¡Buenos días! Ayer fue día de listas, y hoy lo será de trasfondo, ya que poco a poco los vamos a compartir todos. Esta vez cambiamos a los tonos verdosos que tanto nos gustan por aquí, y es que el Jefe Orco se puso un poco troll con su lista de torneo, y la ambientación debía acompañarla para el V Torneo Leyendas en Miniatura.
Neglik azuzaba a su montura con ahínco para que no se
detuviera en su avance. Incluso la colosal araña sobre la que iba subido, tenía
problemas para avanzar en este terreno pantanoso repleto de pestilente fango
negro, aguas pútridas, y restos de incautos que no habían tenido el suficiente
juicio para no adentrarse en esta ciénaga maldita. Justo como había hecho él.
Este lugar, conocido como el Pantano de los Cráneos,
estaba lleno de peligros: arenas movedizas que te tragaban al más mínimo
descuido, como le ocurrió a Magur, el chamán de la expedición; cientos de ponzoñosas enredaderas se extendían
por doquier, de las que el Jefe Drolo y sus muchachos no pudieron escapar; pero
lo peor aún si cabía eran los trolls. Aquellos gigantes estúpidos emergían de
cualquier pozo fangoso de manera inesperada, con ansias de tragarse a todo
aquel que se cruzara en su camino y sin temor alguno al fuego, pues aquí no
había fuego. Era absolutamente imposible prender nada. Hasta en tres ocasiones
habían tenido que lidiar con grupos de trolls, perdiendo a muchos guerreros en
cada contienda, teniéndose que retirar de ellas para poder salvar el pellejo.
Neglik maldecía ahora su suerte y el día en que se prestó
a obedecer los mandatos de su señor. El caudillo goblin nocturno Skarsnik,
caudillo de Karak-Ocho Picos, le había encomendado adentrarse en este pantano,
dar con la Vieja Ma, la madre y líder de los trolls, y tratar de ganarla para
su causa. Skarsnik y la gran tribu goblin de la Luna Malvada llevaban décadas
de guerra contra el rey enano Belegar Martillo de Hierro, batallando por la
gran fortaleza de los enanos, Karak-Ocho Picos. Éstos habían conseguido
reconquistar parte del bastión tiempo atrás, y desde entonces el señor de los
goblins les había sometido a un asedio permanente, que por otro lado, no
conseguía expulsarlos definitivamente. A
pesar de encontrarse solos en Karak-Ocho Picos, los enanos resistían. Recibían
además apoyo de otras fortalezas enanas y mercenarios provenientes del Imperio,
los cuales llegaban a través de los valles de las montañas y acosaban a su vez
a los goblins de Skarsnik. Era un tira y afloja en donde se jugaba el destino
de este antiguo enclave, gloria caída del imperio enano. Pero si los trolls del
Pantano de los Cráneos invadían esos valles, la vital ayuda que recibía Belegar
se vería seriamente comprometida, y la balanza de este juego mortal se
inclinaría definitivamente del lado de Skarsnik…
La reputación del pantano era temible, pero la
ambición del gran jefe goblin había superado con creces a la infame fama de su
destino. Si daba con la Vieja Ma, Neglik y los suyos, la tribu goblin de las
Arañas Negras, medrarían en el escalafón de poder que se reunía en torno al
estandarte de Skarsnik. Además y según la promesa del caudillo, serían los
primeros en saquear las riquezas y cuerpos que los enanos de Karak-Ocho Picos
una vez destruidos.
Tras cinco días en el pantano, las cosas marchaban de
mal en peor para la expedición de goblins. La mitad de los guerreros de la tribu
habían desaparecido víctimas de este lugar, y la otra mitad había desertado a
la noche siguiente. La moral de los escasos goblins que seguían a su lado, ya
de por sí penosa cuando las cosas estaban a su favor, era en estos momento
realmente detestable. El Traicionero Lodd, haciendo honor a su sobrenombre, había
intentado apuñalarle mientras dormía, y Griktta El Pusilánime, intentó escapar
con su querida araña en un momento de descuido intestinal. Por no hablar de
Ugrat, el supuesto guía proporcionado por Skarsnik para encontrar a la bruja
troll en el pantano. Según él, tenía un método infalible de orientación que
consistía en meterse el dedo en la nariz y según el color de la mucosidad extraída,
tomar una u otra dirección…
-¿Cuántas jornadas quedan para encontrar la guarida de
la bruja, Ugrat?
