¡Buenos días y espero que sin madrugones! Hoy vamos a seguir profundizando en la oscuridad que esconde el Imperio (una de tantas) con la escalada de los lectores de Duffman, que nos trae nuevos y variados avances, aunque pese a ello tiene una acumulación de moñecos que solventar.
Buenas de nuevo navegantes de
mares grises, aquí Duffman. En las reflexiones de febrero comentaba la cantidad
de cosas que supuestamente nos esperaban este año y que solo faltaba que
volviese “La Posada Del Martillo”. Pues bien, el Primarca de Fantasy ha regresado
cual Lion El´Jonson. Madre mía que increíble y maravillosa casualidad. Dicho
esto, trasfondo, minis y balance:
Capítulo
3: Reyes y Doncellas
La tenue luz de las velas proyectaba las sombras de tres figuras
femeninas que se erigían frente al altar de la ermita de Morr. Alyssa Von Drak,
en el centro, miraba la puerta con cierta impaciencia y nerviosismo junto a sus
dos doncellas acompañantes. La espera terminó, cuando una cuarta mujer entro en
la estancia. Sus ropas estaban manchadas por el barro, y el pelo se le pegaba
en la cara debido al agua de la lluvia y el sudor. Sin embargo, nada de eso era
capaz de ocultar su belleza. Dafne von Drak, hija de Leopold Von Drak, saludó a
su prima con una sonrisa agotada.
-
“Gracias
Alyssa. Te mentiría si no te dijese que en algún momento pensé que no
encontraría a nadie aquí. Pero no tenemos mucho tiempo, ¿Está todo listo? ¿Has
contactado con el barquero? Por la mañana deberíamos estar al otro lado del
Upper Reik.” Dijo la recién llegada.
-
“Todo está
dispuesto.” Dijo Alyssa con seriedad y comenzó a navegar en sus pensamientos
una vez más: Envidaba a su prima.
Decir que la inteligencia de Dafne destacaba sobre el resto de los Von
Drak, en principio no era decir mucho tratándose de una familia que había
demostrado durante años su ineptitud e indolencia para el gobierno de Sylvania.
Sin embargo, Dafne era extraordinaria. A pesar de las pocas posibilidades que
tenía de gobernar algún día, se había formado por iniciativa propia desde
pequeña. Pasaba horas y horas en la biblioteca y había viajado a otras ciudades
imperiales como Nuln y Talabheim, que en los tiempos de guerra que corrían
decía mucho de su audacia y perseverancia. También se había convertido en una
experta cazadora, esgrimista y rastreadora, gracias a su habilidad para
mezclarse tanto con la soldadesca como con el campesinado. Por otro lado, su
conocida devoción a Morr le granjeaba cierta simpatía entre el populacho.
Pensándolo bien, no era tan raro que Dafne hubiese descubierto la espiral
de corrupción en la que había caído su familia. Una corrupción más allá de la
salvación. Mientras el resto de sus parientes se rindió uno a uno a la
influencia del marido de Isabella, ella había sabido mantenerse alerta y
observar.
Cuando descubrió lo que estaba pasando, decidió solo confiar en la
propia Alyssa, pariente lejana casada con un noble de Averland de no muy alta
cuna, y por ello alejada aún más de disputas sucesorias, aunque con cierta influencia
fuera de Sylvania. Necesitaba su ayuda para escapar de Drakenhof, sin levantar
excesivas sospechas con la excusa de visitar a su pariente. Así podría cruzar
el Imperio y contactar con los condes de las distintas provincias e incluso con
la iglesia de Sigmar. Debía informar de que Sylvania pronto estaría gobernada
por vampiros.
-
“Entonces
pongamos en marcha. ¿algún contratiempo Alyssa?” Preguntó la recién llegada
mientras enrollaba su cabello para estrujarlo y conseguir escurrir toda el agua
posible.
-
“Como he
dicho, todo está dispuesto”. Repitió.
Entonces, dos soldados aparecieron por la puerta y la cerraron desde
dentro.
El gesto de Dafne se volvió rígido e instintivamente se llevó la mano a
la empuñadura de su espada.
De detrás de las columnas aparecieron otros cuatro y un hombre con una
toga y un candelabro con varias velas.
-
“Por las
evidencias encontradas de alta traición, se condena a Dafne Von Drak, hija
Leopold Von Drak, a muerte.”
Dafne no tuvo tiempo de responder, puesto
que ya tenía a los soldados cargando contra ella. Consiguió despachar al
primero con un tajo en la cara, esquivó al segundo con una finta y le encajó un
golpe en el muslo. El tercero ya estaba prácticamente encima, pero alzó la
espada suficientemente rápida para ensartársela en el pecho. Sin embargo, esto
la dejó desarmada, y antes de poder sacar su cuchillo, un guantelete le golpeó
la cara partiéndole la nariz. Dafne cayó de rodillas aturdida y los soldados la
apresaron.
