¿Qué hay mozos? Seguimos en esta nuestra particular guerra multicolor de la escalada de los lectores, y hoy vamos a leer Julen, que ya os dejó con la baba cayendo en su presentación, y hoy nos trae a unos (no tan) simpáticos señores barbudos como Bugman manda.
Buenos días, legendarios.
Después de la sorprendente acogida que tuvieron mis enanos
en la anterior entrada (¡muchas gracias por los comentarios!), en esta me toca
traeros lo que he pintado durante el mes de enero.
Tal y como me propuse en los objetivos para este año, este
mes he podido completar las 5 primeras miniaturas de la unidad de montaraces.
Os presento a los primeros componentes de la ilustre compañía de los Cerveceros
de Bugman:
Como podéis ver, son 5 miniaturas “de línea”, sin ningún
componente del grupo de mando. Normalmente, cuando pinto una unidad entera del
tirón, suelo dejar estas miniaturas para cuando me atasco y/o necesito una
motivación adicional para sentarme a pintar (aunque a veces, como en el caso de
los portaestandartes, esto puede ser un arma de doble filo). Así que para ver al
campeón, al músico y al portaestandarte, tendréis que esperar a futuras
entradas ;-).
Para el esquema de color había pensado usar el clásico azul
y rojo que lucían los cerveceros de Bugman en el libro de 5ª edición (azul y
rojo), pero, aunque intentara hacer pasar el turquesa (que es el color de mi
ejército) por azul, iba a tener bastantes dificultades para incluir el rojo (o
alguna variante) sin que desentonara demasiado con el aspecto general del
ejército. Por lo tanto, me he dejado de complicaciones y he seguido utilizando
el mismo esquema que hasta ahora: turquesa y dorado. En esta ocasión, y para
demostrar que son montaraces y que pasan mucho tiempo lejos de la fuerza principal
del ejército, he pintado algunas mangas de amarillo/ocre. ¡No todos los enanos
pueden ir al gremio de artesanos cada vez que necesitan un uniforme nuevo!
Los coloridos Cerveceros, tal y como aparecían en el libro de ejército de 5ª edición. |
… Como hacen otros legendarios en sus escaladas, tenía
pensado poneros las pinturas que he usado para pintar estos enanos, pero (ahora
viene cuando os entra la risa tonta) la mayoría de las pinturas que uso son las
típicas que se emplean en manualidades (de la marca Americana o similares) que
han llegado a mí por diversas vías. Quitando los metales, que para esos sí que echo
mano de las de Games Workshop o Vallejo, casi todas las demás pinturas que uso
son de gama media/baja. Igual necesito dar un par de capas en lugar de una para
ciertos colores (i.e. amarillos, rojos, etc.), pero, qué queréis que os diga,
pagar casi 5 € por un bote de pintura de GW mal diseñado que se me va a echar a
perder en medio año no me parece de recibo (del precio de las Contrast, por muy
buenas que sean para ciertas cosas –que lo son–, mejor ni hablamos). Todavía
tengo algunos de los primeros botes de pintura de Citadel de tapa blanca que
compré hace más de 20 años con la pintura en perfectas condiciones. Esos sí que
merecían la pena (os dais cuenta ahora por qué me siento identificado con los
enanos, ¿no?).
Volviendo al tema de pintura, a pesar de que no os pueda dar
recetas que os puedan valer (aunque si realmente queréis saberlas –a pesar de
saber que la mayoría no son de GW, Vallejo ni AK– os las paso encantado) lo que
sí os puedo contar es cómo he pintado cada parte de las miniaturas y porqué. A
mí me gusta mucho planificar distintas combinaciones de colores para conseguir
una uniformidad general de todo el ejército mientras mantengo al máximo posible
la individualidad de cada miniatura. Me explico: Si tengo una unidad de 15
montaraces, incluyendo el grupo de mando, y sólo hay 3 modelos distintos de
tropas de línea, tendré unas 4 miniaturas idénticas de cada modelo (esto con miniaturas
multicomponentes no suele pasar, pero como a uno le gusta el “middlehammer”,
tiene que capear el temporal como mejor pueda). Por lo tanto, siempre intentaré
que esas 4 miniaturas tengan colores de barba distintos, alguna que otra
diferencia en la combinación de colores de su uniforme y ligeras variaciones en
los tonos de las bolsas u otros complementos (aquí no estoy contando nada
nuevo, pero creo que siempre está bien recordar este tipo de cosas, sobre todo
para los recién iniciados en el hobby). Tener todo esto en cuenta hace que el
proceso de pintura sea más largo de lo habitual (al menos en mi caso), pero
creo que merece la pena si no andas justo de tiempo para cumplir fechas en
cuanto a torneos, etc. Os pongo un ejemplo con unas figuras ya pintadas de mi
unidad de Rompehierros.
