¡Buenos días! Cómo bien sabéis si leéis este blog con asiduidad, la animosidad es fuerte en nosotros, y eso le ha estado pasando a nuestro compañero Veseso en la escalada de los lectores, que se ha enfrentado a algunos contratiempos a la par que a cierto nivel de exigencia, ralentizado su ritmo de pintura.
¡Hola a todos, escalistas y lectores del Blog de Leyendas!
Ha pasado ya un tiempete desde del primer artículo que
abriese mi escalada, mucho más tiempo del que hubiese deseado y aún previsto,
pero bueno, qué os puedo decir, entre las tribulaciones de la vida, mi poco
tiempo, y mi cabezonería, pues todo va sumando y demorando, pero, ¡Éh!, ¡Ya he
vuelto!
Siguiendo metódicamente con el orden de pintado que expuseen mi primer artículo ésta vez tocaba ponerse con el Lanzapiedroz; ya apunté en su día que en general, no me gusta nada pintar cosas grandes, máxime si se trata de máquinas de guerra de metal por aquello de los puntos semiciegos de tan difícil acceso para el pincel y lo difíciles que son de coger, amén que habitualmente no puedes siquiera montarlos en su totalidad, precisamente para poder pintarlos “en condiciones”, motivo por el cual puse estas piezas las primeras en el orden de pintado, para quitármelas de encima cuanto antes, mejor.
Bien, este Lanzapiedroz en particular tiene su historia, ya
que fue el que me regaló mi madre en las navidades de 2.003 junto con la
Serpiente Alada, y a diferencia de esta, el pobre Lanzapiedroz se quedó en su
caja desde el momento de su empaquetado en fábrica hasta ahora… a ver, hay que
entender que eres un crío, te gusta todo, lo quieres todo, lo pides todo, el
día de la recepción lo abres con toda tu sincera emoción e ilusión y… bueno, que
ves la cantidad de piezas que conforma el modelo, su tamaño general, le echas un ojo a las reglas más en
profundidad, calculas fijándote en experiencias previas su probable tasa de
supervivencia física en base a la caja de herramientas que usaba entonces para
transportar minis y las nada delicadas manos que tenía yo, así como el resto de
salvajes que me rodeaban, y pensé:
-“Bueno, mejor lo guardo, y cuando ya pinte mejor, ya lo
sacaré”-
Total, que 21 años después, ¡TachÁaaaaaaaan!
Claro, ahora más de uno estará pensando:
-“Pero David, Trolero, ¡que ahí hay cosas sin pintar!”-
-“Bueno, a ver, por partes, primero algo de información
pedante, luego explicaré eso…”-
La mini fue sacada a la venta precisamente como parte de la
renovación de la gama de Orcos y Goblins allá por Noviembre del año 2.000 y es
obra, según su caja (la cual conservo en buen estado; si alguien la quisiese,
se la mando encantado de regalo, que me da pena tirarla itsente@hotmail.es) de Dave Andrews y Alex Hedström.
En sí el kit es muy completo, con muchos detalles
prescindibles, tanto a nivel de ornamentos (…la cantidad de clavos que tiene
que no sujetan nada, por ejemplo) como de miniaturas y objetos decorativos, (el
“piedro” suelto, el snotling apuntador…), tanto, que puede resultar algo
agobiante para alguien no acostumbrado a estas cosillas (yo aviso).
En sí es un modelo con muy buena factura en cuanto a registro
de molde, estilo de modelado, nivel y
profundidad de relieve, si bien no es perfecta, ya que más allá de haber tenido
que reconstruir la zona de ensamblaje del contrapeso de la catapulta, donde al
menos en mi modelo, el metal no llegó a rellenar esa parte del molde, (y por
tanto puede que fuese un fallo puntual
del mío) lo cierto es que la pieza vertical central que sustenta el brazo
basculante de la catapulta tenía un margen enorme en su base y extremos para
con la pieza en que ha de ser pegada, tanto, que hube de rellenar bastante con
masilla para que no se notase.
No obstante esto no fue tan malo, ya que ello me dio excusa
para añadir algún detalle más, como el cubrir la zona del eje del brazo que
quedaba al aire sin soporte alguno, que adicionalmente le brindaría al conjunto
algo más de apoyo y solidez.
Es cierto que en 6ª no era necesario que las máquinas de
guerra tuviesen peana (no en vano, el modelo sólo ofrece peanas para 3 Goblins
y 1 Ezpabilagoblins), pero yo quería ponerle una por 4 motivos:
1.
El modelo queda muchísimo más estable y ofrece
una zona de agarre adicional por el bisel de la peana para desplazarla,
permitiendo con ello el no tener que estar cogiéndola todo el rato por el
cuerpo de la misma, que me da mucha rabia tener que estar arreglando pintura
desgastada por estar manoseando.
2.