-
“¿Por qué
haces esto Alyssa?”. Balbuceó Dafne cuando consiguió reponerse tras escupir
algo de sangre.
-
“Siempre
te creíste mucho mejor que yo, pero esta vez no vas a engañarme. Todas aquellas
mentiras sobre la familia no eran sino una forma burda de conseguir heredar el
mando de la casa Von Drak. Afortunadamente, Isabella me envió una carta
advirtiéndome de tus intenciones.”
-
“¡Estás
cometiendo un error! No se trata de herencias, ni siquiera de la familia. El
Imperio está en peligro. He visto quien es realmente ese hombre y lo que le ha
hecho a Isabella.”
-
“¡Basta de
mentiras! Esto termina aquí. A diferencia de ti, siempre he sido fiel a los
míos.”
Alyssa sacó un puñal y lo clavó profundamente en el pecho de Dafne.
Esta gimió de dolor, pero apretó los dientes con rabia evitando gritar.
-
“Sea así
entonces. Solo le pido a los dioses, que os concedan una vida eterna de
servidumbre a vuestros nuevos amos, Alyssa.” Dijo Dafne ensangrentada,
derrotada, a punto de dejar escapar su último aliento, pero manteniendo una
sonrisa orgullosa y más nobleza de la que su asesina podría tener jamás.
Y solo los dioses saben si intervinieron o no, pero las paredes de la
pequeña ermita comenzaron a crujir mientras el medallón de Morr que Dafne
portaba en el pecho comenzaba a brillar.
Los soldados supervivientes, el falso juez y las doncellas corrieron
entre gritos hacia la puerta hasta que se dieron cuenta que la llave estaba en
uno de los cadáveres de los muertos. Buscaron con desesperación mientras el
techo comenzaba a desmoronarse. Alyssa miró con terror a su prima, la cual
yacía en el suelo con una sonrisa.
Nadie consiguió salir de aquel templo antes de que se derrumbase.
La historia se repetía una y otra vez en su mente llevando a la
doncella espectral a una agonía infinita. Agonía y odio. Un insaciable odio a
los vivos. La acompañaba una hueste de espectros formados por antiguos
soldados, doncellas y un ser portador de velas.
El espectro podía ver tres almas frente a ella, a las que no podía
hacer otra cosa que obedecer a pesar de las ganas que tenía de arrancárselas de
su cuerpo mortal.
La del centro era joven, y la mancha de los vientos de la muerte era
aún pequeña, pero en crecimiento. La segunda, a su derecha, mostraba una mayor
adhesión al saber de Shyish. Por último, la tercera, a su izquierda, era
antigua, muy antigua y poderosa. Era el poder puro de la muerte en su forma más
salvaje.
Otto Waismann, observaba los espectros. Hace unas semanas le hubiesen aterrorizado, sin embargo, a estas alturas estaba comenzando a acostumbrarse a
ver todo tipo de criaturas.
A su izquierda, su antiguo maestro: Karl Hansen. El reencuentro con él,
rodeado de zombis y necrófagos, había sido cuando menos inesperado. Tras el shock
inicial y pasados varios minutos, horas y días de conversación, Otto había
conseguido comenzar a entender la situación, aunque no por ello estaba menos
consternado.
Karl le había explicado que el tiempo, no solo del Imperio, sino de
muchas más cosas parecía llegar a su fin. Eran tiempos desesperados que
requerían las medidas más desesperadas e inconcebibles. Una orden formada por
magos de varios colegios, eruditos, ingenieros e incluso miembros radicales de
la Iglesia de Sigmar, se dedicaban a investigar al resto de razas. En concreto
a su relación con la magia, para comprender, y en última instancia, usar contra
ellos, su propio poder. Hasta ahora los resultados habían sido pésimos. Un mago
del saber de las bestias consiguió infiltrarse en un culto a un dios del norte
dedicado a los placeres más desbocados y la obsesión más desmedida. Destapó y
denunció no uno, sino tres de estos grupos a las autoridades, para finalmente
descubrir que el propio mago se había convertido en un servidor del Dios de la
plaga y la enfermedad, estallando en miles de gusanos cuando un sacerdote de
Sigmar lo acusó de herejía. Otro grupo de eruditos se dirigió al sur, a Tilea,
para investigar la extraña raza que se dice vive en las marismas al oeste de
Miragliano. Solo uno regresó con el cuerpo lleno de pústulas contando historias
balbuceantes y sin sentido sobre millones de ratas que hablan, antes de morir
con un icor verde saliéndole de la boca.
Solo Karl estaba teniendo un éxito relativo en el estudio del saber de
la nigromancia. Lo que no había dicho aún a la orden es que contaba con un
“aliado” para ello.