Aquí podéis observar a lo que me refiero. Todas las barbas
son distintas. También he intentado que los colores de las gemas en cascos,
armaduras y armas no tengan siempre los mismos colores (intercalando turquesas
y granates), y para evitar pintar todas las armaduras con la misma combinación
de dorados y plateados, he incluido variaciones en placas, muñequeras,
máscaras, bigotes y armas.
En cuanto al pintado de las distintas partes de los
montaraces, aunque pueda parecer mentira, lo que más trabajo me ha dado han
sido las hachas (pintar los ojos del modelo que se tapa la boca con el brazo lo
dejaremos para otro momento; menudo infierno…). Son una parte importante de la
miniatura y, por ello, hay que dedicarle el tiempo necesario para conseguir que
la unidad luzca por sí misma y que también destaque frente al resto de tropas
del ejército. En mi caso, las he pintado con metálicos y usando degradados (lo
que los barbilampiños de hoy en día insisten en llamar True Metallic Metal o TMM). Algunos (como yo, antes de ponerme a
ello) puede que piensen que, al tener una superficie tan grande y plana, no
puede ser muy difícil hacer estas transiciones (o incluso pueden llegar a
pensar que no sean necesarias al usar pinturas metálicas), pero, en mi caso, os
puedo asegurar que conseguir un efecto suave y más o menos realista en una
superficie sin ningún detalle me ha hecho sudar de lo lindo. En estos casos,
cualquier transición un poco más brusca de lo normal te deja vendido, y mucho
más cuando se usan colores metálicos. A pesar de ello, una vez terminadas, da
gusto poder verlas desde distintos ángulos y ver que el efecto metálico da el
pego en la mayoría de los casos (una pena que mis maravillosas fotos, ejem, no
puedan mostraros mejor todo lo que os cuento aquí).
Por otro lado, puede que os hayan llamado la atención los
escudos de los cerveceros. Quería reflejar el cariño que tengo por esta unidad
de una forma especial y qué mejor manera de hacerlo que personalizándoles los
escudos con una buena jarra de cerveza. En un principio había pensado pintar una
“B” a mano alzada (también conocido entre los barbilampiños como “freehand”), pero eso me parecía una
solución demasiado fácil. Luego pensé en pintar unas jarras, pero, siendo 12, la
cosa se podía poner cuesta arriba. Así que fui a por algo distinto: modelar una
jarra de cerveza con masilla y hacer copias. De esta forma, además de conseguir
esa uniformidad que andaba buscando dentro de la unidad, también conseguía
tener los iconos de los escudos “con relieve” como en el resto de las unidades
del ejército). No tengo fotos del proceso, pero os puedo dejar una para que os
hagáis a la idea de cómo lo hice.
Nota de Cordo: Por supuesto que han llamado nuestra atención. Molan infinito.
Echándole un ojo a otras escaladas y las cantidades ingentes
de miniaturas que muchos legendarios son capaces de pintar cada mes, me imagino
que mis entradas os sabrán a poco en cuanto a cantidad de miniaturas, pero
espero que los chascarrillos sobre tomas de decisiones, procesos de pintura y
demás cosillas que añada a lo largo de la escalada (como buen Barbalarga)
puedan suplir esa carencia. De hecho, estaré encantado de ir respondiendo (¡si
soy capaz!) a preguntas que os puedan surgir después de cada entrada. Así que
no dudéis en decírmelo en los comentarios (de la misma forma, si os parece que
me puedo ahorrar todas mis pajas mentales que os pongo aquí a modo de ladrillo,
también me lo podéis decir sin ningún problema).
