Buenos días aficionados al hobby y compañeros para los que el espacio tiende a ser un problema. Como deslizamos hace unos días, los Barones de Pretto además de pintar han estado con un proyecto adicional en cuanto a espacio de hobby, montándose una mesa plegable para las sesiones de pintura. Y nos cuentan la solución por si a alguno más también os apaña.
Como
prometimos en la escalada de enero-febrero queremos compartir con vosotros la mesa
que hemos construido con ayuda de los ingenieros rátidos del Clan Skryre (no,
todavía no se ha desprendido de la pared, ni nadie ha resultado demasiado
herido en el proceso):
Plegada... |
¡Desplegada! |
Para nosotros, los barones, era importante tener una solución que minimizase el esfuerzo de sentarse a pintar porque con el trascurso de los años hemos detectado que la pereza de tener que prepararlo todo nos suponía una barrera a veces infranqueable. En un mundo ideal tendríamos un cuarto dedicado en exclusiva al vicio con grandes vitrinas, expositores, una mesa de pintura siempre dispuesta y, por pedir, un tablero permanentemente ensamblado para que las miniaturas puedan saltar del área de los pinceles al de los dados. Llamémoslo la sala de Warhammer. Como esto será inviable para nosotros hasta que nos toque la lotería o hasta que los baroncitos abandonen el nido —estimación actual: mediados del año 2.055— empezamos a estrujarnos los sesos para encontrar una solución versátil que nos ayudara a remontar los pésimos inicios del año escalador. Finalmente, voilà!, habéis visto arriba el resultado. Al plegarse y cerrarse con facilidad se simplifica mucho la preparación y posterior recogida del recado de pintar. En nuestro caso, además, aprovechamos una suerte de hornacina preexistente en la pared para tener todos los materiales convenientemente almacenados tras la mesa.
Su construcción costó especialmente a nivel conceptual, luego el bricolaje es nivel principiante: taladro por aquí, taco por allá y ya está. Localizamos dos fuentes de inspiración principales a la hora de acometer la obra. La primera es un tutorial de Leroy merlin para una mesa plegable sencilla:
Aunque enseguida la desechamos al parecernos demasiado básica, sí que tomamos nota de la idea principal.
Lo siguiente que hicimos fue buscar modelos prediseñados por si había alguno que se adaptase a lo que necesitábamos. No obstante, no tuvimos ningún éxito. Nosotros siempre pintamos a dúo y además pretendíamos dejar espacio suficiente para que pudieran sumarse otros pintores en el futuro. Por tanto, necesitábamos una mesa de cierta dimensiones, y ninguna de las de esta categoría se acercaba a ellas. Era preciso, pues, fabricarla por nuestra cuenta y riesgo.
Como se
indicó arriba, nos resultó muy ardua la concepción del proyecto. El elemento
clave fue encontrar este otro modelo en el que basamos nuestro diseño:
Era
demasiado pequeña para nosotros, pero nos vimos capaces de elaborar algo
similar a mayor escala. Con ello en mente estudiamos y detallamos nuestro
proyecto, y tras la recopilación de los materiales su construcción no supuso
más de media mañana. Aunque por desgracia no tenemos fotos del proceso adjunto
debajo los materiales por si alguno se anima a ejecutar e incluso perfeccionar
el diseño:
- Tablero de melamina
grande (casi llega al metro y medio,
grosor 1,9 cm, costó cerca de 20 € en Leroy
Merlin). Allí los cortan a medida sin
coste adicional.
- Bisagras para el
tablero. El punto crítico del
proyecto, y en el que más nos demoramos hasta hallar la solución ideal,
habida cuenta de que el tablero que escogimos era bastante grande y por
tanto algo pesado para una bisagra en piano (solo soportan 10 kg de
carga), que tal vez sería la opción más básica. Para salir del impasse recurrimos a bisagras de
puertas, mucho más resistentes. Estas de Leroy
Merlin fueron parecidas a las que
adquirimos, pero merece la pena acudir en persona y sopesar cuál es la que
más conviene a cada caso particular. Las nuestras costaron unos 10 € el par.
- Dos listones de madera de 38x38 mm y 87,3 cm de
largo. Salieron a 6 € en Leroy
Merlin sin cepillar, así que luego hubimos de pasar una
lijadora para eliminar asperezas y alguna astilla. Aserrados saldrán algo
más caros, pero quizá es una opción más cómoda. Tuvimos que cortarlos con una sierra en casa para obtener el
largo deseado porque se negaron en Leroy a hacérnoslo, pero ni es difícil
ni es cara la herramienta en caso de no disponer de una.
- Bisagras para las patas. Odio amazon,
pero no me quedó más remedio que acudir a ellos. Vienen las dos unidades
que necesitábamos por casi 17 €.
- Cerrojos de ventana: para retener la mesa
plegada a la pared. Aquí tuvimos que recurrir de nuevo al ingenio, porque
no se nos ocurría ninguna forma de sostener la mesa en vertical tras el
plegamiento. De nuevo, pescados en el bazar de amazon,
por 13 €, cifra que complace a la Rata
Cornuda, sí-sí, ya lo creo que sí. Además fue preciso hacer una
chapucilla: colocar los cerrojos sobre unos bloques de melamina del mismo
grosor que el tablero a fin de que pudieran abrirse y cerrarse sobre este,
pues de lo contrario chocarían.
Adjunto foto
de la chapuza por si alguno viene con una idea mejor.
- Opcional: pies —ajustables o no— para las
patas y el toque de calidad: papel pintado para que la mesa sea bonita una
vez cerrada, exigencia de la Baronesa dado que el tablero original era de
una fealdad inusitada. Aunque también en el propio Leroy Merlin hay
tableros mucho más bonitos que el de melaminado blanco, algo más caros
pero tal vez merezca la pena estirarse un poquitín el bolsillo aquí.
Calculadora en mano, una mesa de estas características puede construirse por 60-70€ prescindiendo de lo opcional. En nuestro caso decidimos además colocar baldas en el espacio tras la mesa para guardar ahí todos los materiales. Una vez plegada, no se ve nada de nada. Como asuntos pendientes queda la iluminación, ya que ni estamos cerca de la ventana ni tenemos suficientes fuentes de luz. Un flexo adicional bastaría, pero tal vez incrustemos algo en la pared…
¡A ver si alguno se anima a construir su propia versión de la mesa baronesa! Nosotros tenemos verdadera fe en que nos motive para darle un buen empujón (o arremetida ogra) a nuestras escaladas.
Sin nada más que agregar y a la espera de vuestros comentarios, se despiden de vosotros vuestros barones favoritos.
Barones de Pretto
Madre mía pero que bien me viene este artículo.
ResponderEliminarMás que para la pintura tenía pensado hacer algo similar pero para una mesa de juego, así que esto me viene genial para cuando vaya a meterme con ese proyecto (además ya tengo a quien preguntar dudas ;D).
Felicidades por la mesa, ¡a darle duro a los pinceles!
¡Por supuesto! A mí también se me ocurren algunas modificaciones para hacer una mesa de juego con este sistema. Cualquier idea o pregunta que se te ocurra, compártenosla, y cuando te embarques en tu proyecto mándanos fotos.
EliminarFelicidades Barones, me parece una idea tremenda y muy práctica para poder tener un espacio de pintura. Ánimo y a seguir con os pinceles!!
ResponderEliminarGracias, Puchi. Esperemos que la mesa nos estimule en la batalla contra la marea gris.
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