domingo, 12 de marzo de 2023

[Escalada de los lectores] La escalada de Anárkiko: Enero y Febrero 2023

¡Buenos y felices días! Mientras esperamos que además dejen de ser fríos, la cosa marcha en la escalada de los lectores, y tras la bienvenida que le disteis a Anárkiko, se ha puesto manos a la obra para no decepcionaros. Con lo cual...¡vuelve Jules!


Jules volvió a dirigirse a la muchedumbre congregada en lo que se podría considerar la Plaza Mayor de aquella villa. No tenía una forma definida, simplemente era una zona sin edificar donde convergían la calle que discurría de norte a sur, y la que lo hacía de este a oeste. En días normales, la monotonía de la plaza la rompían dos estructuras. Un pozo que, por su aspecto, hace años que debería haberse rehabilitado, aproximadamente en el centro de la misma, donde las mujeres se juntaban en corrillos para comentar las novedades de la comarca; y una plataforma de madera en uno de los laterales que tenía múltiples usos según la ocasión: escenario, cadalso... y en ese momento, como grada donde los más avispados conseguían una vista privilegiada de la actuación.

- Y os preguntaréis buenas gentes, ¿cómo conocí tantos detalles de esta historia? Permitidme llevaros a un viaje por el tiempo...

- Años ha, viajaba junto a mi buen amigo Tristán, al que tiempo después se conocería con el sobrenombre de "el Trovador", por las cercanías del Bosque de Arden. Tristán iba practicando su canto para cortejar a la próxima dama desprevenida en nuestro próximo destino. Mientras yo, caminaba absorto, pensando en las primeras estrofas de lo que poco después sería mi gran éxito: el Bardo Bastardo (In The Forest).

- Al llegar a una intersección en el camino, nos detuvimos para decidir qué camino tomar, cuando una banda de salvajes Hombres Bestia salieron del oscuro bosque abalánzandose sobre nosotros. Tras la sorpresa inicial en la que apenas conseguimos evitar los ataques de los más cercanos de aquellos seres, nos conseguimos reponer y las primeras bestias comenzaron a caer muertas bajo los cascos del caballo de Tristán. Embriagado por la adrenalina del momento, y aprovechando el espacio abierto, cargué a lomos de mi purasangre Firulai contra los pocos enemigos que quedaban... blandiendo mi poderosa arma... mientras mis cascabeles ondeaban al viento.

Según iba hablando ante el entregado público, acompañaba sus palabras con sus movimientos sobre su "corcel", y la gente estalló en carcajadas imaginando la escena.

- Sin embargo, al hacer esto me descuidé, y acabé rodeado por cinco seres que aún estaban escondidos tras los árboles. A pesar de que me defendí gallardamente y conseguí aplastar el cráneo de uno de ellos, fui gravemente herido y caí de rodillas al suelo. Miré a lo lejos y vi que Tristán terminaba de deshacerse del último de sus contrincantes. Sin embargo, estaba demasiado lejos para llegar a tiempo y socorrerme.

- Con un suspiro, me hice a la idea de que aquel era mi final, y esperé a que alguna de esas bestias cayera sobre mí para darme el golpe de gracia...

La tensión del ambiente había ido creciendo mientras las risas anteriores se habían ido apagando poco a poco. La gente contenía inconscientemente el aliento.

- ... pero lo único que cayó junto a mis piernas fue una cabeza peluda con cuernos. Alcé la vista a tiempo justo para ver como el cuerpo que acompañaba a esa cabeza se desplomaba cual árbol talado. Un destello a mi derecha me hizo girar la vista en esa dirección, y pude entrever la espalda de una figura con una armadura desgastada, un tabardo que en sus orígenes debía haber sido amarillo y blanco, aunque en aquel momento era poco más que unos jirones de tela descolorida, y que manejaba un imponente espadón a dos manos. Sin ninguna ceremonia, aquel extraño dio buena cuenta de dos de los enemigos restantes sin mucha dificultad. El tercero, fue algo más rápido en reaccionar que sus compañeros, lo justo para dar media vuelta y salir corriendo, pero no lo suficiente para evitar la daga que aquel hombre lanzó certeramente, clavándosela en la nuca de tal manera que la punta sobresalía por la boca.