Urlash, príncipe de la antigua Mourkain, se alzaba a la derecha de
Otto. Solo Karl sabía por qué una criatura tan salvaje, terrorífica y brutal no
los había devorado aún. El maestro le había explicado a Otto que la “amistad”
entre el propio Karl y el vampiro se forjaron varios años atrás.
Karl fue capturado por el Strigoi cuando investigaba unos túmulos al
sur de Pfeildorf. Solo el ser el postre de un menú formado por más desdichados
retenidos, le dio algo de tiempo para pensar. Mientras devoraba al resto de
humanos, Karl, desesperado, comenzó a hablar con su captor. Se decía que, aunque
monstruosos, estos seres tenían más nobleza en su interior de la que podrían
tener otros vampiros aparentemente más “humanizados”. Pensando en todo lo que
sabía sobre aquellas criaturas nombró las tierras del Sur. Eso atrajo la
atención de su anfitrión. Tras unos minutos de conversación dramáticos, Karl se
comprometió a llevarle una vieja reliquia, que se encontraba en el museo de
Altdorf. Aquel objeto se decía, pertenecía a un antiguo y glorioso reino
perdido en el tiempo, en plenas tierras yermas. El vampiro, sabiendo que podría
destripar al mago cualquier noche perdida en cualquier lugar si este no cumplía
su palabra, aceptó el trato. Como Karl consiguió robar aquel objeto es otro
misterio, pero lo cierto es que cumplió con su parte complaciendo al vampiro. Y
tras varios años de “concordancia”, ahí estaban los dos, enseñando a un joven
advenedizo el poder de la muerte.
Alyssa Von Drak
La cohorte de Alyssa Von Drak
Simplemente comentar que intenté representar a las doncellas
acompañantes, y al juez que acompañaban a Alyssa aquella fatídica noche.
Karl Hansel, maestro de Otto Waismann
Urlash, príncipe de Mourkain
Tenía que sustituir la piedra en la que se apoya el vampiro cuando no
va montado en el engendro del terror, porque no me cabía en la peana. Casi por
casualidad, me salió esta conversión, que intenta representar el momento en el
que el vampiro, “camuflado” entre la horda de patéticos (y simpáticos) zombis,
se abalanza a por su presa.
Los “caballeros”
Mourkain
Luthor Huss (Sacerdote guerrero a caballo)
¿Qué hace este agradable y risueño señor aquí? El motivo es que el 15
de abril me apunté al torneo organizado por el Clan Kharnuz, el cuál es de sexta
pura. Por ello, debo de pintar alguna unidad más, aparte de que siempre me
gusta probar cosas que no he usado en cada torneo. El otro día oí decir que los
torneos son la mejor motivación para pintar. Y no me parece desencaminado.
Por último, comentar que realicé casi todas las bases de movimiento del
futuro ejército.
Veamos los números de marzo:
Entradas: 57
Ventas: 0
Pintadas: 1 doncella, 9
espectros, 1 nigromante, 1 vampiro con acompañantes (3), los horrores con sus
amigos (7) y Luthor a Caballo (2) = 23
Estado de objetivos:
1.
Balance: Acumulado – Compras + Ventas + Pintadas
= -44 - 57 + 23 = - 78
2.
Condes: 427 + 90 de la doncella + 195 de los
espectros + 65 del nigromante + 80 del Neonato Strigoi + 171 de los horrores. 1.028/2500
puntos (41,12%)
3.
Imperio: 2/20 miniaturas (10%)
4.
Bonus: Orcos y goblins (0%)
5.
Partidas: 2/12 (16%).
En el apartado de entradas he tenido
que contar las minis de Imperium que me llegaron el mes pasado y las de este.
Además, al tener la subscripción, este mes ha llegado el lote de Tau. Así que
se ha montado el drama, porque mientras siga la colección va a ser dificilísimo
alcanzar el balance positivo. Por otro lado, dije el mes anterior que no iba a
pintar casi, aunque afortunadamente no ha sido así. Pero si a pesar del esfuerzo,
el balance es negativo… Tenemos un problema. Veremos a ver como lo apañamos
(Quizá pintando 90 goblins algún mes hasta que me salga espuma verde por la
boca).
Nota de Cordo: No lo recomiendo...
Sin más que decir, espero como
siempre que os haya entretenido al menos un poco y gracias por la oportunidad
que me ha dado Leyendas en miniatura, y a la acogida de la comunidad.
Un abrazo y Warhammer.
Brutal el trasfondo, como siempre. Me ha encantado la historia de Alyssa von Drak y cómo se refleja en las minis. Igual te copio y me hago una hueste espectral con esas mismas minis que tengo ni sé por qué xD.
ResponderEliminarMuchas gracias Cneus. Nada, intenté reflejar q cometía un acto horrible y por ello se convertía en doncella espectral. Pues me parece perfecto q lo copies, esas minis están a patadas por wallapop. A saber de donde las has sacado jaja, a mi me las regalaron y ese uso les he dado.
EliminarUn saludo!