La misma peana permite tomarla como punto desde
el que medir distancias (esto de todas maneras hay que consultarlo antes de
iniciar la partida con el rival, ya que en teoría, se mide desde la máquina,
pero vaya, muy tiquismiquis tiene que ser para que no te deje hacerlo desde la
peana, que ya veis el ridículo margen que hay), y por tanto, es más difícil que
haya accidentes usando la cinta métrica.
3.
La peana ofrece una superficie suficiente donde
fijar la pareja de Goblin-Snotling que están accionando el cabrestante de la
catapulta… es verdad que en teoría estos 2 simpáticos pielesverdes son parte de
la dotación y que por ello han de poder retirarse, pero es que dada la pose que
tienen, el haberlos dejado aparte los condenaba a quedar muy
descontextualizados con respecto a la catapulta, ya que no iba a estar
encajándolos y desencajándolos de la catapulta cada vez que la moviese… pero no
os preocupéis, al final del artículo seguirán siendo 3 operarios retirables de
la catapulta…
4.
Me pareció que la peana haría que el modelo
quedase mucho más integrado en el ejército, ya que de lo contrario, habría sido
una “cosa rara” que está entre el resto de modelos con peana.
Claro, el tema, es que al haber fijado a ese par a la peana,
me quedaba sin una de las figuras que representan a la dotación, por lo que me
puse a darle vueltas sobre cómo resolverlo; primero pensé en apear al Snotling
apuntador del Lanzapiedroz y usarlo como miniatura individual… pero por pose y
por dejar el modelo como se supone que ha de estar, terminé pegándolo en su
sitio, y entonces pensé que podría ser divertido el cubrir esa baja
precisamente con la roca que acompañaba al modelo montada sobre su peana
reglamentaria de 20x20mm… no creo que nadie me acuse de estar usando un “proxy”
ilegal, máxime, cuando se ve que el Goblin al que representa está demasiado
ocupado accionando el Cabrestante, pero quién sabe, si alguien se me queja, os
lo haré saber.
Sobre el tema de qué pasa con el espabilagoblins y el
Snotling apuntador que no están pintados, pues esto aconteció:
El Espabilagoblins no está pintado, primero, porque esta
primera base de ejército va a estar exenta de Orcos, (aunque en el futuro tengo
la intención de hacer una 2ª parte con todos los orcos) y segundo, que quiero que la tonalidad
de la piel de los Orcos sea distinta (y no iba a ponerme a preparar mezclas
definitivas para un solo orco).
El Snotling… como veis, está imprimado y en su momento lo
pegué en su lugar sobre el Lanzapiedroz, cosa que no me convenció mucho por lo
que elevaba el modelo a costa de una pieza muy pequeña y difícil de ver… temor
que se confirmó cuando, accidentalmente, le di un manotazo una vez pegado e
imprimado que lo desprendió, por lo que rápidamente recapacité y me dije
–“Mejor déjalo en paz y no lo pongas; ya habrá otro momento y lugar donde usarlo”-
Sobre el pintado, pues he de decir que, como en el caso de
los carros, he tratado de experimentar y aprender todo lo que he podido,
habiendo repintado varias veces algunas zonas del modelo; quedo especialmente
contento con el aspecto final de las piezas metálicas oxidadas donde traté de
representar el desgaste y pulimento natural de algunas zonas por el uso,
algunas piezas de madera, y el acabado final de las piedras que portan los
Goblins (así como la “roca-proxy”), las cuales intenté que representasen
piedra caliza en lugar del omnipresente y aburrido “piedro” gris de Workshop
que lleva pintando igual desde que conozco la compañía, para lo que tuve que
experimentar bastante con los colores, los tonos y la técnica del punteado, que
aunque no se aprecie bien en las imágenes, le ha dejado a las piedras una
textura bastante resultona, la verdad. Mención aparte merece el contrapeso:
pensé que dado que se supone que es la Pielverde una sociedad primitiva, les
pegaría mucho el que hubiesen pintado el Ídolo representado en el contrapeso, a
modo de deidad, por lo que intenté jugar con marcas de desgaste y suciedad
sobre la superficie del mismo… pero no quedo contento del todo y tengo que
seguir experimentando para mejorar el efecto, aunque en conjunto, creo que no
le queda mal del todo, la verdad.
Finalizando el apartado de pintura, quisiera decir que el
barniz me ha jugado una mala pasada (otra vez) blanqueando en exceso muchas
partes, mateándolas y restándoles mucha intensidad a los tonos, por lo que
tendré que seguir experimentando con ellos igualmente, apartando de momento el
barniz Ultramate de GSW…
Sobre lo que espero del Lanzapiedroz en mesa y el motivo de
su inclusión en mi lista, diré que básicamente entra porque es Goblin, mola, me
lo regaló mi madre hace un montón de tiempo, y que de alguna manera tenía que
rellenar los huecos de especiales sin usar Orcos ni abusar de carros de
Goblins… sé que no es el motivo más honorable, pero sí sincero, ya que de no
meterlo, todos esos puntos se habrían tenido que ir a Básicas, y viendo la
cantidad de Gobos que ya voy a pintar ahí pueeees… oye, que pintarse una
máquina de guerra no es ni tan malo… jéje.
