¡Buenos días legendarios! Soy plenamente consciente de que para cuando leáis esto ya estaremos en Febrero, pero tenemos todavía mucha pintura por mostrar, y estas escaladas de los lectores vienen genial especialmente dada la escasez de tiempo de este "editor". Hoy dejaremos que sean los Barones de Pretto los que cierren su año, ya que por su ritmo de publicación bimensual aún nos queda para su siguiente entrega.
Buen
día, amigos de todas las razas a uno y otro lado del Gran Charco, y bienvenidos
a la escalada de los Barones de Pretto
en Leyendas en Miniatura. Esta debería ser algo más especial, al ser la que
cierra 2.022 y se prepara para inaugurar 2.023. Antes de comenzar quería
rescatar algo que se dijo un año ha:
Con la
venda cubriendo ya la herida os revelamos que esta temporada se nos ha dado más
pobremente aún de lo planeado: apenas hemos llegado al 40% de los objetivos
bianuales de 2022-2023, Si bien es cierto que, como cabía esperar, ha habido
muchas incorporaciones que se han infiltrado en la lista, y sin ir más lejos
hoy os presentaremos tres de ellas.
Podéis
consultar en el enlace anterior la pintura que tenemos prevista acometer en
2.023. A modo de resumen, la prioridad será tener 2.000 puntos de Reyes
Funerarios pintados cuanto antes, avanzar con los lagartos e ir añadiendo
alguna chuchería a los Skavens y los Altos Elfos.
Respecto
a la última escalada de 2.022, el Barón tuvo que terminar algunos deberes para
sus roedores preferidos de cara al IV torneo de Leyendas de diciembre. El más
importante fue pintar una amerratadora impresa en resina en casa. Este es el
resultado:
Como se
les ha dado cariño, con esa hilera de munición de piedra bruja rematada bala a
bala, ellos respondieron eludiendo los resultados de problemas en sus batallas.
Buenos chicos.
Otra
tarea pendiente era adaptar las peanas de unos grupos de apoyo caseros que
habíamos confeccionado hace unos años. A escasos días del torneo saltaron las
alarmas de que estaban en 40x20 cm en lugar de en peanas de caballería como
procede. Para corregirlo ensamblamos los grupos con sus peanas de 20x20 sobre
la peana oficial mediante imanes.
El
primero es un arma dual: por delante es un lanzallamas, por detrás una
amerratadora, con componentes de la caja de las Ratas ogro Stormfiends, reversible
con solo invertir la miniatura. Los científicos chalados del Clan Skryre
siempre aportan soluciones prácticas para el día a día de la clase media.
El otro es una picadora construida a base de unir anárquicamente protegetripas y puños de hierro ogros sobre una pelota de masilla. El resultado es sorprendentemente vistoso.
En
ambos casos el operario Skryre es uno de nuestros lanzadores de viento
envenenado convertidos con piezas de aquí y de allá y algo de masilla.
Por
último, estaba pendiente hacerle una peana de verdad al Sr. de las Alimañas
para poderlo desplegar sin que lo mirasen con cara de perro. No era convincente
en absoluto la peana de carro, que desmerece esta «miniatura» colosal, y ni
hablemos de la de monstruo. Para colmo, la estructura ovalada —que no peana—
sobre la que se asentaba tenía un pintado agradable al que no queríamos
renunciar. ¿La solución? Recortar una plantilla de cartón de una peana de carro
y pegarla bajo la base ovalada de manera que queden claros su frontal y retaguardia.
Nota de Cordo: Hago notar que a mí esta solución, aunque entendible, no me gusta. Cosas de tener que trabar unidades en poco espacio o de usar armas de plantilla.
Los flancos tampoco deberían suponer un problema, y si así fuera se le concede al adversario y punto.
Como
guinda, se inscribieron odiosas runas Skavens para disuadir a los valientes
que carguen por delante.
Autonota
de los Barones: por voluntad de la Cornuda, esta imagen es la decimotercera del
artículo.
