Buenos días dudosos de poner vuestra fe en Sigmar y en la chusma del Imperio. Hoy se inicia una nueva serie en el blog, ya que Duffman (que habitualmente nos acompaña en la escalada de los lectores) se decidió a arrancar unos hilos en Twitter sobre sus experiencia jugando Imperio en Sexta. La verdad es que son interesantes y amenos, así que le he engañado para que también los comparta en el blog. Hoy, una pequeña introducción.
Saludos, devotos de Sigmar. Hijos
del reino del hombre. Llevo algunos meses queriendo contar mis experiencias,
alegrías y traumas con el ejército del Imperio en Warhammer Fantasy sexta
edición. Fue una necesidad, más que una idea, surgida de las guías completas y
sobretodo incompletas que hay en el blog. Soy un amante de estos artículos y me
da cierta rabia no poder aprender más de aquellos jugadores más expertos. Así
que me lancé a ello, no tanto con la pretensión de establecer dogma o verdades
absolutas. Ni muchísimo menos. Si no simplemente por aportar una visión de un
jugador, que ha obtenido más derrotas que victorias con este ejército, pero que
quizá tengan utilidad para los jugadores más novatos. Sirva de advertencia
porque estoy seguro de que tendréis opiniones contrarias en muchos puntos o
aportaréis vuestra experiencia, enriqueciendo en todo caso el contenido.
También comentar que
recientemente estoy jugando condes vampiro. Esto me está ayudando a tener una
perspectiva que antes no tenía y que supongo variará cuando conozca más
ejércitos en profundidad.
Sin más, comenzamos con, lo que
es para mí, una descripción de lo que es esta facción:
1- Minis de las más accesibles, y
con infinidad de marcas alternativas. Fácil de iniciarse, más complicado cuando
buscas algunas unidades concretas. Mucha gente tiene imperio, y casi todo el
mundo lo conoce a nivel de juego. La parte mala es que nuestros rivales también
lo conocen bien.
2- Tenemos herramientas para
todas las fases del juego: Movimiento, magia, disparo y combate cuerpo a cuerpo.
El problema es que solemos intentar abarcarlas todas y nos quedamos escasos en
cada una de ellas. Los rivales suelen tener más claro a que juegan y nos
superarán en una o dos fases claramente explotándolas mejor.
3- El fallo se paga más caro que
en otros ejércitos (aunque hay algunos que sufren aún más los errores como
algunos elfos): una carga por el flanco a unos zombis supone perder 12 en lugar
de 3, pero hay margen de reacción. La misma carga a tu bloque de espadachines
la aniquilará y pondrá en jaque toda tu línea.
4- Por otro lado, disponemos de
muchas unidades baratas y relativamente competentes que te puedes permitir
perder, sin que sea un drama. El objetivo es saber que unidades son críticas y
no puedes desperdiciarlas bajo ningún concepto.
5- Por último, el disparo. Es muy
bueno, pero esto hace que muchas veces condicionemos el despliegue y el plan
con el único objetivo de usarlo lo máximo posible. Un rival veterano va a
evitar estas unidades para terminar de desactivarlas cuando le sea posible,
dejándonos sin plan B.
Con todo esto la primera
conclusión sería que es fácil comenzar con este ejército, pero complicado y a
veces desesperante sacarle el partido que puede dar. Así que comenzaremos a
analizar todas las fases y unidades de este ejército, así como algunas
combinaciones que he utilizado para intentar entender cómo podemos sacar el
mejor partido.
Alistate-decian- y conoceras el viejo mundo, ganaras una buena paga y serviras a tu emperador.
ResponderEliminarA ver que dice el sargento veterano de instruccion en la siguiente parte.
Jajajajaja. Si a mí me engañaron con eso cuando era un joven confuso. Y ahora, aquí estamos.
EliminarHe descubierto estas entradas ahora que voy a iniciar un proyecto con el Imperio. Gracias por compartir tu experiencia :)
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