- En ese momento, Tristán llegó a mi lado para taponar la herida que sangraba abundantemente, mientras el caballero extraía la daga del cadáver y limpiaba su filo en el pelaje de aquel ser. Cuando se acercó a nosotros, pude verle por primera vez el rostro. Estaba claro que hacía tiempo que había abandonado las comodidades de un castillo, y que, si bien no se podía decir que era viejo, un tono blanco ya había comenzado a poblar buena parte de un pelo y barba desaliñados.

- Entre los dos consiguieron coser mi herida poco antes del atardecer, y dado que se había hecho tan tarde, decidimos acampar en esa zona y encender una fogata que nos protegiera del frescor típico de esos primeros días del otoño, y espantara a cualquier resto que pudiera quedar del grupo de los seres que nos atacaron. Alrededor de aquel fuego nos presentamos todos formalmente.

- ¡Permítame señor darle las gracias por haberme salvado la vida! - le dije - Desde luego, la providencia de la Dama ha tenido que ver para que nos encontráramos en el momento adecuado. Mi nombre es Jules, y aquí mi acompañante es Tristán. Viajamos por las tierras del reino labrándonos una reputación. ¿Cómo debo dirigirme a vos?

- D' Lorentz, Charles D' Lorentz - respondió -.

- Y así fue como conocí por primera vez de esa casa. Pasamos buena parte de la noche narrándole anécdotas de nuestros viajes, mientras él nos contaba el origen de su linaje y la búsqueda que le había llevado hasta aquel rincón de Bretonia. Tras decidir unos turnos de guardia nos dormimos hasta la mañana siguiente.

- Al amanecer, nos despedimos debidamente, no sin antes invitarnos a visitar las tierras de su familia cuando viajáramos por aquella zona. Y a continuación puso rumbo hacia Mousillon...

Más de un grito ahogado se escuchó a lo largo de la plaza, y quien más quien menos se santiguó al oír el nombre de esa tierra, que como todos sabían, estaba maldita.

- Tristán y yo, le insistimos en que se replantease su destino, pero él insistió en que su destino ya lo había decidido la Dama... Y aquella vez fue la última que supimos del bueno de Charles.

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Saludos compañeros del metal y de la marea gris!

A pesar de haber estado bastantes días parado en estos dos primeros meses de escalada al final he conseguido llegar a la primera etapa bimensual, aunque sea en el tiempo de descuento (con el barniz recién dado). En estos dos meses me he centrado en el tema de peanas escénicas/bandejas de movimiento y he acabado a Tristán (¡por fin!).

Os paso cómo ha quedado la cosecha. Me he puesto las pilas y creo haber conseguido una mejora sustancial en el tema de calidad fotográfica, que las anteriores fueron un poco lamentables:









Así que, el estado de la escalada es:
  • OBJETIVOS PRINCIPALES
    • Tristán el Trovador (para que haga compañía a Jules) + peana escénica para los dos [COMPLETADO]
    • Peana escénica para Morgana y sapo. [COMPLETADO]
    • Peana escénica para pegaso. [COMPLETADO]
    • Bandejas de movimiento para escuderos a caballo. [COMPLETADO]
    • Escuderos a caballo (4 para completar segunda unidad de 5)
    • Barón Odo el Cruzado
    • Caballeros en Pegaso 6ª (2 para completar unidad de 3)
    • Caballeros del Reino 5ª (2)

  • OBJETIVOS SECUNDARIOS
    • 6 peregrinos relicario (si alguien vende un peregrino número 8, el delgado con la espada remachada y el brazo en la cadera, que me diga!).
    • Bosques (15 árboles).
    • Repintar flores de lis de tienda de campaña.
    • Repintar estandarte escuderos a caballo.

2 comentarios:

  1. Saludos noble Don Rodrigo.
    Maravillado me hayo con esas peanas escénicas, que están cuando menos a la altura del resto del trabajo. Y las fotos te quedaron espectaculares. Ahora se aprecia a la perfección el trabajo en esos freehands.

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  2. Muchas gracias! A ver qué tal la siguiente ronda: hombres de armas a caballo

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