Entre correo y correo referente al torneo, se van colando los de la escalada de los lectores, y es que la motivación pinturil es importante para mantener el ánimo. Hoy nos acompañan los reanimados de Duffman que entre pitos y flautas tiene ya un señor ejército vampírico.
¡Buenas! Seguimos navegando por
mares grises. Aquí Duffman.
Capítulo
10: Las bestias de Matorca
El cruce de la Bahía Negra se produjo no exento de incidencias. El
silencio de los ya cientos de figuras esqueléticas y cuerpos zombificados
contrastaba con los gruñidos de las bestias. Las habilidades mágicas de control
de los nigromantes se pusieron a prueba para controlar a los horrores de la
cripta durante el viaje. Respecto al varghulf no fue cuestión de poder mágico
sino de llegar a un frágil acuerdo. A pesar de su forma monstruosa, seguía
siendo un vampiro con cierta voluntad propia.
Por último, las almas de los caballeros negros y tumularios intentaron
rebelarse puesto que era difícil defender el Imperio tan lejos del mismo. Pero
gracias a la fuerza de voluntad de Andrew, consiguió convencerlos de que el
objetivo de esta empresa beneficiaria al reino de Sigmar por extraño que
pareciese.
Y así desembarcaron en las Tierras Yermas. No tardaron mucho en divisar
bandas de jinetes de lobo y pequeñas partidas de orcos salvajes por la zona. La
horda no muerta comenzó a avanzar hacia el sur, mientras lo que en un principio
eran pequeñas escaramuzas, se iban convirtiendo en ataques más grandes y
coordinados por parte de los pielesverdes.
Llegó un momento en el que casi todos los días se debían detener para
combatir alguna amenaza. Sin embargo, ninguno de los elementos clave del
ejército se perdió, y las batallas se convertían en una perdida y reposición de
esqueletos y zombis continua.
Pero conforme se acercaron a la mitad del camino, las cosas empeoraron.
La guardia estaliana tuvo que comenzar a intervenir. Algunos caballeros negros
fueron despedazados por grandes arañas. Ni siquiera los muertos se libraban del
desgaste en las Tierras Yermas.
Para sorpresa de todos, excepto Urlash, los ataques cesaron de golpe
cuando alcanzaron una solitaria montaña un centenar de kilómetros al norte de
Mourkain, el destino final. El vampiro Strigoi, les indicó a los demás que ahí
moraba su señor. Un vampiro con miles de años. Bendecido con el beso de sangre
por el mismísimo Ushoran.
La hueste se detuvo a las faldas de dicha montaña cuando un nuevo grupo
de necrófagos salió a recibirlos. Tras lo que podría llamarse “conversación”,
solo Urlash, Hansel y Otto continuaron ascendiendo. Finalmente alcanzaron una
torre en ruinas. Los tres individuos se dispusieron a entrar, cuando la
temperatura descendió drásticamente de forma repentina. Antes de que pudiesen
reaccionar, una monstruosa criatura, difícilmente descriptible se interpuso
entre ellos y la puerta. Los dos nigromantes, si no fue por miedo, sí por
instinto dieron varios pasos hacia atrás.
-
“Por eso
los pielesverdes no se atreven a acercarse aquí.” Comentó Hansel con cierto
nerviosismo.
Cuando parecía que se iba a desatar el combate, una nueva figura cayó
del cielo y se interpuso entre ellos. Un vampiro. Algo más grande que Urlash,
con unas pequeñas alas. Parecía que todos los músculos que podía tener una
criatura habían sido esculpidos a mano en su cuerpo. Unas garras más largas que
la mayoría de las espadas asomaban desde sus manos.
El vampiro alado olisqueó el aire en dirección a Urlash.
-
“¿Qué os
trae aquí? Os doy una sola oportunidad para no destriparos ahora mismo.” Dijo,
con una sorprendente voz aristocrática. Nunca esperada de tal ser.
-
“Mi señor.
Soy Urlash, príncipe de Mourkain.” Explicó el Strigoi con una voz mucho más
desagradable. “Venimos a ayudarte a recuperar tu ciudad, de manos de nuestros
enemigos. Grashkaar, Señor de Mourkain. Aquel que me convirtió en lo que soy
ahora. A cambio de algo de conocimiento.”
