¡Buenos días y bienvenidos a la barcaza del misterio! Tras anteriores artículos de Arines en que conocimos las monstruosidades del clan Moulder y los tejemanejes de Malal, el dios del Caos, en este artículo nos va a dar un profundo recorrido por los licántropos en Warhammer Fantasy, y es que sí, aparecen más de lo que creemos.
¡Buenos días, habitantes del Viejo Mundo!
He vuelto a hurgar entre los secretos más siniestros
del trasfondo de Warhammer, para hablar en esta ocasión de unos seres -una
subraza, de alguna forma- de la que se oye muy poco y sin embargo siempre ha
estado presente en el mismo: ¡el artículo de hoy está dedicado a los licántropos de Warhammer!
Siempre me ha resultado sorprendente, para un juego que ha tomado amplia base en la mitología y el folklore antiguos y del Medievo como en la literatura de terror, que una leyenda tan clásica y tan gótica, además de presente en la cultura popular (cine, libros, etc) como la del hombre lobo haya sido aprovechada tan poco en el universo de Warhammer, quedando éstos relegados a un papel muy marginal, casi inexistente; y sin embargo, esto hace que (me) resulten aún más interesantes.
Partamos de una base, los licántropos
como ejército independiente serían ridículos en Warhammer. Aunque la idea de
retratarlos como una facción haya tenido precedentes literarios y
cinematográficos exitosos en los últimos 20 años, desde luego no casa con el
concepto del hombre lobo clásico y warhamil, como criatura maldita y solitaria.
Ello no ha impedido sin embargo a que estas criaturas hayan sido representadas, ya en relatos, ya con reglas e incluso miniaturas, en diversas ocasiones a lo largo de la historia del juego, y como aparentemente no hay nada mejor que hacer estando confinado en mi barrio, he hecho una lista de todas ellas (o por lo menos de las que conozco).
Aunque normalmente me gusta incluir una parte de análisis de juego en mis artículos, en este caso me voy a concentrar puramente en trasfondo y miniaturas. En este sentido voy a limitarme al contenido en libros de ejército y similares, (así que Black Library queda excluido) y sólo voy a abordar el trasfondo de WH Fantasy (incluyendo juegos de especialista ambientados en el mismo universo), ¡por lo que no vais a ver a Lobos Espaciales de la 13ª Compañía!
LOS LICÁNTROPOS EN SUS ORÍGENES
Está claro que los
licántropos de Warhammer siempre han sido criaturas de una forma u otra ligadas
al Caos, o dicho de otra forma que la licantropía en Warhammer es una forma muy
específica de mutación. Las primeras imágenes de mutantes de aspecto lupino de
las que tengo conocimiento se remontan a la época oscura del juego y los libros
de Realms of Chaos. Por aquél entonces el Caos era mucho más …caótico, los
demonios parecían producto de un viaje en ácido y los hombres bestia no parecían todos animales de granja sino que eran una amalgama de criaturas
distintas (y de lo más raras); entre éstos encontramos a los primeros
licántropos, que no eran otra cosa que hombres bestia con cabeza de perro o
lobo (de la misma forma, incluso los skaven podrían catalogarse como hombres
bestia rátidos, a pesar de tener su propia identidad de facción).
En quinta edición los hombres bestia sin embargo ya habían adoptado la apariencia caprina que han conservado hasta la actualidad, por lo que el concepto de licántropo quedó desligado de aquéllos.
LOS LICÁNTROPOS NO
MUERTOS
En 1987 salió la gama
Night Horrors de Citadel: un surtido misceláneo de monstruos góticos asociados
a los no muertos, entre los que hay gárgolas, espectros, medusas, vampiros y una
miniatura de hombre lobo sin ningún tipo de censura (que tengo el privilegio de
tener, y que aparece en el famoso diorama “La Venganza del Vampiro”). Como nota
friki que a nadie le importa, en la misma gama figuraban también un hombre oso y
una mujer zorro (O.0)
Nota de Cordo: Le falla la peana.
Una década y media después hizo su aparición la miniatura del hombre lobo de Blood Bowl, como parte de los equipos nigrománticos, en los que GW básicamente reunió todos los exponentes clásicos de la literatura de terror para que jugaran al fútbol americano en una especie de equipo de Halloween (y que ha sido renovado por GW con minis nuevas hace menos de un año!).
Nota de Cordo: Bueno, si es para Blood Bowl lo permitimos. Porque se juega en casillas cuadradas. Malditos pirómanos...
Esta nueva faceta de los
licántropos los vincula a los no muertos como criaturas convocadas o esclavas,
y parece que más ligadas a los nigromantes que a los vampiros (¿idea para el
próximo libro de No Muertos clásicos?¿eh?¿EH?).