Para
cerrar el año, el Barón tuvo a bien pintar a Aenur, espada del crepúsculo, el
deseado premio que obtuvo por su paso por el IV Torneo de Leyendas y que no ha
llegado ni a entrar en el cajón de la marea gris.
Está
especialmente orgulloso de su pintado. El elfo —de los primeros de su raza que
pinta— tiene unos contrastes mucho más extremos de los que acostumbra su
pincel, tanto de luces y sombras en la tez morena, el pelo rojizo, en la capa y
en una inusual peana de grava gris y hierbajos blancos, yendo de colores muy
oscuros a muy claros; como en la paleta de color, con colores muy fríos en la
vestimenta y la espada y otros muy cálidos en la parte interior de la capa y de
nuevo en el cabello. No se aprecia con mucho detalle, pero están pintadas hasta
las cejas e incluso el iris azul claro de sus ojos. La espada, de aires
gélidos, tiene una base de color azul metalizado con algunas luces en blancos y
grises, contrastando con la gema de color fuego situada entre los gavilanes
sobre la empuñadura.
Con el
azul de la capa terminado de manera muy satisfactoria, el Barón cometió la
osadía de ponerse a pintar sobre las luces y las sombras unas líneas rectas de
forma espontánea, sin planificación alguna ni modelo, con un pincel plateado.
El resultado no le disgustó en absoluto, y como le recordó a los dibujos de las constelaciones celestes decidió añadir unos puntos blancos en los trazados a modo de estrellas. El placer de su pintura, la complacencia del resultado y el origen de esta miniatura hacen que pase a formar parte de inmediato de nuestro anaquel del honor.
La
Baronesa no se quedó de manos cruzadas. Por legítimo capricho suyo promocionó a
la Reina Khalida —o a algo que se le parecía, fruto retorcido de un pintado
previo de hace casi veinte años— y la metió en la Escalada 2.022 para liderar
nuestras huestes de hueso.
El esquema de color coincide con el de sus súbditos, pero aquí de nuevo los contrastes más acusados hacen que su figura sea mucho más sombría y amenazante, aunque las vendas blanquecinas y la máscara y su brillo fucsia le aportan equilibrio. Asimismo, consiguen que la malaquita del pectoral y cinturón y los rubíes de la corona aparenten ser de piedras preciosas y no meros verdes y morados. Otro pintado muy placentero de acometer.
Por
último, había que pintar el premio por el segundo puesto del Barón en el
concurso de relatos de terror ambientados en el Viejo Mundo —un paseíllo porPlagaskaven a través de los ojos de un niño humano, —:
Retorciendo
bastante la realidad, la Baronesa resolvió pintarlo con el mismo esquema de los
Funerarios, y disfrazarlo como uno de los enjambres de escarabajos del mes
pasado. El resultado es muy decente, y el brillo de la calabaza es, cuanto
menos, pavoroso.
Hasta aquí hemos llegado. Ha sido una escalada pobre, salvada por los pelos, en los penaltis, para clausurar un año pobre, pero al menos se han pintado cosas vistosas y muy placenteras. Veremos si remontamos el vuelo en este naciente 2.023. Un proyecto exitoso de bricolaje que ayudará a ello es la mesa plegable de pintura unida a la pared que instalamos recientemente. La parte técnica está terminada. Movidos por el orgullo, compartiremos algunas fotos y detalles en cuanto la parte estética quede culminada.
Sin nada más que agregar y a la espera de vuestros comentarios, se despiden de vosotros vuestros barones favoritos.
Gran año Barones.
ResponderEliminarMuy chulo Aenur, aunque queda muy siniestro. Precisamente estoy pintando las capas de mis fénix con esos colores.
Y por original la picadora de carne ha quedado súper bien.
A ver el 2023 lo que nos traéis.
Gracias, Javi. Deseosos de ver una unidad con un esquema de color tan peculiar. Me parece un acierto en una unidad como la guardia del fénix y su carácter un tanto ominoso. ¡Ánimo con los pinceles!
Eliminar