Mi experiencia femenina en los Wargames, by Khalida de los Bosques

 ¡Buenos días seáis quienes seáis! Como ya os contamos, en el último torneo Leyendas en Miniatura tuvimos la suerte de contar con 3 aspirantes femeninas al título, y es que lamentablemente a día de hoy la presencia de mujeres en los eventos sigue siendo escasa y noticia, y aquella era más que digno de mención. Esperamos que eso vaya corrigiéndose poco a poco, y por suerte una de las jugadoras propuso escribir un pequeño artículo sobre el tema, para tratar de quitar el miedo a cualquier posible lectora, y por eso hoy le vamos a ceder la palabra a Khalida de los Bosques en su primera entrada en este medio, y esperemos que primera de muchas.

Como muchos y muchas sabemos, vivimos en una sociedad donde, desde hace décadas, se divide a los niños y las niñas por sexos. “El fútbol es de niños.” “Las muñecas son de niñas.” “Las consolas son de niños.” “Las pinturas, de las niñas.”

Aunque luchamos por deshacernos de estereotipos así, hoy en día se siguen utilizando sin darnos cuenta. Alumnos y alumnas me han llegado a decir si esos torneos a los que voy no son de chicos... Y no les voy a culpar por pensarlo.

La presencia femenina en los Wargames, desde mi experiencia, es ínfima y es un hecho que está ahí y no se puede negar.

Dicen que se debe a que las mujeres no tienen dotes para ser generales o que los sistemas son demasiados complicados y prefieren los juegos de mesa y rol; yo creo que hay cierta razón en esto... pero también creo que muchas mujeres se ven abrumadas ante juegos así por la cantidad de presencia masculina en ellos y el miedo a ser atacadas si hacen algo mal. Pero, tranquilas, aquí estoy yo para deshacer falsos mitos.

Mi primer torneo fue de Warhammer Underworlds, en Goblin Trader Sur, allá por 2017. Recuerdo que yo no quería ir por miedo a cagarla, no por lo que me pudieran decir los jugadores ni por estar rodeada de hombres, si no por meter la pata y que alguien me recriminara una fulla. Recuerdo estar de los nervios, pero mi novio insistió y fue una experiencia brutal. ¡Incluso quedé en segunda posición!

Desde ese día he participado en varios torneos de WHU hasta poco después del confinamiento, donde lo dejé aparcado y empecé a especializarme en Fantasy.

En todos los torneos que asistí, la gente era realmente amable y me trataban como a una igual: Si la cagaba, me lo decían; si lo hacía bien, me felicitaban; si ganaba, aplaudían... Y nunca hubo un mal comentario, una mala mirada, ni un solo gesto incómodo sólo por ser mujer... Era, simplemente, una jugadora más del Torneo.

A lo largo del tiempo, me convertí en una figura habitual e, incluso, se decía que era buena jugadora. Una vez otro jugador le recomendó a mi novio que yo le enseñara a jugar porque era mejor que él. Más allá de eso, nunca hubo un mal comentario hacia mí por ser mujer y siempre me sentía con una buena sensación mientras jugaba.

Esas sensaciones se han seguido manteniendo torneo a torneo en todos los que participé y, cuando por fin me atreví a ir a torneos de Fantasy, todo seguía igual. Sí, es cierto que muchas veces puedes encontrarte un rival que te subestima, que te intenta “guiar” o que es menos agresivo ante tus errores que si los hiciera un chico... Pero eso no es del todo malo, aunque debería extenderse al resto de jugadores siendo indiferente su género.

No voy a mentiros y a decir que tenía no miedo de que, en mi primer Torneo de Fantasy, alguien hiciera un comentario fuera de lugar; pero eso es gracias a mis compañeros de asociación que a veces parecen dos orangutanes golpeándose el pecho cuando juegan. Os aseguro que no todos son así (Y ellos tampoco, pero es lo que tiene ser amigos desde hace tanto tiempo).

Cuando jugué el IV Torneo de Leyendas en Miniatura no me preocupaba ser una minoría entre tanto hombre; sólo me preocupaba no cagarla ni olvidar nada de mi lista porque, os aseguro, no hay que temer al resto de jugadores, tú has ido a divertirte, ellos también y si surge una riña os puedo asegurar que no será por ser mujer, sino por espíritu competitivo. Si alguna vez sentís que vuestro rival está tenso, condescendiente u ocurre algo extraño, es más probable que sea por la terrible paliza que le vais a meter que porque seáis del sexo femenino.

Puedo ser sincera si os digo que, cuando mejor me he sentido, ha sido cuando alguien me ha tratado con condescendencia por cómo he jugado y les he ganado, porque me hablan como a un igual y eso significa que la barrera que nos hace ver como indefensas y frágiles se ha roto. Es una victoria en el tablero y en tu propia persona.

No podemos descartar que siempre podemos encontrarnos algún personaje que puede hacer comentarios despectivos, de mal gusto o que nos incomoden... Os aseguro que es una minoría y que, si habláis con otro compañero, el organizador o los árbitros, ese rollo se cortará y os sentiréis arropadas por el resto.

Por otro lado, ya son varias veces que he leído u oído que se deberían hacer torneos exclusivamente femeninos para que las mujeres sientan que pueden jugar sin ser juzgadas. A mí, personalmente, me parece que es un retroceso.

Nuestros compañeros no son monstruos, son buena gente, no hay que tenerles miedo. Son sólo personas que quieren sacar los ejércitos a pasear y vosotras sois tan capaces como ellos de sacaros una masacre.

En mi opinión, lo mejor, son los torneos mixtos, donde podáis ver que no todos los jugadores (ni siquiera la mayoría) son salvajes y que podemos convertir una jornada de wargames en una experiencia estupenda rodeada de gente fantástica de la que aprenderemos muchísimo.

Así que os animo, mis preciosas generales, a que cojáis vuestro ejército y os plantéis con él a conseguir la mayor victoria posible o a que os derroten y aprendáis de vuestros errores sin importar los genitales de vuestro rival.

Khalida de los Bosques