martes, 18 de julio de 2023

[Escalada de los lectores] La escalada de Duffman: Junio 2023

¿Cómo va la mañana? Una vez más vamos a sumergirnos en el Viejo Mundo, hoy de la mano de Duffman, que estuvo pintando para el torneo de Battlebunker, además de complementarlo con poner el ejército absolutamente engalanado y nos lo cuenta en la escalada de los lectores.


Encantado de escribir de nuevo navegantes de mares grises en esta escalada de junio, aquí Duffman.

Capítulo 6: Reencuentro

Alfred Waismann, capitán de una de las guarniciones al norte de Talabecland siempre había intentado enseñar todo lo que sabía a sus dos hijos. Andrew, el mayor de los dos, fuerte y hábil con la espada, era la viva imagen de su padre. Solo le gustaba leer sobre táctica y estrategia, pero lo hacía con gran dedicación. Si todo seguía su curso, acabaría entrando en el ejército imperial, y no como soldado raso.

Otto era todo lo contrario. Más débil y enfermizo que su hermano, aunque con mucha más avidez por la lectura y el conocimiento. Sin embargo, ambos gozaban del cariño de sus padres. Alfred más de una vez le explicó que las victorias por conseguidas por la espada, solían desembocar en más guerras o venganzas tarde o temprano. Pero las victorias conseguidas con la inteligencia era más probable que durasen en el tiempo.

En una de las muchas noches de insomnio de Otto, escuchó a sus padres hablar sobre el auténtico apellido de la familia. Debía proceder de alguna noble estirpe, pero la conclusión fue que “los niños no están aún preparados para llevar esa carga”.

Esto fue poco antes de que una mañana su padre entrase en casa abriendo la puerta de una patada y se dirigiese a su esposa:

-        “No hay tiempo. Una gran partida de norses viene del norte. Han burlado nuestras defensas costeras y pronto estarán aquí. Coge a los críos, llevaos lo que podáis y dirigios a Talabheim. Yo me uniré a la defensa.”

Fue el último día que vieron a su padre.

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El ejército no muerto llegó a las inmediaciones de la fortaleza de los Guardianes de la Noche. Una de las ordenes de caballería encargada de vigilar las fronteras de Silvania. Esperaba ver guardias y antorchas recortadas por la luz de la luna llena, pero no fue así. El castillo parecía abandonado y sus puertas estaban abiertas de par en par.

Otto, Hansel y Urlash las atravesaron con decisión. Otros hubiesen dudado, pero es difícil tener miedo cuando uno mismo es la reencarnación del mismo. El patio de armas estaba vacío salvo por una estatua de un caballero imperial portando una guadaña, símbolo de la orden.

-        “Por fin habéis llegado”. Exclamó una figura que antes de ser detectada por Otto ya se encontraba delante de la estatua. Sin embargo, Urlash ya dominaba la situación al haberse posado en lo alto de la escultura de un salto, listo para atacar al menor indicio de peligro. “Veo que has crecido mucho hermanito. Aunque tus amistades son cada vez más extrañas.” Prosiguió el desconocido.

Otto entrecerró los ojos, y vio la cara de su hermano bajo el yelmo de aquel caballero. Mucho más pálida que la última vez, pero sin duda era su hermano.

-        “¿Qué te ha pasado hermano? ¿Te has convertido en un monstruo? ¿Has traicionado a la familia y al Imperio?” Dijo Otto.

-        “No me hagas reír hermanito. Mírate.” Dijo Andrew con una carcajada. “Pero te equivocas en ambos casos. No soy un monstruo, aunque la mayoría de mortales así lo consideren, y no he traicionado a nadie. Lo que sí he hecho es comprender que el Imperio es débil. Una cáscara podrida y agusanada que más pronto que tarde caerá si no se hacen una serie de sacrificios. No podremos salvarlo siendo patéticos humanos y limitados por sus supersticiones y corto entendimiento del mundo. Creo que tú también te has dado cuenta.”

Por la vergüenza que le producía tener que reconocer como ciertas esas palabras, Otto simplemente calló con cara de impotencia.

-        “El día que un heraldo de Vlad Von Carstein apareció a nuestras puertas, aprendí cual era el verdadero camino a seguir.”

-        “Pero tu sangre sigue la estirpe de los dragones sangrientos, no de los Von Carstein. ¿Acaso las dos estirpes se han unido?” dijo Hansel.

-        “No ni mucho menos. Pero en tiempos tan aciagos las lealtades de las distintas familias se mezclan y se traicionan en función de los intereses. Desde luego la necesidad hace extraños compañeros de viaje”. Dijo Andrew mientras miraba a Urlash con una sonrisa. “Ya hay varios vampiros sangrientos luchando por los ideales de Vlad: Un Imperio fuerte bajo la protección de la no muerte. Incluso esperamos convencer a algunos necrarcas de que un mundo gobernado por el Caos o por ratas gigantes no es la mejor opción para obtener sangre de calidad. Del clan Lhamia no esperamos nada. No sé si hay alma en el mundo que llegue a comprender las verdaderas intenciones de dichas señoritas, aunque estoy seguro de que ya conocen nuestros planes. Tenerlas como aliadas sería como dejar a un niño cuidando de una hornada de galletas.” Dijo Andrew. “Esas sí que son auténticos monstruos, hasta comparados contigo.” Volvió Andrew a mirar a Urlash mientras hacia una reverencia burlona.

