¡Buenos días! Hoy vamos a tener una entrada de escalada de los lectores, pero en un formato distinto al habitual. Nos ha escrito Pablo, del grupo de La Tabla, que durante los últimos tres años ha estado poco a poco completando su ejército bretoniano hasta poder enseñar un contingente digno de un duque. Y como hay mucha miniatura que disfrutar, esta semana y durante cuatro días vamos a acompañarle paso a paso hasta el final del camino.
¡¡Hola a todos!!
Antes de nada quiero disculparme
por no respetar el habitual formato de las escaladas, a continuación voy a publicar todo el trabajo realizado, a
lo largo de tres años, todo de golpe a diferencia de las entregas periódicas
habituales. Durante todo este tiempo he estado pensando en unirme a los
valientes que iban publicando sus avances periódicamente pero nunca me he
acabado de lanzar, espero que esto sirva para animar a que cada vez más gente dé
el paso y se anime a presentar en el blog sus miniaturas.
Nota de Cordo: No hay porqué disculparse, creo que todos agradecemos que compartas tu proyecto y cualquier es bienvenido a hacer lo mismo. Hacemos esto por afición ¡y cada uno se marca sus tiempos!
Una vez pedidas disculpas
cortésmente, paso a presentarme, me llamo Pablo y soy miembro de un pequeño
grupo de jugadores de Lugo, en el cual, dependiendo de la disponibilidad de la
gente, podemos llegar a seis personas. A
pesar de ser pocos, nuestra afición al Warhammer
se remonta muchos años ha, en mi caso a 2001, si bien, hacia 2006 con el inicio
de la carrera universitaria y los vicios propios de la misma (¿Oh poderoso Slaanesh!), fui dejando de lado este hobby. Llegado el
fatídico año 2020 y el cierre de bares, me encontré con un verano con mucho
tiempo libre así que me dije, por qué no probar
a pintar todo lo que tenía en gris desde mi juventud (prácticamente
todo, para qué nos vamos a engañar).
Mi punto de partida fue pintar
algunos arqueros roñosos de quinta edición, me los había ido regalando la gente
que se los encontraba por casa escondidos, cual goblins en karak enano. Ya tenía
pintados cerca de 40 de cuando era chaval pero me quedaban en gris en
torno a 10, así que decidí probar ahí mis olvidadas habilidades.
Como podéis ver, conseguí
reproducir mi depurada técnica de pintura adolescente (la primera foto), el
único problema fue que, al querer pintar los arqueros con la caja de pinturas
inicial de Age of Sigmar utilicé algo que ponía texture y no existía en los viejos
tiempos. El resultado, mis arqueros recién pintados tienen unas chaquetas con
arenas de Armageddon (la segunda foto).
Una vez decidido que lo de pintar
no estaba tan mal, fui comprando pinturas más adecuadas y me puse con mis
preciosos hombres de armas de metal de quinta edición. En una de las visitas a
la tienda vi miniaturas del juego histórico
medieval de Fireforge y no
pude resistirme a comprar una caja de sargentos a pie. Aquí tenéis la
combinación de los dos tipos de miniaturas para crear mi primer regimiento de
hombres de armas.
Nota de Cordo: Vaya, creo que cierta compañía ha elegido el mismo esquema...
Los resultados de lo que pintaba
iban mejorando (es lo que tiene usar buenos pinceles y variedad de pinturas), así
que decidí retocar mis caballeros del reino que ya estaban pintados con la
excepción de los dos grupos de mando, los cuáles pinté desde cero.
Con todo esto ya se había acabado
el verano, y de paso se me había creado un mono de Warhammer descomunal, hasta el punto de que ya empecé a comprar
miniaturas para completar las cosas que me faltaban. Mis 16 caballeros noveles,
se convirtieron en 24, y me puse con ellos.
Pintando la unidad con la enseña
de Montfort empecé a aplicarle luces a las miniaturas, la calidad aumentó
notablemente, así como el número de botecitos de pintura que acumulaba. Sumido
en esta vorágine de pintura y con mi mujer cuestionando mi salud mental, ella
misma probó en qué consistía esto, pintando el caballero del ciervo blanco
sobre fondo gris de la foto.
Al mismo tiempo que pintaba las
dos unidades de caballeros noveles, fui pintando mis doncellas de la dama. La
primera fue la verde y posteriormente las otras dos, en las que ya utilicé luces
sobre la pintura base y la tinta; también pinté a mi porta de batalla, con el
cual conocí a uno de mis peores enemigos, el color blanco.
Había pasado un año, empezaba el
verano de 2021 y mi mesnada bretoniana iba tomando forma.
Pablo
¡Magnífica idea el ir publicando el progreso de pintado una vez acabado y en diferido!. Naturalmente, el hacerlo en tiempo real gustará a más gente, pero para los que somos lentos o que no disponemos de todo el tiempo que nos gustaría para pintar, está alternativa es claramente mejor, ya que de lo contrario nos agobiamos de más y nos entra el sentimiento de culpa cada vez que no podemos cumplir con los plazos marcados... ☹️
ResponderEliminarMuy buenas compañero. Yo soy de un grupo de Monforte (13 miembros). Parece que hay más afición a fantasy (sexta con o sin mdn) en el sur de la provincia! Jeje
ResponderEliminarHola!! Habíamos oído hablar de vosotros pero no sabíamos que erais tantos. Nosotros somos un grupo más de andar por casa. Tenéis algún local o tienda como base de operaciones?
Eliminar¡Lanchiña que vas en vela! El blanco es el color del diablo, sin duda. Mola ver el progreso así, de golpe.
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