Merece la pena mencionar
al Varghulf, que salió en séptima edición (sustituyendo a los vampiros Strigoi,
ya que en esta edición se perdieron los clanes vampíricos), porque a pesar de
ser esencialmente un murciélago, sus reglas recordaban mucho a un hombre lobo
clásico (alto atributo de movimiento, regeneración, NO VUELA, NO VUELA, NUNCA
HA VOLADO) dando a muchos la excusa que necesitaban para crear sus conversiones.
LOS LICÁNTROPOS DEL CAOS
Entrando en sexta edición
y con la salida del libro de ejército: Hordas del Caos, vio la luz el relato
“Los licántropos de Fjirgard”, uno de mis favoritos de todos los que salieron
en los libros de sexta, no sólo por ser el primero en hablar de forma directa
de estas criaturas, sino porque también explora las relaciones entre norses y
ciudadanos del Imperio fuera del campo de batalla, algo que siempre he
encontrado enriquecedor para el trasfondo en general.
En el relato, los
licántropos son hombres nórdicos afectados por una ¿bendición?¿maldición? de los
dioses del Caos, los cuales se ven obligados a exiliarse de sus tribus y vivir
en bosques y cavernas. En todo caso ya no se trata de hombres bestia: se trata
de mortales del caos. Me parece interesante que ni se les describe con rasgos
necesariamente lupinos, pudiendo tener cuernos o escamas de reptil, ni son
repudiados por los norses, que les respetan (y temen) y hasta mantienen en
algunos casos sus lazos familiares.
LA COSA DEL BOSQUE
Mi licántropo favorito sin embargo no pertenecen a WH Fantasy, sino a Mordheim. En el suplemento “Imperio en Llamas” apareció la misión ¡Algo se mueve en el bosque! en la que dos bandas rivales se enfrentan en una densa arboleda mientras son acechadas por una criatura del Caos a la que se refiere como la Cosa del Bosque, con reglas propias y una miniatura espectacular (que recuerda mucho a la bestia de la película “El Pacto de los Lobos”).
Lo más llamativo de sus
reglas es que cada miniatura que resulte eliminada en combate por la cosa del
bosque, en caso de sobrevivir puede pasar a estar infectada, y convertirse en
una cosa del bosque en futuros enfrentamientos (no es coña), pudiendo atacar a
amigos y enemigos por igual y ¡propagar a su vez la maldición!
La banda de norses de
Mordheim, que salió posteriormente en el Town Cryer, también incluyó entre sus
héroes a un licántropo completamente jugable, el Ulfwerenar (con reglas
distintas a la cosa del bosque). Este mismo personaje es actualmente jugable en
MDN en el contingente aliado de Norses.
LOS PIELDELOBO
Finalmente, en 2012, salieron a la venta los Pieldelobo de Forgeworld, un set de infantería monstruosa que vendría acompañado posteriormente de una miniatura de edición limitada. Los pieldelobo son hombres y mujeres afectados por una maldición que hace que con cada luna llena su cuerpo se transforme y la bestia que llevan dentro salga al exterior haciendo jirones su piel humana. Como todas las miniaturas de Forgeworld, estos tipejos también tienen sus propias reglas, que como sabemos han sido adaptadas a MDN para poder jugar con ellos (y personalmente pude enfrentarme a nada menos que seis de ellos en el torneo de Leyendas en Miniatura 2019, en un ejército temático de bárbaros del caos, y me parecieron la mar de chulos, aunque nada que una buena amerratadora no pueda resolver…)
LOS CAMBIAFORMAS
Existen otros individuos
en el trasfondo de Warhammer con la habilidad de adoptar la apariencia de uno o
varios animales. La línea entre licántropos y cambiaformas es en muchos casos
muy fina, aunque la diferencia suele ser que mientras que los primeros sufren
el cambio de forma cíclica y fuera de su control, en los segundos es un proceso
consciente y voluntario.
El ejemplo más famoso de
cambiaformas probablemente sea el de Beorg Bearstruck, capitán del regimiento
de renombre de los Hombres Oso de Urslo, que toma la forma de un oso enorme y abate
a sus enemigos a zarpazos y mordiscos.
No obstante, si exploramos bien los manuales de sexta edición, hay más exponentes de esta habilidad también entre los personajes comunes:
Los hechiceros ámbar pueden adquirir las proporciones y la fuerza de un
animal convirtiéndose en una eficaz máquina de matar gracias al hechizo del
Saber de las Bestias: Ursun, la Furia del Oso.
De forma parecida, el
poder vampírico Von Carstein: Forma Lupina, otorga a nuestro chupasangre de turno la
velocidad de un lobo salvaje.