El vampirete que liderará a mis ejércitos en futuras campañas. Lo pinté en dos días. No le he dedicado muchísimo cariño porque aún tengo algunas cosas
pendientes de preparar y debo ir ligero.
Cinco Caballeros Negros que se unen a los otros cinco que pinté en
meses anteriores. Como curiosidad he usado un esquema distinto para cada barda.
¿Acaso pensabais que solo podíais hacerlos vosotros, bretonianos?
Primera unidad de impresión en resina 3D que pinto (es casi imposible
de encontrar). No me ha disgustado el resultado.
Diez necrófagos genéricos sin más y uno hecho a base de bits que me
servirá también como zombi en caso de necesidad.
Y veamos el mes de octubre:
Entradas: 31 (Compras varias) + 4 (Imperium) = 35
Ventas:
Pintadas: 11 Necrófagos + 5 Caballeros
Negros (10 minis en total) + 1 Vampiro + 1 Demonio de los lamentos (2 minis) =
24
Estado de objetivos:
1.
Balance: Acumulado – Compras + Ventas + Pintadas
= -126 - 35 + 24 = -137
2.
Condes: 2.539 + 205 (Conde Vampiro) + 260
(Demonio de los lamentos) + 88 (11 Necrófagos) + 139 (5 Caballeros Negros con
músico y Campeón) = 3.231/2500 puntos (129%) Completado.
3.
Imperio: 20/20 miniaturas (100%) Completado.
4.
Bonus:
a.
Orcos y goblins: (48 + 8 = 56 miniaturas/556 +
70 = 626 puntos) (100%). Sin valor objetivo
b.
Escenografía (4 muros) y un cementerio completo
(7 minis y la cripta) (100%). Sin valor objetivo
5.
Partidas: 16+3: 22/12 (183%) Completado.
Empeorando aún más el balance de
minis pintadas frente adquiridas. El motivo ha sido que tenía dudas sobre qué listas llevar a los próximos torneos: Navaridas (Sexta Pura) y V Torneo de
Leyendas en Miniatura (Sexta Ampliada). Ya me habían advertido que condes,
cambia muchísimo de un modo de juego a otro. La verdad que según he planteado
ambas listas, no tienen nada que ver. El caso es que adquirí algunas unidades
de última hora.
Respecto a las batallas, fueron 3
(silvanos, pielesverdes y elfos traidores) probando escenarios y la lista del
torneo de Leyendas. Fueron entre nuestro propio grupo de juego recién fundado (Picnic
en Drakenhof) y sirvió para aprender y pulir las listas. Por resumir, he
aprendido varias cosas:
-
A no enfrentar a mi vampiro solo contra un dragón
Silvano montado.
-
Los vargheist son una locura (¡Oh sorpresa!). Era
la primera vez que los usaba. Contra orcos y goblins, por ejemplo, se pasaron
la partida destruyendo una unidad por turno. Está claro que habrá que darles un
rediseño, no descubro nada.
-
Los espectros condenadores me parecen una unidad
brutal. No los había probado, y a raíz de los artículos publicados en este blog
por Arteaga, les di una oportunidad. Y bueno, la sensación es que, si son bien
desplegados y el enemigo no tiene una herramienta efectiva para detenerlos,
hacen un destrozo.
-
Cada vez más valoro la utilidad de los
necrófagos. No digo que estén al nivel de los eslizones, pero me encantan.
Quizá el día de mañana habrá que
escribir sobre mis aventuras y desventuras con este ejército en batalla.
Solo queda comentar que el 18 de
noviembre será el torneo de Navaridas, que más que un torneo será un encuentro
entre amigos, y por ello le tengo unas ganas terribles. Y ya quedará preparar
los últimos detalles de la gran cita del año.
Mucho ánimo al equipo de Leyendas
en Miniatura por todo el esfuerzo que están invirtiendo en el evento (del cual
no soy capaz de hacerme una idea de todo lo que conlleva), y agradecerles por
enésima vez que lo hayan organizado. Como ya he dicho, para mí, es la cita
warhammera del año.
Un abrazo y Warhammer.
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