Otto hace tiempo que se sentía como un bebé intentando comprender como funciona un girocóptero enano: La conversación se escapaba de su conocimiento por completo. Empezaba a entender que había distintos clanes vampíricos y que categorizar a todos como una sola entidad era un error. También asimiló que él simplemente era un peón más en un tablero enorme, del cual Hansel, Urlash y Andrew tenían muchísimo más conocimiento pero que aun así estaban lejos de su completo control.

En cualquier caso, una vez quedó claro que todos compartían intereses, partieron hacia el sur.

 

Como nota sobre el trasfondo, indicar que mi objetivo es poder explicar la inclusión de todos los clanes vampíricos en el ejército desviándome lo menos posible del trasfondo de Warhammer. Aquí me estoy apoyando mucho en los programas de La Posada del Martillo, y la Biblioteca del Viejo Mundo, pero soy consciente de que he metido más de un gazapo.

 



Andrew Waismann. Este ha sido mi primer intento de NMM en dorado. Espero mejorar la técnica en un futuro.




Otto Waismann. Tengo pensado en preparar una campaña personal para el V Torneo de Leyendas (rezo a todos los dioses para que se produzca). En función de los resultados que vaya obteniendo y las decisiones de mis rivales, acabará convirtiéndose en un malvado nigromante o seguirá siendo fiel al Imperio. Esto tengo que prepararlo y explicarlo bien más adelante. El hechicero Imperial ya lo tenía pintado (es su versión no corrupta).

 



Repinté todos los esqueletos por dos motivos: No me gustaba mucho el resultado con skeleton horde. Por otro lado, pienso que, ya que vas a putear al rival con invocaciones, al menos haber perdido el tiempo en adecentarlos y no sacarlos de una caja como si fuesen confetis. No los cuento para la escalada (más de 30) porque los consideraba pintados, pero sí añadí 4 más desde 0.




A raíz de esto, hice peanas caseras de una sola fila con el objetivo de poner y quitar miniaturas lo más rápido posible de la mesa sin hacer perder tiempo al rival.





También preparé unas cartas con el trasfondo para el torneo de Vitoria, en Battlebunker que comentaré el mes que viene. Esta idea la copié de un jugador de Orcos y Goblins del III Torneo de Leyendas, diría que fue Cristian, pero mis disculpas por no recordarlo.



4 muros que tenía pendientes por pintar algo de escenografía.




Por último, me apetecía mucho comenzar a pintar pieles verdes, y decidí empezar por esta unidad puesto que, al ser singular, cumplía con los requisitos de la retroescalada organizada por Carmen (escaladoras de este blog) cuyo blog es “Wargames y Warcosas”.

Y con todo esto, veamos el mes de Junio:

Entradas:  6 (Wallapop) + 37 (Imperium) + 72 (Caja Leviatán) + 40 (“Regalo”, por parte de Puchi) = 155

Ventas: 2

Pintadas: 4 muros, 4 lanceros esqueleto, lanzagoblins (6), 2 personajes = 16

Estado de objetivos:

1.      Balance: Acumulado – Compras + Ventas + Pintadas = -45 -155 + 2 + 16 = -182

2.      Condes: 1.634 + 36 (4 lanceros esqueleto) + 88 (Vampiro Neonato con Aa2 y Armadura pesada) + 65 (Nigromante). 1.823/2500 puntos (73%)

3.      Imperio: 20/20 miniaturas (100%) Completado.

4.      Bonus: Orcos y goblins: (6 miniaturas/80 puntos) (100%). Sin valor objetivo

5.      Partidas: 8+1. 9/12 (75%).

Este mes la escalada ha recibido varias heridas graves: Me llego el Premium de orkos de Imperium, la caja Levithan y para empeorarlo aún más, mi “amigo” Puchi me regaló todo un lote de orcos de la caja de sexta (un regalo envenenado como buen lagarto que es). La única parte buena es que espero que de aquí a final de año solo entren las entregas de Imperium y he puesto algunas pocas minis a la venta. Tengo medio año para intentar remontar esto, aunque la situación es penosa y el desastre evidente.

Nota de Cordo: Descarrilamiento...

Respecto a jugar, libré una batalla contra Puchi para probar las listas de camino al torneo del 1 de julio organizado por BattleBunker en Vitoria del cual tengo unas ganas terribles. Victoria de las cohortes de eslizones frente a los no muertos. El calor no les sentó bien a mis esqueletos.

Como último consejo, recuerdo una batalla comentada en la que Cordo decía “hay que leerse la propia lista”. Aunque a priori pareciera una obviedad, con el tiempo me doy más cuenta de cuánta razón hay en ese comentario. Por ello me he dedicado a releerme el libro de condes, el manual de sexta y las faqs para intentar cometer el menor número de fallos posibles jugando. No cuenta como minis pintadas, pero considero que es tiempo que hay que dedicar de vez en cuando sobre todo si se juega asiduamente y se usan reglas nuevas (no suelo jugar muchas unidades etéreas, con veneno o invocaciones de Nehek con El Imperio).

Un abrazo y Warhammer.

Duffman

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