Finalmente, en el libro
de Elfos Silvanos tenemos acceso a la estirpe de los Cambiantes, que tiene
exactamente el mismo efecto que el poder vampírico mencionado (y dudo que por
casualidad), transformando a un endeble elfo en un depredador… igual de
endeble, pero mucho más rápido ¡y con un ataque más! (aunque normalmente lo
usará para disparar flechitas con su Arco de Loren porque ni la licantropía
puede convertir a los elfos silvanos en seres con honor).
Nota de Cordo: Así es.
En resumidas cuentas, si bien los hombres lobo no son uno de los elementos más conocidos del trasfondo de Warhammer, es innegable que ocupan un lugar en el mismo, y aunque no es posible -y creo que está bien que no lo sea- hacer un ejército exclusivamente compuesto por ellos, ¡sí podemos incluir a estas esquivas criaturas en nuestras listas de ejército!
CÓMO CONVERSIONAR LICÁNTROPOS
Partiendo de la premisa de que hay infinidad de marcas que producen miniaturas de licántropos perfectamente usables en Warhammer, os quiero dejar un par de ideas muy simples y efectivas para desplegar hombres lobo en vuestras partidas:
La primera consiste en pegar la cabeza y cola de un lobo gigante de sexta o séptima edición en el cuerpo de una rata ogro de plástico (nota para jugadores skaven: con las piezas sobrantes podéis montaros unas ratas lobo).
La segunda opción fácil que tenéis es emplear como base el cuerpo de un horror de la cripta, al que podéis pegar en la espalda el pelaje de un vargheit (que viene en la misma matriz) y la cabeza y cola de un mastín del caos, o un lobo de Fenrir de los Lobos Espaciales, o cualquier otra cosa parecida.
Hasta aquí los delirios de este adicto a lo oculto, que volverá pronto con más noticias desde las tinieblas!
Un aullido espeluznante para
todos,
Arines
Johann acercó las manos a su boca y dejó que su aliento las desentumeciera; el frío y la niebla reinante le resultaban insoportables. Era evidente que los dioses no moraban en el pueblo de Geheimsteig. Algo acechaba los bosques alrededor de la aldea fronteriza de Ostermark; primero había desaparecido el molinero, y unos días más tarde los lugareños habían encontrado los restos desmembrados de un grupo de leñadores. Después de aquello decidieron buscar ayuda y enviaron a Uter, un hombre corpulento con un poblado bigote rojizo, que contrató a Johann y a sus compañeros en una taberna a las afueras de Essen. Aún así. ninguno de ellos sabía aún a quién, o qué, le estaban siguiendo la pista.
La compañía compuesta por mercenarios, milicianos y varios perros de caza llevaba unas horas recorriendo el camino entre los árboles
cuando Dieter, un aguerrido marienburgués que llevaba el brazo tatuado con una
calavera por cada uno de los hombres que había matado, hizo una seña a los
demás para que se acercaran. Entre los matorrales había restos de ropa hechos
jirones, y un rastro de pisadas que conducía al interior de la arboleda. “Por
aquí.” Ordenó Rutgar, el adusto líder de los cazarrecompensas. Johann asió su
arcabuz y siguió al grupo.
Estaba atardeciendo, y
Johann tenía la sensación de que la niebla crecía conforme la luz del sol
menguaba, y el aire se volvía pesado, como garras cerniéndose sobre los
curtidos mercenarios. El cielo ya estaba demasiado oscuro para continuar y Rutgar
dio la orden de regresar al pueblo. Un lúgubre aullido resonó en la lejanía. “¡Esperad!”
exclamó Günter, un veterano nordlandés con un parche en el ojo y una cicatriz
que le recorría la cara desde la frente hasta la mejilla. “Mirad ahí”. En la penumbra
yacía el cuerpo inerte de un ciervo, con la garganta desgarrada y el cuerpo a
medio devorar. El nordlandés se agachó y pasó los dedos sobre la sangre aún
caliente del animal. “Lo que fuera que hizo esto aún debe andar cerca”. Johann se dio cuenta de que los mastines habían empezado a revolverse y a ladrar, y
los milicianos locales daban señas cada vez más visibles de nerviosismo.