-Ya falta poco- replicó el narigudo interpelado
mientras se sacaba de nuevo un enorme moco de la nariz para decidir qué camino
tomar.
-Eso dijiste ayer y antes de ayer, y esta mañana.
-Ya falta poco, oh gran jefe Neglik.
-Dime una cosa, Ugrat ¿alguna vez has estado en
presencia de la renombrada Ma?- preguntó Neglik irritado hasta la extenuación.
-No.
-¿No? Al menos la habrás visto entonces, o sabrás
donde está su guarida o su ciénaga.
-No, no, gran Neglik, yo no.
-¿Tú no? ¿Y cómo diantres eres tú el guía de esta
expedición?
-No sé, loado Neglik, ¿porque tengo buen olfato y
buenos mocos? Solo tengo que dar con el gran cráneo, donde dicen que duerme la
bruja.
-¿Buen olfato, buenos mocos?
Tras la última afirmación de Ugrat, la paciencia de
Neglik llegó a su fin. En un arranque de ira y con un brutal golpe de su hacha
de guerra, partió en dos el cráneo del estúpido goblin y dejó que su araña se
deleitara con su cadáver mientras se dirigía al resto de los guerreros que le
seguían.
-Nos vamos de aquí. Volvemos a las guaridas del Bosque
Muerto. Que Gorko se trague este lugar y Morko maldiga a Skarsnik y su bruja.
-Pero sin el guía, ¿cómo vamos a salir de aquí?- dijo
alguien - Estamos perdidos.
-Estamos perdidos desde hace varios días. Sigamos
adelante, seguiremos a la luna del Dios
Araña cuando esté alta en el cielo para así poder orientarnos.
Neglik y los suyos siguieron durante toda la jornada
que restaba dando vueltas entre cieno y
más cieno. Al atardecer, los últimos tres guerreros que le escoltaban, fueron
tragados por el pantano, cuando el aparente suelo que pisaban no era tal sino
otra sima de arenas movedizas.
Finalmente solo, el miedo empezó a atenazar de verdad
al gran jefe goblin. Desesperado por dar con la forma de salir de allí, reparó
en algo a lo lejos. Un gran cráneo de alguna bestia pretérita se dibujaba entre
la maleza. Quizás fuese ese el cráneo del que hablaba el estúpido Ugrat. Lleno
de excitación, Neglik comenzó a gritar a pleno pulmón el nombre de Ma con su
estridente voz. Después de todo, nada se perdía por probar, aún estaba a tiempo
de cumplir con su misión…
Durante un largo rato, el húmedo eco de su voz fue la
única respuesta que obtuvo. Cuando ya se daba por vencido, algo comenzó a
burbujear en la infecta charca que tenía delante. Primero fueron pequeñas burbujas,
que fueron aumentando de tamaño, hasta convertirse en enormes balones de barro
que estallaban aquí y allá manchándolo todo.
Poco a poco, un enorme cuerpo comenzó a surgir de las
aguas: primero la cabeza, después, el torso y los brazos, y finamente las
piernas. Cientos de inmundicias y fango chorreaban de aquel ser, al cual no parecían
molestarle en absoluto. Neglik alzó la vista y pudo contemplar a la renombrada
Vieja Ma, la bruja del pantano, la Madre de los trolls. Las escamas que
recubrían su cuerpo, duras y verdosas, brillaban con la escasa luz que desprendía
la luna. Un brutal rostro, velado por un pastoso y largo cabello lleno de
excrementos, mostraba una mirada llena de odio y resentimiento. Unos grotescos colmillos partidos afeaban todavía más la
expresión horrible de la troll.
La bruja terminó de salir del fondo de la charca, y se
acuchilló lentamente en un borde cerca del goblin, acompañando sus movimientos
de enormes flatulencias pastosas.
