¡Muy buenas a todos! Hoy será el propio Snafu quien os cuente de qué va el artículo.
Bienvenidos a la primera entrega de una nueva serie relacionada con Flames of war. Esta vez dejamos las reglas y la ficción a un lado y nos metemos de lleno en las historias reales de soldados destacados de la guerra que, al estilo de los personajes especiales en Warhammer, son jugables en la mesa con sus puntos y reglas adicionales que los hacen destacar por encima del resto.
Para abrir boca hoy os traigo al
archiconocido francotirador soviético Vasili Záitsev, cuyas aventuras durante
la batalla de Stalingrado fueron reflejadas en la película Enemigo a las
puertas con más o menos acierto (más menos que más).
Záitsev con el uniforme de la marina soviética. |
Vasili Grigórievich Záitsev nace
el 23 de marzo de 1915 en Yeleninka, un pueblo de los Urales, en una familia de
campesinos rusos. Desde muy pequeño estuvo relacionado con la caza,
principalmente de ciervos, que solía practicar con su hermano mayor y su
abuelo. Usaba un arco hasta que este último le regaló su primera escopeta
cuando contaba tan solo con 12 años. Estas experiencias forjarían la puntería y
la paciencia del que sería uno de los soldados más laureados del conflicto.
En 1937, Vasili se alistó en la
marina soviética y sirvió en la flota del Pacífico, donde era secretario del
departamento de artillería. Durante su servicio en la marina y mientras estaba
estacionado en Vladivostok, la Alemania nazi invadió la URSS y Vasili, como
tantos otros camaradas en aquel momento, se prestó voluntario para un traslado
al frente. Después de varias peticiones denegadas, se le concedió su deseo, se
le asignó el rango de suboficial superior y fue integrado en el 1047º Regimiento de Fusileros de la 284.ª División de
Fusileros dentro del 62.º Ejército, cuyo oficial superior era el teniente general Vasili Chuikov que en
ese momento se preparaba para defender la ciudad de Stalingrado.
Záitsev cruzó el río Volga con su
unidad a finales de septiembre de 1942. Fue durante una visita al frente de un
oficial superior que Vasili dio las primeras muestras de su potencial; una ametralladora
alemana situada a unos 600 metros de su posición empezó a dispararles y les
obligó a esconderse. Después de avistar el arma con ayuda de un telescopio de
trinchera, eliminó al operador de la ametralladora de un solo tiro con su rifle
Mosin Nagant. Tamaña demostración de puntería impresionó a sus superiores e
inmediatamente se le fue asignada una mira telescópica con la que comenzaría a
escribir su leyenda.
A partir de ese momento, el francotirador comenzó a convertirse en una amenaza y a sembrar el pánico entre las filas alemanas los cuales aprendieron a temer a los tiradores rusos. Viendo el éxito que estaban teniendo las nuevas tácticas, se instauró una escuela de francotiradores justo detrás del frente para entrenar nuevos soldados bajo la supervisión de Záitsev. Tanto él como su grupo fueron objeto de numerosos artículos en los periódicos de la época, que ensalzaban (y probablemente exageraban) sus hazañas con objeto propagandístico y para subir la moral tanto a las tropas como al pueblo soviético.
Vasili con dos de sus pupilos |
En enero de 1943, Vasili fue herido
gravemente en los ojos por la metralla de un proyectil de mortero, pero,
después de ser operado con éxito, volvió al frente y siguió entrenando
francotiradores. Entre otras muchas medallas y títulos, le fue concedida la
mayor condecoración de la URSS en febrero de ese mismo año, la medalla de Héroe
de la Unión Soviética. Después de la guerra se estableció en Kiev, donde
viviría hasta su muerte el 15 de diciembre de 1991, solo 11 días antes de la
disolución de la Unión Soviética.
Vasili Záitsev sigue considerándose a día
de hoy uno de los mejores tiradores de la historia con un récord aproximado de
bajas que asciende hasta las 242.
Años después de la batalla, luciendo la medalla de Héroe de la Unión Soviética.
Pues hasta aquí la primera entrega de esta serie que espero que os entretenga y os haga conocer a estos héroes del pasado a los que les tocó una época infinitamente más difícil de vivir que la nuestra. ¡Un saludo y nos leemos!
Snafu
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