Se oyó un chasquido
repentino de ramas secas entre la maleza y un instante después una sombra del
tamaño de dos hombres se abalanzó sobre Dieter y los gritos del marienburgués se
perdieron entre los árboles. “¡Soltad a los perros!” bramó Rutgar; “No dejéis
que escape!”. Johann echó a correr en la niebla, siguiendo el sonido de las
ramas rotas delante de él. Otro grito, esta vez con la voz de Günter, hendió el
aire, y lo siguió otro, y luego un tercero. Después se hizo el
silencio, y el mercenario se dio cuenta de que había perdido el rastro de sus
compañeros. Se resguardó detrás de unos matorrales durante varios minutos que
le parecieron eternos, hasta que oyó movimiento entre los árboles. Pegó un buen
trago del licor kislevita que guardaba en su petaca y se levantó sigilosamente, rezando a Sigmar para que lo que hubiera allí fuera humano. Avanzó agachado hasta un claro, y ahí pudo ver una
escena de pesadilla. Una criatura que era a un lobo lo que un gor a una cabra
de leche devoraba los restos de uno de sus compañeros, esparcidos en el suelo. Johann apuntó lentamente el cañón de su arcabuz hacia la figura lupina, expiró, y
apretó el gatillo. El impacto hizo saltar piel y sangre del pecho de la bestia,
pero ésta se reincorporó inmediatamente con un gruñido y se lanzó sobre el
cazarrecompensas, que tuvo el tiempo justo para cerrar los ojos antes de que
otro proyectil atravesara el cráneo del monstruo y su carcasa cayera a escasos
centímetros de él. Rutgar emergió de los matorrales, seguido de Uter, y recargó
su mosquete de triple cañón. “Por poco eres fiambre” le dijo sardónicamente a
Johann. “Ya me había dado cuenta” respondió éste lúgubremente. El cuerpo de la
la bestia se movió de improviso, y empezó a menguar ante los ojos
atónitos de los presentes, hasta tomar el aspecto de un hombre de mediana edad,
con el cabello y los ojos grises. “No es posible.” exclamó Uter, “Es Otto, ¡el
molinero!”. “¿Qué?” tronó Rutgar. “Entonces quién diablos...”
Un gruñido sonó justo
detrás de ellos, y las garras del licántropo se reflejaron por un instante en
los ojos de los tres hombres, antes de apagarlos. Un aullido volvió a resonar
en el bosque.
Me ha encantado el artículo. Pensándolo bien, me habría encantado ver unos Lobos Espaciales en WH Fantasy, la verdad. :)
ResponderEliminarVeo que no has mencionado a los hijos de ulric. Salen descritos en el primer libro de gotrek y felix los cuales perdidos en el bosque se encuentran con una banda de cultistas del caos que intenta cazar a estos hombres lobo para descubrir como usar sus poderes para el caos. Segun tu clasificacion, los hijos de ulrik serian cambiaformas xk creo recordar que en el relato cambian a placer.
ResponderEliminarEn el relato gotrek deja a algunos con vida asik no los clasificaria como seres malignos sino mas bien como neutrales
No los conocìa! Pero me alegro de haber aprendido algo yo tambièn! :D
EliminarMuy fan de estos artículos.
ResponderEliminar¡Interesante artículo y magnífico relato! ¡Gracias!
ResponderEliminarLa parte de conversionar licántropos me ha molado mucho.
Y decir que yo juego cambiante silvano de combate cuerpo a cuerpo, pero estoy muy loco y suelo perder (solo gano a Cordo xD)
Muy interesante. Como señor de la noche, siempre he tirado más a vampiros (sí, se que no se nota...XD) pero me parece interesante porque no deja de ser una criatura fascinante. Igualmente, creo que me pega más en el caos, en bárbaros, que en condes, no los veo subyugados a un chupasangre, supongo que por la influencia de la cultura popular que tenemos.
ResponderEliminarSi me meto en el paradigma del trasfondo warhammer sí que los veo en Caos, pero a priori por influencia de la cultura gótica pop los veo más en Condes, y siempre me extrañó que no hubiera una unidad de hombres lobo. De hecho el año pasado pinté 3 licántropos de Mantic y pienso usarlos como vargheist u horrores de la cripta, o al menos usar uno como varghulf.
ResponderEliminarMuy buen artículo, para el escaso papel que han tenido en el trasfondo, muy buena recopilación. Gran idea la conversión, sobre todo la de ratas ogro.
ResponderEliminarBuena entada. Por poner mi granillo de arena, en la página 67 del manual de campo para generale, en la sección taller de escenografía para campañas, se ve una imagen de un ejército de condes vampiro cuya figura central parece ser un inmenso licántropo azul. Impresionante bicho del cual nunca he encontrado más información.
ResponderEliminarLa de ratas ogro con cabeza de lobo es súper sencilla y queda que se sale. Luego le va bien un poco de masilla para añadir pelaje. Mis arbóreos silvanos son así :)
ResponderEliminarYo tengo uno hecho asì però hay que poner un pegote de masilla en el encaje del cuello para que no quede mirando para abajo xD
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