Por mi parte poco más que añadir. Toca seguir con la unidad
de cerveceros. En febrero tengo intención de meterle mano al campeón y/o al
músico de la unidad. Hasta entonces… ¡Caña a los pinceles!
Un saludo.
Julen
Preciosos nene. Las transiciones en la piel y la ropa han quedado vete. Buen trabaji
ResponderEliminarGracias, Alikornio. Me alegro de que te gusten.
EliminarMenuda cosa más crema, sacrificaría a mi primogénito por pintar así. 💙
ResponderEliminarMuchas gracias, Mazram. Ten cuidado, que uno empieza sacrificando al primero y luego no sabe cuándo parar... ;-)
EliminarSerán "solo" 5 minis, pero hay más talento, trabajo y horas en ellas que en las 20 que pinté yo en enero, y los detalles del proceso son más que bienvenidos. Gracias por compartirlas, son increíbles!
ResponderEliminarMuchas gracias, Cneus. No caigas en la trampa de comparar el talento, trabajo, etc. porque aquí cada persona es un mundo. Estoy seguro de que las horas que habrás metido tú en tus minis, bien metidas están. Lo importante es quedarse a gusto con el trabajo de uno mismo.
EliminarMucho mimo en todo, se nota el cariño. Gran artículo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Alex.
EliminarTremendo como te han quedado. Me fascina como quedan las minis antiguas con un pintado moderno (y bueno). Ya me pasó con los lanceros altos elfos que hay por aquí, y me vuelve a pasar con estos enanos.
ResponderEliminarGracias, Dracarys. Sí, los elfos de Tono son canela fina. Hay muchas miniaturas antiguas que tienen un esculpido muy bonito y que derrochan carácter (los enanos y orcos y goblins antiguos de Games Workshop y de Harlequin, y las miniaturas de Mithril, por ejemplo). El problema que hay a la hora de darles un enfoque nuevo es que no es fácil encontrar referencias con pintados actuales, pero si uno es capaz de ponerse a ello, se pueden obtener resultados espectaculares (El Oddgit de Albert Moretó Font es un claro ejemplo de ello).
EliminarQue locura de nivel de pintado. Mi más sincera enhorabuena y te mentiría si no te digo que siento una envidia brutal. Esperando ver más de tus maravillas de minis.
ResponderEliminarMuchas gracias, Duffman. No me hables de envidia, que el relato (y las conversiones) que te marcaste en tu entrada fue acojonante.
EliminarSe ven de lujo. Mucha calidad en el pintado. Yo como mucho, mi nivel es para jugar en tablero. Intento mejorar pero tampoco me estreso con esto que es un hobby y hay que disfrutar del proceso. Que Malal guíe a esos montaraces para matar a muchos hijos del Caos ;)
ResponderEliminarGracias, José Manuel. Efectivamente, como bien dices este hobby tiene muchas facetas distintas y lo importante es que disfrutemos con lo que más nos guste hacer.
EliminarMenudo nivel, no solo con el pintado... si no con las jarras de cerveza ¡Que currada! ¿Podrías explicar como haces esas copias? Gracias!
ResponderEliminarGracias, Anakin. Sin problema, para eso estamos. Las jarras fueron relativamente sencillas. Con un poco de masilla verde modelé la jarra de cerveza encima de un escudo para ir a tiro fijo en cuanto a la escala. Cuando se secó, separé la jarra y le di un repaso con un papel de lija. Después, la coloqué sobre una superficie plana y usé oyumaru (también se le conoce como "blue stuff") para crear el molde. Luego ya sólo quedó hacer las copias usando una mezcla de masilla verde y milliput (para mí, la mejor combinación a la hora de usar esta técnica). Para saber más sobre esta técnica de clonación encontrarás un montón de videos en youtube.
EliminarMil gracias, a ver si me animo a probarlo :)
EliminarMis respetos, noble Julen. Me parece muy buena idea lo de personalizar los escudos con la jarra de cerveza. Cuando se pone cariño y dedicación al trabajo se nota muchísimo. Te está quedando un ejército brutal.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Arturo!
EliminarGeniales esos montaraces, y la personalización es brutal.
ResponderEliminar¡Esperando ver más de tus avances!
Muchas gracias, Javi.
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