-¿Quién me llama? ¿Quién me saca de mi sueño? ¿Has
sido tú, pequeño verde?- Proclamó la criatura con voz cavernosa y maloliente,
mientras se rascaba sin pudor el trasero.
-Gran bruja del pantano, se presenta ante vos Neglik,
jefe de la tribu de las Arañas Negras. Vengo en nombre del caudillo Skarsnik,
amo de Karak…
-Skarsnik eh- interrumpió Ma -¿Y por eso me despiertas,
insolente? Llevo muchas lunas sin comer y tu carne correosa me sabrá a poco,
pero la araña que montas luce gorda y jugosa, así que creo que he encontrado mi
cena para hoy.
-Quizás deberías escuchar el mensaje que traigo de
parte de mi señor, si es que has oído hablar de él antes de que te plantees
devorarme- Dijo Neglik mientras oteaba con la mirada una posible vía de escape.
La enorme troll empezó a reírse con risa flemosa que
terminó en un ataque de carcajadas acompañado de unos chistosos golpes de sus
brazos contra las rodillas.
-¿Que si he oído hablar de él dices?- dijo Ma alargando
el tono- Soy vieja y buena pelleja, estaba ya aquí antes de que las montañas
fueran jóvenes. Este lugar es mío antes incluso de que enanos o pequeños verdes
como tú vinieran a molestarme. El agua
me cuenta cosas, el viento a mis oídos susurra, la roca en mi regazo se
lamenta- Ahora el tono de Ma cambió
súbitamente lleno de ira. -Ese pequeño Skarsnik, ese que dice mandar en la
montaña, envía aquí a muchos verdes como tú, a molestar y a atrapar a mis hijos
e hijas, a pincharles en pies y sobacos y quemarles con fuego. Sé muy bien
quién es y sé qué quiere. ¡No! Es odioso y cobarde y no obtendrá nada de mí.
Pero yo sí sacaré provecho de él, hoy cenaré a su costa…
Neglik no esperó a ver qué hacía la bruja. A toda
prisa espoleó a su araña tratando de huir desesperadamente. Pero no lo
consiguió. A una palabra mística pronunciada por Ma, el suelo que pisaba su
montura se trasformó en una masa informe de cieno pegajoso. La araña de Neglik se descontroló,
volviéndose loca en sus intentos por escapar del cieno encantado mientras su
jinete a duras penas conseguía mantenerse montado en ella.
Sin prisa, la enorme mole de Ma comenzó a desplazarse
hacia su presa y atrapó a goblin y araña en una de sus enormes garras. Las
negruzcas fauces de la bruja se abrieron hasta desencajarse, dispuesta a tragarse
a ambos en un delicioso bocado. Horrorizado ante su destino, cuando la lengua
de Ma ya saboreaba sus pies, Neglik consiguió articular unas últimas palabras.
-¡La Piedra del Agua!
De inmediato, Ma se detuvo, y su rostro ceñudo inquirió de
nuevo a Neglik.
-¿Que has dicho, pequeño verde? Repite que has dicho.
-¡Gran madre de los trolls, déjame en el suelo, te lo
suplico y podremos hablar! ¡La Piedra de Agua, te ofrezco ese gran tesoro a
cambio de mi vida!
Con gesto contrariado, la bruja troll depositó al
aterrorizado goblin en el fango esperando su respuesta.
-Skarsnik posee la Piedra de Agua.-dijo entre jadeos
Neglik- Ha prometido entregártela si tú y los tuyos acosáis a los enanos que
viajen por los valles entorno a Karak-Ocho Picos.
-¡Mientes! La Piedra del Agua se perdió hace siglos.
Los delgaduchos elfos se la llevaron a tierras de ultramar tiempo ha. Skarsnik
no la tiene. Es un sucio mentiroso como tú. Debería aplastarte por mentir así.
-¡No, no, no! ¡Sí que la tiene, la encontró hace
tiempo, y se la guardó! Se la robó a unos elfos incautos, malditos elfos, dice
él, los cuales son ahora ya huesos y herrumbre. Atacó la ciudadela secreta de
Tor-Athel, la Ciudadela de las Nieblas, y allí la encontró. Sabe de su poder y
quiere entregársela a su legítima dueña, a cambio de tu ayuda. Yo la he visto,
es una piedra preciosa, grande como un puño, azulada y de bordes cortantes, y
que apesta a elfo. Tiene en su interior un símbolo raro, que emite luz cuando
está cerca del agua.