Bromas aparte, en mis tiempos mozos nunca usé catapultas y
no recuerdo si las usaron contra mí… individualmente no creo que suponga un
gran apoyo, pero situacionalmente y contra ciertos rivales con infantería con
mucha armadura puede venir muy bien para quitar alguna fila de resolución, y
puede que combinado con el lanzagoblins y los Lanzapinchoz pueda dar alguna
alegría, pero sinceramente, no espero tampoco mucha cosa más de él… aparte de
molar mucho sobre el tablero, claro.
En teoría, el segundo paquete de trabajo se componía del
Lanzapiedroz + Lanzagoblins, pero dado lo muchísimo que me estaba retrasando
con el primero, me pareció demasiado esperar a tener el 2º terminado para
enviar el artículo, así que al menos esta vez no habrá recuento de objetivos;
habrá que esperar al Lanzagoblins para ello.
Sin más, espero que a alguien le haya servido para sus
propias locuras/ proyectos; yo os dejo, que tengo que ver cómo arreglo y
ensamblo un Lanzagoblins de 2ª mano… ¡Nos leemos!
Veseso, “El Gobo
errante”, en Cuenca, a 08/04/2.024
Muy chulo el lanzapiedroz, Veseso. Todo un acierto el darle variedad a las rocas cambiando los tipicos colores grises por otros menos convencionales. De los pielesverdes no te digo nada porque lo tienes controladísimo ;)
ResponderEliminarJaja, ¡Muchísimas gracias por el comentario y los ánimos Julen!, que sepas que tengo muchas ganas de ver a tus enanos de nuevo por aquí 🙂.
EliminarBueno bueno bueno. Pero que nivelazo de pintura colega. Las transiones me parecen exquisitas. La iluminación de la piel verde, de manera tan gradual es una pasada. Y la madera me gusta, pero lo de las rocas es una brutalidad.
ResponderEliminarSimplemente darte la enhorabuena y reconocer que me das envidia siendo que estoy con pielesverdes tmb pero no de lejos a ese nivel.
Un saludo!
Joé, muchísimas gracias Duffman, no te creas, que me paso muchísimo tiempo pintando y de alguna forma se tiene que ver, (porque si no, apaga y vámonos), tranqui, en cuanto tenga a los chicoz listos te los llevo a Zaragoza y nos echamos unas partidillas, ¿No? 🥳, jajaja, ¡Un saludo colega!
EliminarFaltaría más compañero. Cuando quieras contacta con nosotros: picnicendrakenhof@gmail.com
EliminarY echamos algunas partidas. Eso sí, me inflare a hacer fotos a tu ejército. 😊
¡Te tomo la palabra!
EliminarEl nivel de estos goblins es de concurso... Enhorabuena!!!
ResponderEliminarPara cuando un tutorial paso a paso o un vídeo viéndote pintar estos pielesverdes?
Máma mía Rass, este comentario viniendo de alguien con tu destreza y conocimientos es algo que no merezco en absoluto, muchísimas gracias colega, lo releeré toda vez que me sienta desanimado por lo lento de mi pintar 🙂.
EliminarYa te han dicho repetidamente (y con todo merecimiento) lo increíble del pintado tanto de los goblins como de la maquina y las piedras, así que voy a destacar que además el artículo está muy bien escrito. Así da gusto Veseso! Enhorabuena por el lanzapiedras y a por el resto!
ResponderEliminar¡Buáh, muchísimas gracias Cneus, con comentarios como el tuyo ¿Cómo no voy a seguir pintando y conversionando con ganas?. 😬
EliminarMuy bueno, felicidades por el acabado. dale caña al resto del proyecto!
ResponderEliminar¡En ello andamos Alex Ecléctico!, a ver cómo se comporta el Lanzagoblins, que está siendo un poco puñetero 🤣. ¡Muchas gracias por comentar!
EliminarFelicidades por ese genial lanzapiedroz, y la piedra en peana me parece sublime XD
ResponderEliminarTe han quedado geniales todas las partes de la miniatura, lo digo en serio, me ha gustado tanto que incluso se me ha pasado por la cabeza empezar un nuevo ejército pielverde.
¡¡¡Muchas gracias por compartir!!!
Joé colega, muchísimas gracias por los ánimos, cosas como esta hacen que el echarles tantas horas a las miniaturas merezca la pena de verdad; ¡un abrazo!
EliminarTremendo trabajo! Igual que en la entrada anterior la gama de colores resalta muchísimo y hacen brillar esas minis. A ver cuando pinte mis trebuchets quedan la mitad de bien que este!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por el comentario Anárkiko!, habrá que seguir experimentando sobre la marcha para no bajar el nivel. Estoy deseando ver ese trebuchet, que es un modelo súper chulo con mogollón de detalles que ofrecen posibilidades de experimentación y aprendizaje (como la piel de esa pobre vaca).
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