compartirlo. Los enanos del caos son para mí los grandes desconocidos de los grandes ejércitos de warhammer porque jamás tuve acceso a ningún libro suyo. Casualmente, participo en el Patreon de LostKingdom, y me he hecho así con un buen contingente de ellos, centauros y tauros incluidos. Agradezco saber de ellos antes de pintarlos.
Como temas, estaría bien saber algo más sobre la cría de tauros voladores y demás ganadería de estos enanos, así como de sus demonios de metal.
Muchas gracias de nuevo,
Barón de Pretto
Cojonudo artículo, Enric! ¡Enhorabuena y gracias por el curro!
ResponderEliminarEsperando con ganas la segunda parte y posibles artículos venideros de otras razas
"Tampoco soy sociólogo ni nada parecido… solo un freak con demasiado tiempo libre". Esta frase me ha parecido brutal jaja. Enhorabuena por el artículo, Enric, es muy exhaustivo y hay lecturas muy interesantes. Solo una sugerencia, si me lo permites: para hacer la lectura un poco más amena (leer en pantalla siempre cansa más), podrías hacer como hacen muchos blogs y diarios digitales e incluir en cada párrafo una frase o frases en negrita que destaquen la afirmación más importante de ese párrafo. Parece una tontería, pero si metes algo diferente en el texto plano (negritas, citas, enlaces, etc.) siempre se enriquece y la lectura se hace más ágil. Es solo una sugerencia. Una vez más, ¡enhorabuena!
ResponderEliminarComo editor me lo apunto, al menos para los artículos más largos :P
EliminarUa, me lo apunto, sisi, muy buena idea :)
EliminarPor cierto, ¿no os animáis a hacer podcasts? Ahí lo dejo...jajaj
ResponderEliminarCon el blog y el canal de Youtube a mí al menos ya no me da para más, pero algunos de los vídeos los hacemos precisamente con esa idea en mente, que sean escuchables más que visibles (entrevistas, análisis, revisiones...). Quizás en algún momento nos de por el trasfondo, who knows?
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