La mente de Ma comenzó a cavilar. ¿Cómo era posible? No
sabía nada de Tor-Athel, ni de ninguna otra ciudadela élfica en estos páramos.
Todas habían sucumbido en el devenir del tiempo. ¿Había Skarsnik encontrado una
ciudadela asur oculta, la había saqueado y encontrado allí su piedra? ¿O todo
esto era una ardid del artero goblin para manejar y usar a los trolls del
pantano? Ella, la bruja que todo lo sabía, sentía que el conocimiento de lo que
ocurría realmente se le estaba escapando. Su preciada piedra había sido
encontrada después de tanto tiempo perdida, según este espantajo que la había
despertado. El goblin seguramente mentía, al menos no en cuanto a la descripción
de la piedra. Era difícil suponer que pudiera haberse inventado de la nada una
historia como esta. Los goblins eran traicioneros y de poco fiar. Había que
guardarse de ellos. Algo raro estaba pasando aquí, y sólo había una forma de
averiguar qué era.
La Piedra del Agua era un artefacto de gran poder, de
los días antiguos en los que los Dioses Ancestrales moraban en esta tierra.
Otorgaba a su portador poder sobre el agua, haciendo que la lluvia no cesara,
los ríos se embravecieran y las tierras se inundaran. Si Ma recuperaba su
piedra, ella y sus hijos dejarían de estar acosados en este viejo y decrépito
pantano, y los trolls merodearían a sus anchas, a su voluntad…
-Está bien pequeño verde, ve de vuelta a ver a tu amo.
Dile que me entregue mi piedra, y yo llevaré a mis hijos a los valles que
mencionas. Y allí comerán carne de enano y vísceras humanas. Pero no me moveré
de aquí sin ella. Conozco demasiado bien a Skarsnik como para saber que no
tiene palabra, y que me traicionará a la primera ocasión. Que inunde los
valles, pues las duras rocas nos cortan y rajan los pies y el sol agrieta
nuestra piel. Sin agua nos debilitaremos.
-Se hará como tú digas gran madre.-dijo Neblik sin creerse
la suerte que acababa de tener después de todo.
-Sigue la vereda de polvo amarillento que sale desde
esta charca y encontrarás así la salida del pantano. Y una cosa más. Aún no he
dicho que haya renunciado a parte de mi cena.
Con un brutal chasquido la gran troll aplastó a la
araña de Neglik que aún seguía en sus garras y comenzó a masticarla en un
festín de crujir de patas, desgarro de caparazones y derrame de verdosos
humores internos de la criatura.
Soltando un largo suspiro, Neglik inició su camino de
vuelta hacia Karak-Ocho Picos. Iba a ser un camino muy largo.
Comandantes
- Kaudillo goblin silvano en araña gigantesca con lanza, pintura de guerra, Ezkudo Pellejo'ierro y Traztoz Brillantez de Sizzla
- Chamán goblin nocturno de nivel 2 con Kollar de Huezoz y Kolmilloz y Pergamino de Dispersión
- Chamán goblin nocturno de nivel 2 con Ditto Dize Doz y Pergamino de Dispersión
- Gran jefe orco salvaje en jabalí con lanza, pinturas de guerra y Pinchapuerkoz de Porko
- 21 goblins nocturnos con escudo, grupo de mando completo y 1 Fanático
- 21 goblins nocturnos con escudo, grupo de mando completo y 1 Fanático
- 5 jinetes de araña con lanza, escudo y músico
- 5 jinetes de araña con lanza, escudo y músico
- Karro de jabalíes
- 9 jinetes salvajes de jabalí con lanza, escudo, pinturas de guerra, campeón, portaestandarte y Estandarte de Guerra
- 2 lanzapinchoz
- Bruja troll
- 7 trolls de río
No hay comentarios:
Publicar un comentario